Pov Bastian Todo ha cambiado; la tierra misma parece hacerlo al saber lo que está por desatarse. Miro desde la seguridad del bosque aquel palacio donde ella está, donde esa… Aprieto con fuerza su daga, esa que guardé durante tanto, el filo se ilumina con la luz de la luna. ¿Debería clavársela en el corazón cuando la tenga de frente? No, realmente no; sería demasiado fácil para ella, no sufriría nada y no es lo que quiero. Necesito que ella sufra, que pague por esto. Pero, ¿por cuánto tiempo? Esa es la pregunta: por cuánto tiempo podré soportar lastimarla antes de volver a caer en sus redes. Aparto mis pensamientos de ella; ya tendré tiempo de pensar en todo lo que puedo hacerle. «No quiero que la lastimes a un extremo de no retorno, Bastian. Ella sigue siendo nuestra compañera.» «Pues parece que a ella se le olvidó ese detalle, Thorin.» —Todo listo, Bastian. Los espías tienen la nueva información, también… —Habla ya, Deiros. —Han estado vigilando a… Leina. Parece que, desd
Pov LeinaCamino de un lado a otro en la habitación, muerdo mis uñas para tratar de calmarme. Ya es de noche y Bell no ha vuelto. Eso no me gusta nada.Algo debió pasar; debieron descubrirla porque mi orden fue clara: "si te siguen, escóndete y no regreses".La puerta se abrió de golpe y vi entrar a Guillermo enfurecido.—Pequeña perra.—¡Ahhhh!— solté un grito atronador mientras el dolor me recorría la cara. Su férreo golpe me hizo caer e hice todo lo posible para no caer con fuerza contra el suelo.—Vendrás conmigo.Me tomó del cabello, jalando con fuerza. Trato de levantarme, de tomar su muñeca buscando un punto de agarre para que doliera menos.Al ver el filo de las escaleras, entré en pánico y, como pude, logré levantarme, aunque caminé agachada porque su mano seguía agarrando fuerte mi cabello.No sé a dónde me lleva. Ava gimotea ante el dominio que su lobo quiere imponer sobre ella.Ya de por sí está débil; a este paso puede morir y no puedo permitir eso.Salimos al exterior de
Pov BastianGena está de regreso y por mucho, ahora la necesito aquí; ocupará el puesto de Mara y ella ocupará el puesto de mis gammas hasta que consiga a alguien más confiable.Me encuentro firmando algunos documentos cuando entra un mensajero casi sin aire.—Parece que lo tenemos, señor. Fue enviado un pedazo de papel con la fórmula.Me levanté de inmediato hasta llegar a los hombres que ahora la revisan; discuten entre ellos sobre las posibilidades y por fin, deciden intentarlo.—Señor, dado que tenemos una muestra del líquido verde de los barriles y ahora la posible fórmula, solo será cuestión de tiempo para saber si es la correcta.—¿Cuánto tiempo? Eso es todo lo que me interesa.—De aquí en una hora tendremos los resultados.Asentí y luego a Deiros, esta es nuestra señal para reunir a nuestros hombres. Si todo sale bien, si esa fórmula es la correcta, estaré tomando la manada de Guillermo en solo unos días.Regresé a la habitación sin saber qué hacer. Caminé en círculos pensando
Pov LeinaTodo el castillo está envuelto en caos y alboroto; todos corren de un lado a otro tratando de huir y salvar sus vidas.Cómo me gustaría matar sus esperanzas y decir que están perdidos. Ese hombre no dejará a nadie con vida si considera que no serán leales a él, y tristemente yo estoy entre ellos.La manada arde; las explosiones siguen detonando cada vez más cerca, y me sorprende que no haya querido volar todo el castillo en pedazos.Mi tonto corazón se emociona pensando que es por mí, que lo hace por no querer lastimarme, pero mato su alegría diciéndole la verdad.Él no va a matarme, pero sí va a lastimarme; va a causarme tres veces el dolor que yo le hice sentir a él. ¿De qué forma? Aún no lo sé, pero dolerá tanto física como emocionalmente.Mis tacones resuenan en el mármol que se va agrietando con las sacudidas de las explosiones. Los candelabros tintinean sobre nuestras cabezas; la tierra fina se desprende de las paredes.Bell corre detrás de mí, tratando de alcanzarme,
