AdaraHablar con Julián sin duda fue lo mejor que pude haber hecho, me liberé y sentí que mi carga se compartió, como me recordó Maco en su momento. La verdad os hará libre. Desde que salimos de la cama, nos bañamos juntos y he notado a Julián pensativo, me observa y luego me abraza o besa como si quisiera calmar su culpa. Sin duda entre nosotros el orgullo hizo sus estragos. Terminé de vestirme con mi traje ejecutivo. Después de la reunión con Eros, tenía que ir a la oficina.—¿Ya estás lista, Rubia?Sonreí cuando me abrazó por la espalda, aún no me acostumbraba a verlo con el tutor en el brazo, y para colmo Julián actuaba como si no tuviera nada.—Zapatos, perfume y listo.—Magnolia ya llegó.Era la señora que realizaba el aseo del apartamento dos veces a la semana, era de la entera confianza de Julián y a mí me caía muy bien, además los días que ella venía nos deja cena preparada y no tenía que llegar a cocinar, dado que mi marido solo sabio freír y en ocasiones la terminación de l
AdaraSe hizo un aterrador silencio, tal vez por lo paranoico que estábamos, por las amenazas que teníamos con el padre biológico de Ernesto, que desde hace tiempo nos estaba jodiendo. Sin embargo, la mirada de todos nuestros padres me hizo tomar la mano de Julián y este me la apretó. Maco se aferró más a su esposo, Natalia, a mi hermano… Algo no muy agradable habían descubierto nuestros progenitores. —Leonardo, como todos saben, se encuentra viviendo en el apartamento al frente del de ustedes. Ha estado averiguando y lo que ha dicho de ese tal Andy es cierto. El hombre sí es un psicólogo, pero extrañamente sus pacientes eran y son mujeres embarazadas, —mi corazón comenzó a palpitar—. Aún no sabemos qué afinidad tiene con ello, estamos tratando de llegar a los expedientes de él, para luego buscar a las pacientes. —El rostro de mi amigo se descompuso.—Le dije a Nadina que no me quedaría en su casa. Le dije a ella lo mismo que a ustedes. Buscaré una habitación o un hotel cerca. Pero c
NadinaNo sé qué me pasaba, desde que se fue Eros, mis bebitas no se calmaban. Hace dos días me dieron esas ganas enormes de olerlo y por eso fui a su lado para olerlo. Menos mal, no se dio cuenta, porque ni yo me entendía. No quiero tenerlo a mi lado y al rato lo quiero, ¡no lo sé! Andy tiene razón de que podría ser costumbre, pero lo hablado con Eros me hizo ver un gran error. Yo soy intensa.Miré el cuadro que estaba terminando. No he adelantado nada de trabajo y me quedaba poco tiempo para terminar los de la exhibición. Por compartir tanto con Andy no avanzaba y en dos meses era mi debut. Eros me comprendía y me daba el espacio, Andy dice que debo de salir y disfrutar de la vida. —Mis bebés pataleaban, al mirar la hora comprendí, me había saltado el almuerzo.—Lo siento mis amores.«Cuando sientas la necesidad de pintar, ¿quién cuidará de ellos? ¿Lo has pensado? No comes, no te bañas, no piensas en ti, ¿cómo vas a pensar en otras personas? ¿Estoy diciendo algo errado?»Eros me lo
NadinaNo solo Andy estaba rojo, yo igual. Si algo tenía Fernanda es que ella no juzgaba a tal magnitud a menos que haya investigado… ¿Qué habrá encontrado?—Preciosa, nos vemos mañana, y recuerda la cita del jueves.—Ni mañana y por dos semanas estará disponible, Nadina. Vine porque le estamos organizando el cumpleaños de tu padre para dentro de dos semanas. ¿Puedo contar contigo, jovencita? ¿O también los consejos del chichipato psicólogo te lo prohíben?—¡No, tía!, ¿piensan celebrar el cumpleaños de papá aquí? —Eso en el fondo de mi corazón me gustó.—Vienen sus nietas y se encuentran bastante tristes, aunque no lo ha dicho, pero lo hemos notado. Así que se me ocurrió traer la montaña a Mahoma.—Tu familia es insistente.—Como no tienes idea, no podrás alejarla, querido. —Los dos se miraron y eso me causó curiosidad—. Te metiste con la familia equivocada.—Nos vemos el jueves, preciosa.—Tampoco es necesario, ¿te acompaño a la cita, sobrina? ¿Ese es el médico de confianza de Eros?
