—¡Esta tropa, realmente la mandaste tú!Teresa se tapó la boca, casi incapaz de articular palabra por la sorpresa, respiró profundamente con fuerza. Después de un rato, logró calmarse un poco. Pero su mirada seguía llena de asombro: —Xavier, ¿quién eres realmente para que incluso un teniente corone
—¿Por qué, Triana? ¿Por qué me estás haciendo esto? Llevamos casados cinco años, ¿es que no fui lo suficientemente bueno contigo? ¡¿Por qué te acostaste con otro hombre a mis espaldas?!En la villa, Xavier tenía los ojos enrojecidos mientras cuestionaba en voz alta a la atractiva mujer alta frente a
Ante el imponente escenario que tenía delante, Xavier mantuvo la calma y no mostró mucha sorpresa.—¡Bienvenido, señor Chiva!Todos saludaron al unísono.—Umm.Xavier asintió con la cabeza y se sentó en el coche.Al mismo tiempo, presionó el botón de respuesta de su teléfono.—¡Señor!De inmediato,
Esta vez, no se lo llevó consigo.Porque en su corazón, ya no quedaba ningún apego.En cuanto a las cartas de amor que estaban junto al prendedor para el cabello, decidió dejarlas. A él le daba igual si Triana las viera, después de todo, ya estaban divorciados.En el futuro, no tendrían oportunidad
¿Sonia, no estaría yendo a espaldas de ella con Xavier...?¡Imposible!Triana rápidamente descartó esa idea.Ni siquiera mencionando los cinco años de matrimonio, nunca había llevado a Xavier a conocer a sus amigas cercanas.¿Con la apariencia de Sonia Uriarte y su linaje, elegiría a un hombre sin a
—Regresando a tu empresa?Triana parecía escuchar la broma del siglo, mirando a Xavier con disgusto. —¿Quieres que te lo diga? Este es Grupo Llano, el principal grupo en la ciudad Santavilla, ¡con un valor de mercado de cuatrocientos millones!—¿Y qué?Xavier miró a Triana con indiferencia.—¿Es que
Xavier se quedó atónito en su lugar.¡Resultó que había estado equivocado todos estos años!¡Resultó que el prendedor tenía una réplica idéntica!¡Resulta que la amable chica de antes no era Triana!—¿Qué pasa? ¿Te he pillado? —Triana miró la reacción de Xavier y pensó que lo había acertado, su mira
—¡Señor Chiva, le he traído el dinero que necesitaba! —Lorenzo Uriarte, sudando profusamente, se acercó a Xavier.—¿Eres el gerente Uriarte, el director general? —Xavier miró a Lorenzo frente a él con calma.—Puede llamarme Lorenzo, ¡Señor Chiva!Lorenzo se secó el sudor de la frente y parecía angus