Pov BastianAllí está la espada; sus palabras buscan distraerme, provocarme para que pierda el control y me equivoque como ese día.—El Rey Bastian está muy callado después de saber que su mujercita fue colocada en todas las posiciones, gimiendo mi nombre como una puta.Thorin me dio el control, dejando perplejo a Guillermo, que solo por un momento dejó ver sus verdaderas emociones.—Está bien, yo me encargaré de enseñarle muy bien a quién solo debe abrirle las piernas. Por ahora, ¿por qué mejor no nos concentramos en esta pelea?Ahí está; ahora es él quien pierde la calma, ahora está recibiendo una cucharada de su propia medicina.—Parece que para ti ella no era más que un juguete; después de todo, no somos tan diferentes.No, ella jamás fue eso para mí; fue mucho más. Lástima que aquí el juguete fuera yo. Aunque pronto le voy a enseñar cómo se juega de verdad.Pobre de ti, Leina. Solo deja que ponga mis manos en tu pequeño cuerpo y sabrás lo que se siente cuando te rompen.—Hay una
Pov Narrador—Debido a todos los cargos presentes en este momento y según nuestras leyes que usted conoce, la condena es la muerte.Toda la sala estalló una vez más; varios guardias tuvieron que entrar para reforzar la contención.Bastian alzó su mano y toda la sala se quedó en completo silencio.—Dime, Leina —acentuó su nombre para que ella lo viera; sin embargo, no lo hizo. Su mirada baja estaba rompiendo poco a poco las barreras de su contención—. ¿Cómo te declaras?Todos posaron su mirada en ella; Deiros también lo hizo, esperando a que dijera que es inocente. Algo le decía que ella lo era; es solo que todas las pruebas hablaban en su contra.—Culpable.Bastian se levantó de su asiento, Mara poniéndose a su lado por si algo salía mal. Nadie en toda la sala podía creer que ella estuviera admitiendo la culpa.Deiros la miró sorprendido, pero no dijo más; volvió a extender el pergamino frente a él para dictar su sentencia.—Ya que asumes todo lo que hiciste, serás rebajada al rango d
Pov Bastian Reviso cada documento sobre el escritorio de Guillermo. Necesito concentrarme en lo que se hará ahora, pero no puedo, no cuando ella está a solo metros de mí. Lanzo los documentos sobre toda la pila que ya hay aquí y me levanto, dando la espalda a todo para ver a través de la ventana. Por fin había logrado lo que tanto quería: recuperar lo que por derecho es mío. Y aquí estoy, en la soledad, mientras mi gente brinda y celebra en esa enorme fogata. —Deberías estar celebrando, Bastian. Es tu victoria, después de todo. Ni siquiera escuché cuando entró. Necesito hacer algo para distraerme de ella. —Dijiste que en tu visión, yo perdía algo. ¿Acaso es a Leina? —La rebajaste a esclava, Bastian. La tienes encerrada en una celda. ¿Por qué te importa si la pierdes o no? Ahora eres el Rey, puedes tomar a otra Reina. Me giré para verla; toda mi expresión cambió en el momento en que aquellas palabras salieron de su boca.—Ella es mía.—¿Cómo, un simple objeto que te pertenece o
Pov Bastian Nadie sabe nada de ella, no hay ni una pista, nada; es como si la tierra misma se la hubiese tragado. Thorin está inquieto, frustrado. Ya he perdido la cuenta de las veces que nosotros mismos hemos salido a buscarla y no encontramos nada. Paso mi mano desordenando mi cabello, observando desde el ventanal cómo limpian y arreglan el jardín por donde muchas veces caminé de pequeño con mis padres. Regresar a este lugar por completo se siente extraño, diferente; muchos recuerdos aún en estas paredes vienen a mí una y otra vez. —Bastian… Por el tono de mi beta, ya sé que no hay noticias; el mismo resultado. —Ahórratelo, Deiros. No vengas a darme informes negativos. Cuando alguien tenga un informe de que la han encontrado, solo ahí vendrás a decirme algo sobre eso. Me di la vuelta sentándome una vez más entre la torre de documentos que no paran de llegar. —Han pasado siete meses, Bastian. La hemos buscado por todo el Reino; tal vez ella ya no está aquí. Lo más se