Capítulo 36 — CaprichosaNarrador:Sebastián se despierta lentamente, sintiendo el cálido resplandor del sol del mediodía en su rostro. Con un suspiro, abre los ojos y se encuentra solo en la cama. El lugar donde estuvo Janina antes ahora está vacío, y una sensación de angustia se instala en su pecho. Se sienta en la cama y mira a su alrededor, esperando ver algún rastro de ella, tal vez su ropa o alguna pertenencia. Sin embargo, en la habitación no hay signos de su presencia. Se levanta y comienza a revisar la casa, pero está en su lugar, como si Janina nunca hubiera estado allí, una sensación de tristeza se apodera de él mientras se da cuenta de que ella se ha ido. Aunque sabía que esa posibilidad existía, tenía la esperanza de que desistiera y se quedara con él. Se acerca a la encimera y encuentra una nota allí, escrita en una servilleta con un lápiz de labios rojo, el que llevaba en sus labios esa noche. La nota no decía mucho, solo un “No me llames, gracias por todo” y el sello d
Capítulo 37 — Una sorpresa tal vez no tan grataNarrador:Sebastián, se pone al fin al frente de la empresa familiar y está inmerso en el mundo de los negocios, lejos se encuentran sus años de play*boy irresponsable. Ahora su día a día está marcado por interminables reuniones, llamadas telefónicas y decisiones estratégicas. Como Director Ejecutivo, se esfuerza por mantener el éxito de la empresa, enfrentándose a desafíos constantes y buscando nuevas oportunidades para el crecimiento y la expansión. A pesar de hacer lo posible por llegar exhausto a la noche, entre el trabajo y el gimnasio, no puede evitar sentirse solo en su vida personal, especialmente luego de la partida de Janina, donde se despide con esa escueta nota. Los primeros tiempos trató de retomar una activa vida nocturna, pero al final la encontró vacía y sin sentido, por ello se abocó a lo que se esperaba de él, convertirse en un exitoso CEO.Por otro lado Janina se encuentra inmersa en su vida universitaria. Estudia dili
Capítulo 38 — Por fin una buena noticiaJanina:No había vuelto a ver a Sebastián, si bien, los primeros días, tuve un sinfín de llamadas, que no atendí y mensajes que no respondí, ahora reinaba el silencio entre él y yo. Inclusive supe que estuvo en la ciudad, muy cerca de la universidad, me lo dijo Naty, pero no me buscó, tampoco yo lo hice, creo que fue lo mejor. Había escuchado muchas veces los mensajes dejados en mi buzón “Janina, no crees que ya fue suficiente castigo para ambos, tenemos que hablar, esto no puede quedar así…”, se repetían una y otra vez, sino iguales, muy similares, así como los mensajes de texto o de voz. Yo había tenido muchas veces el dedo en el botón de borrar, pero, por algún motivo que desconozco, no lograba hacerlo, es más leerlo o escucharlo me daba calma. En eso estaba, con mis auriculares metidos en las orejas, escuchando a Sebastián susurrar mí nombre mientras hacía esa especie de súplica, cuando al doblar la esquina del edificio del campus prácticame
Capítulo 39 — La stripperNarrador:Los meses fue pasando y el tiempo que había pasado con Sebastián en la intimidad, y que la habían perturbado tanto en su momento, ahora parecían solo recuerdos lejanos. Janina continuó con sus estudios, abocada a ellos sin reprobar ninguna materia y con excelentes notas y distinciones honoríficas, mientras que Sebastián se había convertido en el pilar de las empresas familiares, convirtiéndose en uno de los CEO más importantes del país. De vez en cuando tenía que viajar a la ciudad donde se encontraba su esposa estudiando y, si bien en algunas oportunidades había tenido la intención de contactarla, lo había desechado, alejándose cada vez más de aquel sentimiento que había nacido en él. Ya casi ni pensaba en ella, tal era así, que cuando tenía que hacer algún tipo de documento que requería saber su estado civil, la mayoría de las veces dudaba y primero decía “soltero” para luego corregir. Janina no había podido estar presente en el nacimiento del hij
