La puerta metálica fue abierta, llenando de luz el espacio que antes estuvo cubierto por la oscuridad, a la vez, Magnor fue lanzado con tanta fuerza al suelo que la herida sólo sangró aún más. Sus quejas fueron respondidas por su eco. Sus súplicas no eran del interés de los Crown, por lo que al verse solo contra miradas similares que lo observaban como si fueran menos que una cucaracha para ellos.Si tan solo se hubiese negado a hacer ese trabajo…Si hubiese declinado la oferta sospechosa de 1 millón por la muerte de un Crown. Nadie pagaba eso, siendo que le proporcionaban todo el material. Lo estaban mandando al matadero y apenas al ver a Anthony abrir la puerta cinco segundos antes de enterrar un puñetazo para reducirlo y liberarlo. Luchar no sirvió de nada, pues lo que vio en esos ojos amarillos le hizo sentir por primera vez. Ni siquiera la bala incrustada en las costillas le provocaba tanto temor. Esa mirada no la podría tener un ser humano común. Parecía haber tomado miles de
Magnor tembló cuando el dolor se volvió más agudo. La herida comenzaba a infectarse y en ese sitio no tenía una sola posibilidad de recibir atención médica. Importaba menos que nada, pues desde que se habían marchado unas horas antes, no regresaron, creando en su cabeza la idea de lo inservible que era. Nadie podría ser tan efectivo en bajarles los humos a cualquiera y él estaba costando muy poco. Tan solo una habitación en uno de los edificios que el clan ocupaba para deshacerse de lo que estorbaba. La sangre en la herida comenzó a tener un olor diferente. El color era distinto y eso lo alarmó. ¿Moriría entre gusanos? Sabía que eran capaces de dejarlo morir así y con cada segundo en el que pedía ayuda cada vez en voz más baja, debido a su debilidad, la idea cobró más fuerza. Cuando la puerta se abrió se quiso levantar de su sitio, sin lograr más que caer de nuevo, pero en segundos ya lo habían hecho ponerse de pie a las malas. Obligado a permanecer de ese modo, fue arrastrado por
Para Barry dejar su vida en el camino no era un sacrificio, si no un honor si con ello evitaba que la seguridad del clan siguiera siendo la que hasta ese momento. Haber olvidado que estaban las comunicaciones enlazadas aún lo llevó a ese instante en el que tuvo que abandonar el camión al ser estallado por un lanzacohetes que lo hizo saltar del único lugar que le daba un poco de tiempo. Los sujetos del vehículo contaban con la orden de disparar a matar y a eso se apegaron cuando al solo ver al chófer caer al suelo, no le dieron ni siquiera la posibilidad de elevar la cabeza cuando lo atravesaron con un proyectil. Ponerlos en desventajas era la mejor oportunidad para abatirlos, no había posibilidad de que lo hicieran en un mano a mano, actuando rápido al ir por el consejero, quien logró escudarse antes que hicieran lo mismo con él. No había balas que detuvieran la decisión de pelear de los hombres leales a los Crown, por lo que granadas y un proyectil explosivo fue el que usaron par
Anthony tenía la mandíbula tensa, mientras sus ojos reflejaban aquello con lo que se encontraron quienes creyeron que podían escapar del lugar. Pero su mano tirando hacia atrás con parte de la garganta de uno de ellos puso punto final al enfrentamiento del que escapar era prácticamente imposible.La mano goteó, mientras se enderezó limpiando su ceja de la sangre que aún se deslizaba. Los hombres que entraron al sitio lo vieron con pesar. Ninguno se atrevió a decir nada, bajando la mirada con claros indicios de lo que ocurría. No tenían que hablar para que él se diera por enterado de lo que podría encontrar. Con cada paso, sintió el peso aplastante que recaía sobre él. Barry quedó ante sus ojos. Su cara mostraba claras señales de pelea. Su pecho estaba abierto por una barra de hierro que le atravesó el cuerpo por completo. Mateo negó. Vladimir se hizo a un lado para dejar a Anthony que viera el cuerpo de su consejero sobre una superficie de metal en donde lo colocaron. No había h
