Los enemigos naturales de los lobos eran los tigres, pues tanto rivalizaban en fuerza como en letalidad, por lo que intentaban no cruzar sus caminos pues las peleas podían ser a muerte. Incluso no solían acercarse a los territorios ajenos sobre todo los tigres que eran seres solitarios, pero que uno estuviera por aquellas zonas no era nada bueno. Y eso lo sabía Ethan. No sabía que era mejor, o eso o salvajes.Gruñó mostrando todos sus colmillos en advertencia a la otra bestia que era prácticamente de su tamaño, aunque esto no hizo que el otro se detuviera, por el contrario, sus felinos ojos brillaron y estaban enfocados en cierto lugar entre las piernas de él.Ethan mostró aún más colmillos bajando su cabeza.-Clara, levántate y ponte detrás de mí- el tono empleado no tenía cabida para la réplica.La loba, aterrada por lo que estaba ocurriendo y el nuevo presente, giró su cuerpo debajo de Ethan y se desplazó entre sus patas para esconderse detrás de él. La tensión en el ambiente era t
Clara miró, aun encima del cuerpo de tigre muerto con los ojos entrecerrados a su compañero como caía del lado inconsciente. Traqueó el cuello y abrió y cerró la boca que le dolía por el esfuerzo que acababa de hacer. La sangre empapaba su boca llenado sus papilas gustativas con un sabor asqueroso que casi le daba arcadas, su pelaje estaba manchado y chorreaba.-Ah, este cuerpo es muy débil - sentía la tensión en su cuerpo después de la densa actividad- Tendré que entrenarlo un poco más si quiero estar bien- jadeó notoriamente. Sus patas querían ceder y estaba cansada.Se bajó del animal muerto y caminó en dirección a su lobo que no mostraba síntomas de despertar. Llevó su nariz a la enorme herida provocada por el tigre en el hombro. Eran tres largas líneas profundas y gruesas que se habían vuelto negra ante la espesa sangre del macho.-Ah, esto va a ser agotador - dijo ella lamiendo su hocico para después hacerlo con la herida.***Cuando Dixon sentía que algo no iba a estar bien era
-Clara, Clara- los paso que se oían a su alrededor hacían un suave eco, junto el de las cadenas que se arrastraba detrás, dándole a entender que estaba sola y en ese lugar, ese donde solo podían estar ellas dos. Se abrazó más fuerte las piernas contra su cuerpo. No quería salir de allí. Tenía miedo. Cada vez que salía tenía el mundo real donde todo era miedo, sufrimiento, dolor.No, no quería aquello. Solo quería quedarse allí, sumida en la oscuridad, sin nada que le hiciera daño, abrazada por aquella tranquilidad acogedora y que la mantenía segura. Sí, eso haría, se quedaría allí, así no tenía que pensar en nada, ni soportar nada.-¿Solo te vas a quedar ahí sin hacer nada?- aquella voz de nuevo. La misma que ella, pero totalmente diferente a la vez. Esta era más fuerte, llena de confianza y determinación, todo lo contrario, a ella que prefería esconderse, incluso de sus mates, aquellos que había espetado en todos sus años de su vida y que ahora ella no quería cerca.-Déjame sola- sol
Clara pasó la mano por el rostro durmiente de Ethan. Se notaba cansado y aún un poco pálido. Había podido revisar y ya no quedaba rastro de la herida como tal, pero a través del vínculo y ahora tan cerca de él podía sentir que él estaba sumamente débil. Sus dedos rozaron la fuerte mandíbula para después desplazarse hacia sus labios que repasó.Se quedó mirándolos con sus ojos rubíes para después inclinarse y dejar un casto beso sobre ellos. Bajo ella pudo sentir como el lobo reaccionaba ligeramente más no se despertó. Era una lástima. Después de verlo defenderla de aquella forma, sin importarle morir en el intento estaba un poco más suave en lo referente con él. Era su mate después de todo aun si tenía algunos aspectos retorcidos en su carácter. Quizás porque él, al igual que su hermano, ninguno de los dos había recibido el afecto necesario en todos sus años de vida. Tal vez ella tendría que dárselo y enseñarlos a ser más cariñosos, aun si ella tampoco tenía mucha experiencia.-Vuelvo
