Helena tomó las llaves del auto de su madre y se despidió al salir sin detenerse mucho para que su madre no le diera un sermón, al llegar a la cochera vio su carcacha estacionada a un lado, ya su padre se había hecho cargo de traerla de regreso con una grúa.El ver el auto trajo a su memoria los eventos del día anterior, el rostro perfecto de Vasil y su expresión furiosa cuando fue por los lobos y el sueño húmedo de esa mañana.— ¿Saldrás? — La voz de Alex la sobresaltó.— ¡Papá! — Llevándose la mano al pecho por la impresión — Si, la abuela quiere verme.—Vas a necesitar otro auto para movilizarte a la universidad… pero en este momento estoy un poco corto de fondos…—No te preocupes, seguramente Abby podrá llevarme mientras tanto, de todas maneras estoy en la vía, ella debe pasar siempre por aquí — Dijo para tranquilizarlo mientras ponía en marcha el auto de su madre.— ¡Nos vemos más tarde! — Gritó agitando la mano por la ventanilla.Helena condujo a través de la carretera, el blanc
Los músculos se le tensaban marcándose por encima de la camiseta de algodón delgada y húmeda, cada vez que levantaba las pesas como si no estuvieran hechas de metal en absoluto. Su respiración rítmica marcaba como un metrónomo el compás de sus movimientos perfectos uno, dos, tres...Intentaba concentrarse en hacer bien las cosas, pero tenía mucho tiempo sin ir de caza y sin dejar salir a su lobo... mucho tiempo siendo solo Vasil Lincoln, el hombre, el empresario, el tipo rico... necesitaba darle algo de libertad a su verdadero yo, o en cualquier momento iba a salir sin permiso y a causar un enorme desastre.—Señor, no puede torturarse de esa forma, debe salir, valla de caza, déjelo libre por unas horas, le vendrá bien...Le dijo uno de los hombres de confianza.—No recuerdo que lo hubiera tenido atado antes durante tanto tiempo, no es sano para usted, y es... peligroso... sobre todo para sus principios...Se refería a los principios que no incluían humanos en el menú. Mientras más ti
Helena apenas si desayunó esa mañana, estaba demasiado alterada como para dejar que su madre notara que era un manojo de nervios. Además, era muy temprano como mostrarse malhumorada o nerviosa, más le valía aparentar tranquilidad.Rectificó por mensajería que Abby pasaría por ella para ir a la universidad y la esperó afuera, deseando que el frío le congelara los sesos y le sacara de la cabeza las locuras en las que estaba pensando últimamente, antes de que tuviera que regresar con el psiquiatra.— ¿Te puedo llamar más tarde? Es que tengo que buscar unas cosas y voy a tardarme, así nos ponemos de acuerdo para comer juntas el almuerzo y luego llevarte de regreso, ¿Vale? — Le dijo Abby en cuanto terminó la clase.—Está bien, hay algo que quiero hacer y necesito el tiempo, así que me vendría de maravilla — Le contestó de regreso.Helena había pensado en pasar por el departamento de historia y culturas antiguas, para preguntar si alguien allí podía darle alguna información sobre el regalo
Vasil había salido disparado del terreno contiguo al patio de la casa de Helena, había sido bastante desestabilizador, nunca pensó que su conexión mental con ella fuera tan fuerte, apenas si había cruzado un par de palabras con la chica como para que de la nada ahora tuviera una conexión telepática tan fuerte y siendo ella una humana.Las imágenes de la chica semidesnuda frente al espejo tocándose mientras pensaba en él eran como para desequilibrar a cualquiera. Necesitaba que el frío del invierno apagara el fuego que comenzaba a apoderarse de él antes de que se devolviera para entrar a la fuerza en la casa y cometer una estupidez.No tenía mucho sentido, salvo lo que él ya sospechaba, que Helena fuera la reencarnación de Freya, su esposa, pero todavía no estaba completamente seguro, era muy prematuro asegurarlo porque todo estaba basado en una corazonada, la que tuvo aquel día que la salvó de los lobos salvajes.Nunca había oído que un hombre lobo tuviera una conexión tan fuerte con
