Según me contó Adrián, ellos son, no son de fiar el dinero y el poder que tienen, pueden destruir a la gente más poderosa. Quién iba a decir que Michael fuera 1 de los ejecutivos más importantes y aparte de ser el heredero de un negocio frondoso, hay muchas cosas que no sabía de ellos.— ¿Con quién demonios te metiste, Emily? Esa gente no me dejará en paz, menos ahora que saben de la existencia de mi hijo. — me reprochaba mentalmente, es que soy realmente una tonta.Estoy por volverme loca, llegó al apartamento. ¿Hay un auto que no conozco, aparcado en el parque del condominio, será de alguno de los otros ocupantes de los demás apartamentos? Abro la puerta del mío. No sé por qué tengo un mal presentimiento. Entró con cautela. No miro por ninguno a la señora Florinda la busco en la cocina, pero nada. Me dirijo a mi dormitorio cuando, de repente, una voz grave masculina me sobresalta.— ¿En dónde demonios estabas?— ¡Santo Dios! Me asustaste.— ¿Te hice una pregunta, en dónde estabas?—
El solo pensamiento de que otro se convirtiera un día en el esposo de su mujer le ponía piel de gallina. Levantó los ojos para evocar a Virginia amorosa. Era una divinidad. No hay nadie como ella para besar y acariciar. No había que rasgarse las vestiduras esperando que ella se lanzara a amar. Lo hacía con suma facilidad, era excitante, apasionada y voluptuosa y a veces mimosa como una gatita.¡Maldita sea! ¿Por qué tenía él que pensar aquellas cosas en aquel instante, precisamente, cuando estaba a punto de reconciliarse? Y además, quizás se iría de luna de miel con Emily. La apretó más contra sí y Emily, asombrada, alzó la cara.—Michael, me haces daño en los hombros.—Oh —y la soltó—. Perdona.—Es que oprimías de un modo…—¿Sí?—¿Qué sucede contigo, acaso es por esa mujer?—Te serviré un Martini —dijo atropelladamente.—Sabes que no bebo licor, ¿no vamos a dar un paseo bajo la luz de la luna? Eso es muy romántico, Michael. El aludido meditó en los viajes que había hecho en el pasad
Le agarro de la mano y se la llevó al salón de baile, ya habían discutido suficiente por alguien que no tiene peso en su vida. Entre las dos verdaderas locuras. Por eso no querían servicio interno, después de bailar en el salón, con las luces casi apagadas, y de ponerse nerviosos, se retiraban a su alcoba, al estar medio desnudos, amándose mientras la fiesta continua abajo, al terminar ambos se ponían a limpiar para que no se enterara la empleada al día siguiente.—Vaya, de vuestra íntima orgía.—Bruce, ¿estás seguro de que quieres estar conmigo?—¿Qué dices?—Te lo pregunto.—Pues claro. —pero se iba al ventanal y se quedaba mirando enfurecido hacia el interior del salón, donde en aquel momento la tenue luz no permitía distinguir a las parejas que bailaban una pieza lentísima. No entendía que le molestaba a él.—Eso no lo aguanto —gritó—. Ahora mismo enciendo todas las luces y verás el susto que les propino. — Emily lo aferró por un codo.—Michael, ¿quieres hacer el favor de desperta
Michael se apresuró a bañarse y cambiarse de traje, tenía una reunión importante a la cual no podía faltar, sin dejar de preocuparse por su mujer, que no sabe a donde ha ido. Contrató un detective para buscarla, algo que tenía claro es que no dejaría que se le escapara de sus manos, siempre la encuentra, y lo hará de nuevo.Si la primera vez dio resultado porque esta vez no, además sabía que no andaría muy largo. Esta vez contrato a uno que es famoso encontrando personas que no desean ser encontradas, no se iba a dar por vencido.— ¿Te contrató para que me busques una persona, ya te envío la información de ella?, ¿entendido? — cascó, «Tengo que encontrarte antes que el viejo, jamás permitiré que te lastime, quieras o no, eres mi mujer».El anciano al darse cuenta de la procedencia de Emily se sintió bien decepcionado de sus hijos, uno se acaba de divorciar de la mujer perfecta y el otro se fijó en una que no tiene conexiones — ¿Qué hice para merecer esta clase de hijos? — ¿Por qué lo