—Tenemos noticias. —dijo Cristobal cuando entró la llamada que esperaban desde que se comunicaron por primera vez. La persona con un traje a medida parecía fusionarse con las sombras. La tela negra se ajustaba perfectamente a su figura, sin un solo pliegue fuera de lugar.Dejó la llamada en curso para escuchar lo que su más leal colaborador tenía. —El avión está fuera. Ya cayó y la gente de Ezio está a sólo veinte minutos de lugar. —mencionó. —Pronto tendremos mejores resultados. —Solo hay una forma de que esto funcione. Que no me falle y tendrá mi protección. —exclamó renuente a salir a la luz. —Mientras estoy resolviendo mi desastrosa vida, quiero que todo tenga un curso determinante. Paso su mano por su cabello perfectamente cortado, antes de regresar a su llamada. Deteniéndose un segundo. —Cuando nuestro amigo termine con el inepto, mátalo también. No quiero preguntas y como lo dijiste, un día las hará. —exhaló dándose la vuelta para regresar a la comunicación pausada. Solo
—¿Sigues con vida? —cuestionó Vladimir al ver a su primo sostenerse del capó del auto. —¿Quién queda vivo después de esa caída? —¿Atraparon a Dennis? —evadió la pregunta. Tenía la barbilla con sangre y la mitad del cuerpo con raspones. —Mateo perdió. Yo no corro. —señaló mirando el golpe que Anthony tenía en la cara. —Mateo. —se tocó el auricular, haciendo una mueca de dolor al tocar su cabeza. —Ese maldit0 imbécil se lanzó sobre un auto en movimiento. Pero no pienso cargarlo solo por joderse las dos piernas. —se escuchó agitado y demostrando su poca paciencia para la persona que caminaba a la par. —Nos veremos en casa. —manifestó caminando con lentitud, lejos del vehículo cuando su dueño salió del edificio. El auto tenía una abolladura enorme que sería casi imposible arreglar. Abordó la camioneta más lento de lo que lo hacía, pidiendo que se fueran del callejón cuánto antes. Desde que llegaron a la mansión Crown arrastraron a Dennis fuera del auto en dónde verlo desangrán
Horas de camino habían agotado al grupo de personas que se alejaron del sitio del accidente. El avión se había estrellado contra los acantilados escarpados de la costa en un lugar que aún no resultaba tan conocido, pues alguien había calculado la trayectoria, porque apenas se recuperaron, el grupo de más de 20 hombres los rodearon impidiendo una defensa o al menos que Kahín con su pie herido fuese mejor atendido, siendo llevado por su padre o su hermano durante el camino. Al no tener una ubicación conocida o segura no podían actuar. Supieron que todo andaba mal cuando el radar comenzó a enviar señales extrañas y no se equivocaron. Alguien había enviado un misil desde tierra. Por la dirección que llevaba y algunos datos que Bastian vio, pudo saber el tipo y hacerles saber que evitarlo era imposible. Quienes los fabricaban se suponía que estaban extintos, pero el alemán sabía que no todos lo estaban. El impacto los sacudió aparatosamente, dañando turbinas y parte de la cola del avió
Bastian estaba intranquilo, moviendo su dedo índice mientras observaba por la rejilla de la puerta. Su hija no estaba con él. Era lo único que su mente repetía. No la subestimaba, por supuesto. Pero sabía que en ocasiones se salía de las manos el que pudieran lastimarlos. Ver a Kahín lastimado tampoco era de ayuda. Era el menor de sus hijos y necesitaba atención médica cuanto antes. Gangrena era lo último que quisiera para él y con lo aparatoso de su herida, la posibilidad no se descartaba. —Escúchame. Déjame aquí y sácalos de aquí. —pidió Kahín a su hermano. —Recuerda nuestra promesa. Siempre ver por ellos. —¿Tú me dejarías si estuviera en tu lugar? —increpó Khastiel acomodando su pierna. El menor no respondió, porque claramente sería capaz de cargarlo hasta su último aliento. —Solo trata de no moverla tanto. La sutura puede romperse y eso sí sería un problema. —Saldremos de aquí. Se los aseguro. —les dijo su madre a ambos. Todos pensaban lo mismo. El resto importaba más que sus