Capítulo 49Historia de Julián y Adara – parte 6AdaraEra de madrugada, no me sentía bien. Me alejé del fornido cuerpo de Julián para ir al baño. —Algo adormilada, bajé el panti para sentarme a desocupar mi vejiga. No le he dicho nada a mi amargado, pero tenía dos días de retraso y yo era un relojito, esperaré una semana para decirle… —La ilusión se vino al piso, solo en ese instante le di la razón a Julián, si me estaba ilusionando con estar embarazada. Ver la mancha roja en mi protector bajó todas las ilusiones.Me limpié, cambié y tomé la toalla higiénica. El dolor en mi vientre será abismal. Debía controlar mis pensamientos. Aún era joven, como dijo el psiquiatra en la última sesión que tuve. Las palabras de Julián volvieron a mí: «si te pones ansiosa, bloquearás el proceso». —Tenía razón, pero se sentía horrible.Lavé mi rostro con agua fría, respiré un par de veces antes de regresar a la cama, pero no fui capaz de acostarme. Verlo me parecía tan hermoso, así no sea el hombre má
NadinaFue extraño, más no incómodo, el despertar de nuevo en sus brazos. Dormía profundamente. La cita médica era a las nueve y apenas eran las seis de la mañana. Salí con cuidado, tomé ropa interior, algunos objetos personales para bañarme en el otro baño. No quiero despertarlo. Me dio la impresión de que no ha dormido muy bien y si él no se cuida podría tener un bajón y eso se traduce en anemia, luego una descompensación de plaquetas y no quiero ni pensar en lo que pasaría.Al abrir uno de los cajones, vi las cartas que había encontrado al llegar cuando las dejé en el aeropuerto. No pude leerlas porque llegó Andy y las guardé, ahora tampoco las iba a leer. En parte lo dicho por Andy era razonable, se puso a tener detalles cuando vio que me perdía. «¿Insistes en esa tontería? Sabes que te mientes a ti misma». No era momento de pensar… pero algo muy feo se siente en el pecho.Mi tía Fernanda preparaba el desayuno, no tenía idea de lo que preparaba, pero olía muy bien. Ingresé en la s
NadinaEros era un intenso, pero sí había notado que mis hijas pataleaban mucho cuando él no estaba cerca. Eso me gustaba y, por momentos, me fastidiaba. Alex me dijo que mis hormonas se intensificarían por ser mellizas, y lo cierto, era que ni yo me entendía. Sí, me había dolido mucho la situación con mis padres.Ahora que pasé sola, lo noté. Por eso le daré la mejor fiesta de cumpleaños, quiero reivindicarme y hablaré con ellos, quiero que me entiendan. Con lo de Eros, tenía miedo de que me juzgaran cuando se sepa que la intensa fui yo. Y con el embarazo había días en donde amanecía sin ganas de ver a nadie y no quería reconocerlo. Y al siguiente lloro por no tenerlos cerca.Y espero reivindicarme con mis padres, por eso haré una bella recepción. Quiero demostrarles cuánto los amo a todos ellos. Mi tía Fernanda tenía razón; dijo que no diera por hecho algo que no era normal en mí, mi embarazo me tenía como la loca de la familia. Lo sucedido hoy con Andy me molestó e indignó.Era cie
AdaraEl padre había oficializado una misa corta, yo me mantuve alejada de eso. Mientras los empleados, los niños y él celebraba, yo recorría las instalaciones. Mi tía Patricia me encontró en la última habitación de bebés hasta un año, había varias cunas.—Te encontré.—Hola, tía.Me abrazó y en ese momento no sabía que necesitaba tanto de una muestra de afecto. Pero como me ha dicho mi madre. Con los años no es necesario que nos digan las cosas, las intuimos.—¿Estás bien? Te veo triste.Y ahí estaba la sabiduría de los años. Siempre se daban cuenta de todo, dicen que las madres eran adivinas, pero nosotros tenemos madre y segundas madres a las que no se les escapaba nada.—Solo un poco. Creí que me había embarazado y en la madrugada me vino la menstruación.—Sé cómo se siente, por varios meses me sentí así cada mes, hasta que ocurrió el milagro y Eduardo José llegó a mi vida, después cada uno de mis siguientes hijos.—¿Cómo lograste controlar la ansiedad?—Trabajando mucho, y entreg