—Pensé que viajaríamos en limusina.—Lamento que supusieras mal.—No importa, ojalá que donde vives sea mejor.—Es humilde. —susurro Emily, con una sonrisa. Al bajarse del taxi y ver el enorme condominio.—¡¡Guau!! ¡¡Aquí, Vives prima!!—Si este es un condominio, mi apartamento está arriba.—Hey portero, sube mis maletas. —eso le molesto a Emily, quien se disculpó con él, aunque él terminó llevándolas.—No abuses, Jessica, súbela tú misma.—Por favor prima, ese es su trabajo. Además, tú le darás propina. —Emily se molestó que le dijo al portero que bajara las maletas al suelo.—Súbela a tú misma. —Emily le hizo señas al portero para que no se moviera, quería hacer que la pedante de su prima subiera su maleta, aunque sea dé regaña dientes. La termino subiendo ella. Rosa se reía en silencio, entraron al apartamento.—Dios, ¿pero qué bonito apartamento tienes prima? ¿Dime dónde trabajas para costeártelo?—Eso no te importa. —contestó Rosa.—Y está metida ¿Cuándo se va? Ya me tiene a bomb
Michael se quedó con la boca abierta, no esperaba que su esposa la pusiera en su sitio, la verdad hasta a él le estaba hartando su comportamiento. Al traer la comida empezaron a comer en un silencio incómodo, Jessica se quedó pensativa un momento. Hasta que decidió romperlo.—Solamente date cuenta la clase de novia que tienes, Michael, mi prima es una malvada, hacerme esto. Yo que no conozco a nadie aquí.—Te pasas Jessica, pero viniendo de ti, ya es costumbre. Así que mejor come porque no sabes si es la última vez que lo harás, a menos que tengas, dinero.Rosa sonríe satisfecha, disfruta la comida, está muy complacida que su amiga por fin la puso en su sitio. A partir de ese momento no volvieron a hablar, comieron mientras Michael contemplaba a su esposa, sonreía en sus adentros, ya que se dio cuenta la clase de mujer que es la prima de su esposa.Si su mujer no hubiera sido virgen, le hubiera creído a Jessica, esa mujer es una calaña para él. Terminaron de comer en silencio, Jessica
Se asustaron al ver a Jessica sentada en su maleta con una cara de amargada, esperándolos un buen rato, tenía urgencia por regresar a casa, Emily se bajó del auto, estaba alegre, su marido le había cambiado los ánimos.—Qué barbaridad, llevo horas Esperándote. Me dijiste que temprano salíamos de viaje.—Es que nos dormimos. —dijo con picardía.—Qué descarada eres, lo dices tan descuidadamente, ya verás, mi tía se morirá de la vergüenza.—No te preocupes, que de mis padres me encargo yo. —Emily no tenía ánimos de hablar con ella, mucho menos pelear con la dichosa prima envidiosa. Jessica se pasó todo el camino hablando. Michael y Emily no le contestaban. Iban hasta mareados de escuchar, quejarse y jactarse a la chachalaca de la prima, hablando cosas que talvez jamás había experimentado, lujos, dinero y viajes. Por fin llegaron al aeropuerto en los asientos del avión, vale más que quedaron a cinco asientos de separación de ella. Ella los volteaba a ver a cada rato, Michael ya se estaba
Jessica salió avergonzada y enojada, todo le salió mal, que ni de su maleta se acordó, detuvo un taxi al estar en la carretera, se subió, tirando la puerta con fuerza, cuando el taxista le pregunto a dónde se dirigía, ella le dio la dirección, le mostró el monto a cobrar, así que le pidió que pagara. Ella le dijo que cuando llegaran le pagaría.—No lo creo, señora, así me dijo una clienta y para mi sorpresa nunca pagó. ¿Así que paga o se baja?—Taxista, mugriento. ¿Cómo se atreve?—A mí nadie me ofende, mejor bájese, yo me gano la vida honradamente para que una mujer pobretona como usted, me insulte, bájese,—Estúpido mugriento. Yo no soy una mujer pobre, que no ando en este momento, es otra cosa.Ella se bajó más enojada, la vergüenza de haber sido insultada por un don nadie, solo eso le faltaba, sacó el celular para llamar a su padre.—¡Papito, ven por mí! —dijo entre lágrimas.—¿Dónde estás, hija?—Aquí en la calle, cerca de donde mis tíos.—¿Cuándo regresaste?—Después te cuento,
