Esa noche puntual Vincenzo llegó a cenar al lugar acordado. El edificio era antiguo, estaba muy deteriorado y la zona era una de las más peligrosas de la ciudad. Él estaba bastante desconcertado al ver el lugar en el que ellas vivían. No le gustaba, no le gustaba nada de nada.Con el mayor disimulo del que fue capaz ingresó al humilde hogar. No era la falta de lujo el problema sino lo pequeño, descuidado y peligroso que era realmente vivir en ese lugar.A pesar de esto, ni bien ingresó pudo sentir esa sensación de hogar que no había experimentado reamente nunca en su vida. Suspiró profundo sintiendo el delicioso aroma de la comida. Sí, era como sentirse en casa, calor de hogar.Miró a su hermosa Dana y sonrió satisfecho. No era el lugar, eran las personas lo que lo convierten en un hogar. Sin dudarlo mucho tomó su mano y se acercó a dejar un beso en sus labios. No sabía muy bien cómo actuaría Dana, pero él sentía ganas y lo hizo._ Buenas noches señor Corpa _ la voz suave, pero firme
_ Fue nuestra primera opción _ reconoció uno de los ingenieros, la vimos correr y creímos que era perfecta hasta que el señor Copra encontró a Dana, ella es simplemente perfecta.Esas palabras salieron como un suspiro y el joven se ganó una mirada con molestia de su jefe._ Tú limítate a hacer bien tu trabajo y no se te ocurra mirar de más a nuestra corredora _ la posesividad del hombre había salido a flote y todos guardaron silencio asustados, ya que cada uno de esos hombres pensaba lo mismo, no solo era excelente corredora, sino que también muy hermosa. La mujer perfecta para todos quienes la admiraban en gran manera.Mientras estaba distraídos pensando en Dana, la sindicada recibía un nuevo embiste de su contrincante. Un gran insulto salió de su boca, a ese le siguió otro y otro más. Solo una vuelta, quedaba para terminar._ Maldita sea, tengo un problema con la dirección, con el último golpe esta endemoniada logró dañarla. Intentaré llegar a la meta, pero no estoy segura de lograr
Vincenzo ignoró completamente los berrinches de su esposa y se fue desesperado para conocer el estado de salud de Dana. Ella parecía estar bien, pero él no se confiaba, quería verla y saber que todo estaba perfecto. No estaba para nada preocupado por el escándalo que había ocasionado su esposa. Maldecía la hora en la que se casó con esa mujer, si no fuera por su abuelo jamás lo habría hecho._ ¿Dana estas bien? _ preguntó el hombre que ingresaba preocupado al lugar._ Sí, solo estoy furiosa Sirena es un maldita _ ella se encontraba sentada en uno de los sillones del vestuario y tenía los ojos cerrados intentando contener las lágrimas.Él se acercó a ella de manera sigilosa y se agachó para estar a su altura. De esta manera acarició dulcemente su mejilla, haciendo que ella lo mirara, y lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas._ Vin…te fallé…no lo logré _ dijo ahora mirándolo a los ojos._ No mi muñequita, no me fallaste en absoluto, todo lo contrario demostraste que eres la mejor _
Vincenzo se subió al auto y fue directo a la casa de su abuelo, en ese lugar lo esperaban los dos hombres que lo habían criado, acompañado y formado._ Abuelo, padre _ dijo el joven saludando a sus mayores._ Vin…es muy grato verte…primero que nada quiero felicitarte, esa chica es una gran corredora _ dijo su abuelo causando un gran asombro en el hombre que esperaba completamente otras palabras del anciano._ ¡Oh sí hijo! Realmente fue una carrera emocionante, nos hubiera gustado estar ahí _ dijo a modo de reproche su padre, ya que él no los había invitado._ No tenía ni idea de que le gustaran las carreras _ contestó quitado de la pena, como si eso no fuera con él._ Bien, no te preocupes, la próxima nos invitas _ dijo su padre conciliador._ Bien, al grano _ dijo un poco molesto, está seguro de que lo regañarán por lo ocurrido con su esposa. Su gesto de fastidio era evidente y eso molestó un poco a los otros dos hombres._ ¡Mocoso desnaturalizado! Respeta a tus mayores _ dijo su abu