Helena seguía en la oficina de la Dra. Frazer mientras ella buscaba información sobre el collar en una pila de libros.—Mira, aquí está — Dijo la Dra. Frazer por fin después un rato de búsqueda entre sus cosas — Sabía que lo había leído en alguna parte…— ¿Qué es eso? — Helena quiso saber.—Es un libro de mitología del norte de Europa, aquí hay algo sobre tu collar… — Mientras pasaba las páginas — ¡Mira, aquí!Señalando con el dedo una imagen extraída de un documento muy antiguo, el pie de la foto decía que se había encontrado entre los escombros de unas ruinas en Noruega, y el dibujo era exactamente igual a la joya que pendía de su cuello.— ¡Wao! Es idéntico al mío, ¿Y eso qué significa?—Significa que es un collar muy antiguo, y que debe estar en tu familia desde hace mucho, según estos documentos data de una época anterior a nuestra era, y no se sabe exactamente la fecha, pero puedo decirte que es una verdadera reliquia arqueológica.—Entonces lo que mi bisabuela me contó era cier
La revuelta estaba al rojo vivo en la manada Luna Roja, lacayos de la Casa de las Garras Sangrientas, traidores por naturaleza porque por sus venas corría la sangre de Azar, el hermano mayor de Vasil y quien quiso destronarlo cuando por accidente este lo mordió en una pelea convirtiéndolo en el primer Lycan nacido humano. El ataque del lobo desconocido tenía a todos con los nervios de punta, se debieron extremar los cuidados y la protección, y los cuatro hombres estaban siendo atendidos en el hospital de la manada. Los integrantes pidieron la celebración de un consejo, nunca antes se habían enfrentado a un adversario de tal envergadura capaz de dejar casi muertos a cuatro de los mejores guerreros. Algo raro estaba sucediendo. — Alfa Dolph Ross, solicitamos que se realice un Consejo, queremos explicaciones de lo que ha ocurrido. Un puñado de hombres de la manada se acercó al líder para exigir explicaciones. —Se supone que somos la raza más poderosa que existe, ¿No es lo que usted n
—Sé que te molestará todo lo que voy a decirte, pero no puedes verte débil delante de los demás, ellos son fieles, es cierto, de comprobada lealtad durante siglos, pero no por eso deja de afectarles la debilidad del Alfa… —No soy débil Demetrio — Contestó con firmeza. — ¿A, no? — Dándole un puñetazo sobre la pierna herida que acababan de suturarle. — ¡Ah! ¡Imbécil! ¿Qué pretendes? — ¡Mostrarte lo débil que estás! Si alguno quisiera revelarse… —Nadie se atrevería, ellos saben quién soy, además, dificulto mucho que consigan a un jefe tan benevolente como yo, lo sabes… nunca les ordenaría hacer algo que esté mal… ¡No tengo los cojones! —Es cierto… pero de todas formas nadie quiere a un líder que ha perdido el rumbo, así que no descuides nuestro norte, entiendo lo que sientes por ella… Dijo Demetrio tanteando el terreno con excesivo cuidado, no iba a meterse en suelo pantanoso y exceder los límites de la confianza, pero el problema era ese, Freya, Helena, era la misma cosa. Esperó
El móvil de Helena sonó, y la chica dejó caer sus cosas torpemente al intentar responder.Demetrio se inclinó ágilmente para ayudarla a levantar sus cosas y fue cuando lo notó.El fuerte olor hizo que Vasil se girara hacia su Beta luego de haber comenzado a caminar hacia la oficina, ya estaba a cierta distancia como para regresarse, sin embargo, el aroma lo golpeó cuando ella se movió para tomar el teléfono y responder la llamada de Abby, Demetrio se encargó de que lo sintiera tanto como él.«¿Hueles eso?» Le preguntó Demetrio a su Alfa mentalmente «Huele a lobo, y no es de los nuestros».«¡Carajo! Uno de ellos ha estado demasiado cerca».«Entra en la oficina, yo me encargo, no la perderé de vista».Vasil continuó, confiaba plenamente en su lugar teniente, se sentó en la oficina del Decano y mantuvo una sonrisa amplia y magnética, como la que usaba cada vez que debía convertirse en el exitoso hombre de negocios.Mientras hablaba de su clase magistral allá dentro, Abby apareció, traía