Los suegros y consuegros platicaron muy contentos de la unión de sus hijos. El padre de Michael había cambiado su actitud completamente, ahora era un hombre más accesible y amable. Su esposa se sentía de lo más feliz porque ahora sí se sentía su esposa. Al terminar la recepción, se retiraron a una de las habitaciones del hotel.Los padres quedaron despidiendo a los invitados, que entre ellos estaba Jessica junto a su esposo, ya que al fracasar no le toco de otra que regresar con él, quien ahora la trataba más ásperamente, ella al verse sin dinero tuvo que pedirle perdón, el cual él le puso condiciones para regresar con ella. A lo cual ella tuvo que aceptar.Michael, al llegar a la puerta de la habitación, la abrió, cargo a su mujer en brazos, solo que esta vez le costó un poco más, ya que su mujer pesaba mucho más, como todo un macho. Se aguantó el peso de su mujer sin decir nada, con mucho esfuerzo, logró llegar a la cama.— No me digas que estoy gorda.—Para nada, querida. Simplemen
Las palabras salen sobrando entre ellos, ya que un nudo en sus gargantas les impide seguir hablando, solamente se dedican a mimar a su retoño, quien no deja de acariciar la pequeña barba en crecimiento de su padre.—Gracias —le susurra—. Gracias por darme a esta preciosidad. Gracias por hacerme tan feliz. Le da un tierno beso en la boca mientras la bebé descansa tranquila sobre su pecho.El azul oscuro de la noche ha caído sobre la ciudad desde hace un buen rato. El murmullo ininterrumpido e inagotable, que se apresura a colarse por las ventanas, contrasta con el silencio en el que está sumido a estas horas la clínica. —Coge a la bebé mientras yo voy al baño—dice Emily— Yo no… Yo no tengo experiencia en tomar en brazos a la bebé —se adelanta a decir con un matiz de alarma en la voz. —¿Ni siquiera tengo sobrinos? —niega con la cabeza, está asustado—. Ya sabes que antes no se me daban muy bien este tipo de cosas. Emily lo mira con una sonrisa en los labios. Sus ojos tienen una expresi
Recordando cómo fue que su esposa llego a su vida, todo por una mala mujer que le abandono y le robo, haciéndole una mala jugada. Gracias a esa desgracia ahora posee dos grandes bendiciones, que, aunque posee una buena fortuna, lo que tienen en este momento no lo compraría con todo su dinero, porque eso no se obtiene con oro.“Eres mi mujer Emily, dejarte ir jamás, no voy a renunciar a esta felicidad tan fácilmente, aunque me digas que soy una bestia obsesionada, jamás te dejaré ir de mi lado, tú y mi hija son mis tesoros, los cuales cuidaré con mi vida si es necesario”Se tiró al agua para poder disfrutar junto a sus dos amores, suspendió a su hija en sus brazos mientras Emily se le subía a su espalda, sonreían con verdadera felicidad, mientras sus familiares contemplaban tal hermosa imagen.Dos días después…*MICHAEL*A veces, la vida nos regala momentos que parecen sacados de un sueño, momentos en los que la gratitud y la asombrosa sensación de estar vivo se entrelazan. Aunque no s
*EMILY*Soy una joven llena de vida y alegría, con un espíritu libre que anhela divertirse. Sin embargo, mi realidad es otra, aún vivo bajo el techo de mis padres, quienes son bastante estrictos. Mis amigas me invitaron a una fiesta y, emocionada por la idea, hice planes para el fin de semana. Mi día a día se resume en trabajar en la tienda de telas de mis padres, ubicada en el corazón de Londres. La vida no es fácil, pero mi padre ha logrado mantener a flote a nuestra familia. Sin embargo, anhelo mi independencia, no quiero estar más bajo su mando. Hace un mes, decidí dar un paso hacia mi libertad y envié varias hojas de vida a diferentes empresas a través de internet. Aspiro a mi libertad, a tomar mis propias decisiones y a salir a la hora que quiera sin tener que pedir permiso.Después de un día agitado en la tienda, llego a casa. Hubo mucho movimiento, pero gracias a Dios, la semana ha terminado. Mis amigas de secundaria me invitaron a la inauguración de un nuevo club. Les confirm