Michael estaba pensando lo peor, quería matar a ese que había puesto los ojos en Emily y que la tenía en su poder, no lo iba a dejar huir tan fácilmente.— ¿Qué demonios te pasa? — una voz femenina resonó a su espalda.— Patricia, ¿qué haces aquí?— ¿La pregunta es qué haces tú aquí?— Este maldito tiene escondida a mi mujer.— Cuida tus palabras. Ten más respeto para con mi esposo.— ¡¡Tu esposo!!— Ven Adrián, te quiero presentar al amargado de mi amigo Michael.— Tu amigo, vaya, amigo, el que te cargas, mi amor— Es buena onda cuando se esfuerza. — ambos ríen a carcajadas, mientras se besan. — Disculpen, todavía sigo aquí, solamente quiero a Emily devuelta.— Porque insultabas a mi esposo, no comprendo tu enojo.— Porque tu esposo tiene escondida a mi mujer.— No sé de qué hablas. — caminando hacia su escritorio, tomado de la mano de Patricia. — Explícame esto. — sacó su celular y le mostró las fotos donde ellos almorzaban juntos y sonreían.— Ella es mi amiga, Emily, es mi amiga
Desperté desnuda solo con las sábanas de la cama. Me senté, miré que él está sentado con su traje impecable color negro. Está sumergido en su celular. Ahora entiendo todo.—Todo el tiempo eras tú.— Hola, querida. En esa bolsa está una muda de ropa alístate que salimos dentro de una hora. — ¿Qué hora es? ¿A dónde?— Son las nueve de la mañana y el avión sale a las once en punto, pero debemos estar antes, ya ordené el desayuno. Tomé una de las sábanas para envolverme en ella, tomé la bolsa que él puso encima de la cama, me dirigí al baño, saqué el contenido de la bolsa, había un vestido negro al cuerpo, ropa interior y un par de zapatos, un cepillo de dientes. Me baño rápidamente, me cepillo mis dientes y el cabello, me pongo la ropa interior, todo iba bien hasta que digo a ponerme el vestido, no me cierra, me lo compró a la medida sin contar que estoy más gordita. Estoy que batalló por subir el zíper, salgo del baño, frustrada. — ¿Qué te pasa? — El vestido no me cierra. Estoy eno
*EMILY*Nos subimos a uno de los autos que estaba parqueado en el parqueo de la mansión, un señor de mediana edad maneja el vehículo, al llegar a la casa de Michael, su madre me abraza y me susurra.— Mi hijo te ama mucho, eso, no lo dudes, solo dale tiempo que pueda expresar sus sentimientos. — ¿Usted cree?— Ahora la duda está ¿En qué sientes tú por él? — eso me desubico en eso, no había pensado en mis sentimientos hacia él. Ahuyento a muchas interrogantes que llegaron de golpe a mi mente. Algunas tenían respuestas. Otras aún no. Me encanta el sexo con él, medito a cada momento en él. Por Dios. ¿Qué demonios siento por él? Estoy por tener un colapso mental. Entramos a la casa, Michael se había adelantado para avisarles a sus trabajadores que arreglaran una habitación para su madre, él no quería reconocer, pero está emocionado de que su madre viviera con él. Una semana después…Emily se ha adaptado a la madre de Michael y la señora está alegre de estar con uno de sus hijos, se se
En el trayecto, ninguno se dirigió la palabra. Llegaron a la clínica con unos minutos de retraso, la enfermera los hizo pasar al consultorio. Ambos estaban nerviosos, era su primera experiencia de ser padres. Ambos estaban nerviosos. Llegó la doctora que les haría ver a su retoño a través del ultrasonido. Les explico el procedimiento, Emily se puso una bata, ella está nerviosa, él le ayuda a subir a la camilla, se acuesta, le desnuda su poco pronunciado, vientre le coloca el gel para que deslice la máquina. Les indica que miren la pantalla, los dos están en la luna, no ven nada, se miran con interrogantes, en sus rostros, hasta que la doctora les explica. Eso que escuchan ese latido cardiaco del feto, está casi formado, se le ven sus piernas y brazos. Trataremos de ver el sexo, algunos lo esconden bien, que es imposible de verlos a los cuatro meses. Ella pasa y repasa sobre el vientre de Emily. Ellos atentos a lo que ella tiene que decir. — Vamos, cariño, deja verte, al parecer es u