Dixon terminaba la inspección hecha por toda la zona. Estaba agotado y extenuado de todo el trabajo que le estaba cayendo sobre los hombros. Normalmente tenía una idea de cómo debía ser un alfa, pero de ahí hasta quitarse horas de sueño debido al trabajo era otro asunto. Y si a eso se le sumaba una mate un poco complicada y a un hermano que le gustaba apremiar más el asunto, sentía que dentro de poco le sacarían canas en su cabello oscuro a pesar de lo joven que era.-Alfa, no hemos detectado más ningún rastro- un lobo vino corriendo y se detuvo delante de él para después bajar la cabeza.Dixon, aun después de volver de su forma de lobo podía mantener sus sentidos sumamente desarrollados, por lo que alzó la cabeza y aspiró. Se concentró y efectivamente, solo podía sentir a los lobos de su manada, más ninguna amenaza. Aun así, se aseguró por sus propios medios. Era el alfa y no confiaba en nadie, ni siquiera en su sombra.Una vez complacida dejó que su cuerpo se cubriera de su denso pe
Cuando Dixon entró por la puerta de su casa casi la astilló al tirarla convirtiendo su cuerpo. Su semblante no era nada agradable.-CLARAAAA- gritó llamando a su mate mas no recibió respuesta y eso lo puso sumamente incómodo, porque, además, no sentía su aroma cerca- Claraaaaa.Ante su llamado insistente y el tono utilizado Will apareció corriendo bajando rápido por la escalera.-¿Dóndes está mi mate?- Dixon jadeaba y su cuerpo estaba sudado, su cabello negro se pegaba a su piel y la sensación dentro de su pecho era sumamente desagradable. Necesitaba saber dónde estaba su pareja en ese momento.-Alfa, la Luna no está aquí.El gruñido que vino después hizo que hasta el beta retrocediera. La ansiedad dentro del lobo alfa creció.-¿Dónde está?- exigió una respuesta y Will supo que no le iba a gustar lo que iba a decir.-Ella…- el beta tragó en seco- Ella aprovechó que usted no estaba … y fue a su casa a recoger sus pertenencias.Los ojos dorados de Dixon casi soltaron llamas.-¿Y la deja
Dixon podía afirmar que su hermano no se equivocaba. Por mucho que el otro lobo dijera que su mate no estaba ahí y que el olor de ella se hubiera desvanecido hasta solo ser una suave fragancia como símbolo de que en algún momento estuvo ahí, era un lobo con un instinto lo suficientemente desarrollado para que este le indicara que ella no se había ido.Clara estaba en esa casa. En algún lugar. No sabía cuál, pero lo iba a encontrarSus orbes dorados se fijaron en Alester que pareció incómodo con la presencia de los dos lobos dentro de su casa, el olor de sus feromonas y la rabia que de lejos se sentía desbordando desde ellos.-Hermano, haces los honores tú, o yo- Ethan tenía una sonrisa siniestra en su rostro a pesar de que parecía relajado, pero se notaba que estaba más allá de lo molesto incluso para levantarse de la cama en su estado- No toleraré que alguien como él le haya puesto un dedo encima a mi mate.Dixon miró a su hermano y se sorprendió que estuvieran en sintonía en ese mom
Ethan y Dixon se miraron, en medio de la oscuridad delante de aquella puerta subterránea el brillo de los orbes dorados de ambos era muy intenso dando a entender lo cerca que estaban de su parte más salvaje y primitiva que les dictaba salvar a su mate.Ethan puso la mano sobre la madera vieja, húmeda y agrietada. Aquel lugar oscuro y estrecho olía realmente mal, casi impidiéndoles respirar, sin contar que no había ninguna ventilación. No podían creer que su loba estuviera ahí.Cerró los ojos y aspiró. Esperó por unos segundos intentando sentir el lazo y estaba allí, palpitando fuerte. Clara estaba detrás de esa puerta.Clara sollozaba apretando las piernas contra su pecho, intentando hacerse más pequeña en una esquina. Estaba adolorida, aterrada y sola otra vez en medio de aquella oscuridad. Solo que esta vez, dado que sus ojos se habían recuperado bastante podía divisar la entrada y lo rugoso de la pared. Aun así, la imagen no era agradable, solo le recordaba que se encontraba atrapa