Capítulo 40 — El rincón del jardínNarrador:Luego de haberse besado, de la manera desenfrenada y llena de deseo, con que se habían besado, ambos quedaron perdidos en los ojos del otro. Sus respiraciones eran agitadas e irregulares, casi un jadeo, eso les decía que les urgía más, que aquello no podía quedar ahí, tenía que haber algo más.—Debemos volver al banquete, no pueden ausentarse los padrinos —dijo al fin Sebastián apartándose un poco de ella—Tienes razón, pero… —y le tomó de un brazo impidiendo que se retirara —¿qué hacemos ahora?Él le sonrió y volvió a acercarse, acarició la mejilla de Janina con dulzura—Ahora vamos a la fiesta, nos comportamos como un matrimonio enamorado y luego ya veremos… —y le guiñó un ojo. Janina quedó satisfecha con la respuesta, tanto es así que lo tomó de la nuca y fue ella quien le besó, beso que fue, no solo bien recibido, sino correspondido de una forma voraz —vamos que con seguridad nos esperanDurante la fiesta se comportaron como dos enamora
CAPÍTULO 41 —Pies ensangrentadosNarrador:Janina se sintió morir ante tal humillación, hacía más de un año que no se veían y mucho menos interactuaban, sin embargo el sentimiento seguía allí, intacto. Ella estaba segura de que él iría, pues es el mejor amigo de su hermano Max, el padre de ni*ño que bautizaban, pero no esperaba que también fuera el padrino. La presencia de Sebastián evocó recuerdos de su pasado compartido, tanto los buenos como los malos momentos, eso hizo que se sintiera atrapada entre el deseo de alejarse de él y la inevitable conexión que existía entre ellos, pero se sintió traicionada y humillada al darse cuenta que tal vez él ya no compartía los mismos sentimientos o, en realidad nunca los había compartido. La verdad de la situación golpeó con fuerza su corazón, dejándola abrumada, triste y desilusionada. Que Sebastián no la quisiera como ella había esperado la sumió en una profunda melancolía y la hizo cuestionarse si había sido buena idea el hecho de haber acep
Capítulo 42 — Orgullosa y testarudaNarrador:Sebastián no daba crédito a lo que sus ojos veían. Janina parada frente a él, tambaleante y con los pies ensangrentados, la escena le pareció salida de una película de terror. Pero cuando vio que ella perdía definitivamente el equilibrio corriendo el riesgo de al caer lastimarse aún más, dio un par de pasos y la sostuvo, impidiendo que eso sucediera. Entró con ella casi corriendo, en el edificio. Janina no reaccionaba y estaba pálida, su respiración era muy dificultosa. Abrió la puerta de su apartamento para entrar en él—¡Irina! ¡Irina! —gritó varias veces, hasta que la joven despertó y fue hasta el salónAllí se encontró con la escena de Sebastián, depositando a Janina en el sillón dejando gotas de sangre en el piso—¿Qué le sucedió, Sebastián?, está herida…—Creo que solo en sus pies de correr descalza —le respondió mientras terminaba de acomodarla —hazme el favor de traerme agua, unas toallas limpias, así como alcohol —Irina obedeció d
Capítulo 43 — La habitación VIPNarrador:Janina estaba muy mal, con pesadillas y fiebre muy alta. Sebastián no se despegó de su lado, colocándole paños mojados con agua fría en la frente y pasándole otro por todo el cuerpo, haciendo así que no empeorara. Pero llegó un momento que tuvo miedo—Irina —llamó a su prima desde la puerta del dormitorio donde estaba durmiendo —Necesito —le dijo cuando ella abrió la puerta —que me ayudes, llevaré a Janina al hospital, no logro que la fiebre ceda y eso me está asustando bastante.—¿Por qué no llamas a una ambulancia?—Demorarían, si la llevo la verán más rápido. Lo que necesito es que abras la puerta y me acompañes al estacionamiento, para llamarme el ascensor y esas cosas, ya que tendré que cargarla en brazos—Entendido, Sebastián, me pongo un pantalón y te ayudoSebastián envolvió a Janina en la sábana y la cargó en brazos. Irina ya lo esperaba en la puerta del ascensor. Al llegar al estacionamiento, Sebastián acomodó a la joven en el asient