Triana se sorprendió muchísimo, no esperaba que Xavier le permitiera seguir hablando. Sin embargo, ¡eso demostró aún más que él había hecho algo deshonesto! Pensó para sí misma. Triana se sintió más tranquila, y su voz ganó aún más confianza. —Escúchenme, por favor. ¡No se dejen engañar por las art
—¡Hermano!Hugo inmediatamente dejó de mostrar su actitud dominante y miró respetuosamente hacia la puerta del reservado.—¡Señor!Sus secuaces también mostraron un gran y absoluto respeto.—¡Señor Zumbado!Ana y las demás temblaron ligeramente, revelando una profunda reverencia en sus miradas.—Hmm
¿Cómo? El señor Zumbado llegó tarde, ¡resultó que era para preparar regalos para Xavier y Sonia!Todos quedaron conmocionados por completo en su interior. Triana quedó completamente atónita. Antes de que el señor Zumbado pronunciara esas palabras, ¡ni en sueños se le ocurrió que la realidad sería as
¡Demonios! ¿Qué estaba tramando ese Anguila? Los ojos de Xavier parpadeaban frenéticamente mientras maldecía interiormente a José.El regalo era una enorme escultura de cristal que, bajo las luces de la suite, emanaba un resplandor deslumbrante. La escultura representaba a un hombre y una mujer abra
¿A Sonia le gustaba ese regalo? Xavier se sorprendió por un momento. Sin embargo, después de reflexionar, comprendió que probablemente Sonia dijo eso para no hacer que José se sintiera incómodo.—Jaja, ¿en serio? Me alegra que te guste —dijo Xavier sonriendo, actuando de acuerdo con la situación.—S
Al pensar en esto, Triana inhaló profundamente. Un sentido de arrepentimiento total brotó inexplicablemente en su corazón. No podía ser... ¡definitivamente no podía ser! ¡Ese tipo no podía ser tan excepcional! Triana se consolaba frenéticamente a sí misma. ¡Seguramente había algo que se le escapó!E
—¡Esta desgraciada, ¿cuándo demonios se metieron con el señor Uriarte?!Triana murmuró en voz muy baja. Más que eso, era una especie de resentimiento. ¡Odiaba no tener la habilidad para hacerlo ella misma! En el pasado, ella intentó buscar al señor Uriarte, pero él ni siquiera le echó un leve vistaz
La expresión facial de Sonia no era nada agradable. Sin embargo, ella contestó la llamada.—Lo siento, no tengo tiempo.Solo unos segundos después, Sonia colgó con rabia. Pero pronto, el teléfono móvil sonó de nuevo. Esa vez, era su tía quien la llamaba.Ella respondió el teléfono nuevamente y le di