Los días para Dana transcurrieron un poco agitados. Ella entrenaba a diario, no podía perder práctica, el problema se desarrolló cuando al llegar a casa se encuentra con una situación bastante insólita. Todos los habitantes del inmueble estaban en la calle, algunos habían tomado lo poco que pudieron antes de que los obligaran a dejar su hogar. Dentro se encontraban inspectores de salubridad y de infraestructura del gobierno. Verificaban una denuncia sobre las precarias condiciones edilicias y decidían si ese lugar era apto o no.El problema se les presentaba a todos si decidían que no era saludable, ya que deberían desalojar de inmediato. Y, para mala fortuna de ellas y buena de alguien que se encontraba en las sombras, la orden de desalojo se emitió en ese momento.Las tres mujeres estaban preocupadas y desconcertadas por lo que estaba ocurriendo. Ahora tenían el problema de buscar un nuevo lugar para vivir y eso no estaba en sus planes. Ellas eventualmente se irían de allí, pero est
Vincenzo había ido a la iglesia, él era el encargado de informar a las dos muchachas el momento en que los novios llegarían al hotel. Claro que Anahí había intentado colgarse de él, pero uno de sus guardaespaldas se lo había impedido, acto que no pasó desapercibido para nadie. La mujer escupía fuego por la boca del enojo que tenía. Lo que su esposo le estaba haciendo era sumamente humillante, pero él se encargó de dejar en claro que se pensaba divorciar.La señorita del valle no pensaba dejarlo pasar. Ella ya estaba atenta a cada movimiento de su marido, pensaba destruirlo y si tenía alguna amante a esa mujer la mataría sin dudarlo. No había hecho hasta lo imposible para casarse con él para dejar que ahora una cualquiera se lo arrebatara de la nada.“Ya están en camino”. Fue el mensaje que envió Vin en cuanto puso un pie fuera de la iglesia. Él había dejado a su hombre de confianza cuidando de su muñeca, no pensaba dejar que nadie, nunca más, le hiciera daño. Estaba dispuesto a incend
Hugo Mills miraba asombrado la imagen de su hija mayor casi muerta. Él recordaba perfectamente ese día. Necesitaba que Dana fuera a la oficina a buscar unos papeles que eran de gran importancia y quería que Mariana comenzara a empaparse de todo lo relacionado con la empresa por lo que le había pedido que la acompañara. La joven se había negado categóricamente, pero él la obligó a subir al auto. Recordaba el pánico que se podía apreciar en el rostro su hija menor, siempre había pensado que se debía a la rivalidad existente entre ellas, o que Mariana tenía un mal presentimiento, pero ahora sabía la verdad.Su hija menor era el monstruo, ella había planeado la muerte de Dana, había inutilizado sus frenos, esperando que todo resultara favorable para ella. Hugo miraba a su esposa que lloraba de manera desconsolaba y negaba con la cabeza, ella no aceptaba que eso fuera cierto, lo sabía ya que a él también se le complicaba hacerlo. Ambos tenían que ser fuertes en ese momento, tenían que ser
En una comisaría cercana Mariana continuaba gritando a todo pulmón. Ella no podía aceptar lo que estaba ocurriendo. Era algo inaudito que su hermana hubiera logrado esa evidencia en su contra. No pensaba permitir que esa maldita le ganara, eso nunca. Era tanta su furia, y tanto el forcejeo ella terminó por sentir un intenso dolor en su vientre, sumado a un pequeño sangrado, que no era profuso, pero si existía. Esto obligó a los oficiales a trasladarla a un hospital.Justo en el momento en el que la ambulancia se retiraba del lugar, con ella dentro, sus padres llegaban junto con el abogado de la familia._ ¡Hugo mi niña! _ gritaba Milena desesperada al ver cómo su pequeña hija era trasportada en ambulancia _ si algo le pasa a mi niña Dana sufrirá mi furia _ dijo la mujer de golpe con el rostro ensombrecido dejando perplejo a su esposo que cada segundo que pasaba tenía más dudas sobre todo lo que había ocurrido.Él solo atinó a tomar la mano de su esposa e intentar calmarla, no quería