Xavier frunció ligeramente el ceño. No recordaba haber provocado a esas personas en ningún momento.—Muchacho, ¿eres Xavier?El líder, un hombre calvo con una expresión bastante desafiante, miró a Xavier.—¿Quiénes son ustedes? —Xavier los miró.—Jaja, parece que es él. Vamos, hermanos, ¡hagámoslo b
Veinte minutos después, el coche de policía llegó a la comisaría cercana.Xavier fue directamente encerrado en la sala de interrogatorios, con las manos esposadas detrás de la silla de interrogatorios.El oficial Pérez miró detenidamente a Xavier con una expresión fría: —Muchacho, sabes pelear basta
—Di… director García, ¿por qué ha venido usted?El oficial Pérez miró al director García, que apareció empapado en sudor en la sala de interrogatorios, y preguntó muy sorprendido.—¡Tú, bastardo, ¡cómo te atreves a arrestar a alguien así sin motivo alguno! ¡Suéltalo de inmediato!El director García
El director García miró detenidamente a Xavier. Un rastro profundo de temor fluyó en sus ojos. En su pequeño calabozo, ¡no podían albergar a un personaje tan imponente!—¡Traigan al oficial Pérez y suspendan su cargo para investigarlo!Gritó el director García hacia la puerta. No quería perder ni un
—Beatriz, ¿qué haces aquí?Xavier miró a Beatriz con un tono lleno de frialdad.Beatriz parecía haber previsto la actitud fría de Xavier, no mostraba ninguna molestia y en cambio, en sus ojos se reflejaba un leve color de ternura: —Xavier, cuando estaba en el aeropuerto hace un momento, vi que te ll
—Señorita Serrano, ¿me puedes decir lo que necesitas directamente aquí?Xavier miró a Beatriz bastante molesto.—No es conveniente aquí. Mejor ven conmigo en el coche. No nos hemos visto en siete años, y realmente has cambiado muchísimo —dijo Beatriz suavemente.Xavier no respondió. Ambos se miraron
—¿Triana?Xavier miró a Beatriz y dijo: —¿La conoces?—Anteriormente no.Beatriz dijo con un tono muy frío: —Pero ahora sí la conozco.—¿Y?—Con toda sinceridad, ella realmente no está a tu altura.Beatriz habló palabra por palabra, con una voz fría como el juicio de un dios.Antes de llegar a la ci
Ese comentario frío hizo temblar con fuerza el corazón de Beatriz.Sin embargo, sus ojos mantenían la calma.—Xavier, yo...—Está bien, no digas más. Solo tráeme hasta aquí, tengo algo que hacer y quiero bajarme primero —dijo Xavier con frialdad.Pero en lo profundo de sus ojos que parpadeaban levem