Eros—No me refiero a esa clase de fallas. Yo tengo horarios complicados, pero siempre llego a tu cama, donde estés para mí no hay otro lugar, pero cuando a ti llega la musa, pasas sin estar conmigo semanas hasta has tenido dos meses en los que te saco dormida de tu taller, te baño dormida y te acuesto para al día siguiente encontrarte de nuevo en el taller, comías una sola vez al día si yo no te obligaba. Te metías en tu mundo y hasta que no terminabas no regresabas a mí. —Sus ojos se le humedecieron.» Respeté tu carrera. Dos meses sin sexo, ¿eso no lo ves? Nada de lo que me has dicho justifica tu acto. Dime realmente, ¿qué pasa? He callado ante los comentarios y los ataques de la familia en que soy el culpable. Soy el que carga con la culpa cuando es evidente que tú, por alguna razón, ya no quieres estar conmigo.—No es eso, nunca tenías tiempo para mí, siempre era la clínica.—¡No es cierto! Pasabas la mayor parte a mi lado, salvo mis turnos en la clínica, traté de ser justo, dedi
Capítulo 41Aclarando mi situación (parte 3)ErosAcomodé la maleta a un lado de la cama. Ni me tomaré la molestia de sacar la ropa, solo tomaré la vestimenta para mañana. Estaré hasta que asista a la ecografía. Me senté al borde de una de las camas, saqué el anillo de compromiso… Ironías de la vida, y sin duda hoy vuelvo a comprobar que el alma sí existe, y puede llegar a doler como cualquier herida física o tal vez hasta más.Me apresuré tanto por lograr un objetivo y eso fue la causa que detonó el que dejara de amarme… ¡Dejó de amarme! —Una fuerza extraña presionó mi pecho. Guardé el anillo en la maleta, me quité la ropa, ingresé al baño y bajo el agua sobre mi cuerpo para ver si podía calmarme y se pasaran las terribles ganas de llorar.Tampoco sé ni que pensar, vienen dos bebés… Vamos a estar separados, sé lo que era anhelar tener a un padre a tu lado y no tenerlo… No permitiré que mis hijos alberguen esa sensación. ¿Cómo no se ha dado cuenta lo egoísta que ha sido? Acepté que to
Eros—Eso es…—Ni se te ocurra decir que lo hago ahora. Porque desde que estás en la universidad lo he hecho, así que no cambiaré esa realidad. —Se puso roja—. No lo quieras ver con claridad ante lo que sea que esté pasando por tu cabeza, eso no significa que vas a tergiversar una realidad, eso no te lo voy a permitir. Te guste o no, era mi manera de decirte cuánto te amaba, con hechos te apoyaba en todo.—Eros, no quiero ilusionarte. —No te preocupes, solo será por mis hijos, hijas o ambos. —puse el vaso con la bebida a la mitad en la mesa—. Conservaré la llave, pero no te preocupes, no llegaré a este lugar sin avisarte, no quiero… No será agradable para mí verte compartir con tu nueva pareja.—No es mi pareja. Es un amigo y también es mi psicólogo.—Ya veo. —Me levanté, la ira me estaba volviendo.—Yo pagaré todos los gastos del apartamento, no me parece justo que lo hagas tú. —No dije nada.—El lunes vamos a una entidad bancaria, abriré una cuenta para mis hijos y ahí depositaré e
JuliánSolo puedo dormir sobre el lado derecho de mi brazo, pero no me importa, así puedo tener a mi mujer en una de nuestras mejores posiciones para dormir, de cucharita, tengo su lindo trasero pegado a mi endurecido pene cada mañana. Adara se había despertado hace más de veinte minutos y solo había pasado acariciándose el vientre.Ayer la vi mirándose en el espejo de lado, aún no sabemos si estaba embarazada y temía a que se obsesione con eso y qué nos genere un problema a futuro. Y, en efecto, era mejor hablarlo; ya habíamos pasado por lo mismo en el pasado, no quiero que esta vez nuestra relación caiga en esa espiral de la desconfianza.O de no prestarle atención a esos pequeños detalles que más adelante puedan generar un gran conflicto en nuestra relación. De algo ha de servir lo que está viviendo Eros. Qué, por cierto, nos pidió que nos reuniéramos en la casa de sus padres a las diez de la mañana.—Buenos días, Rubia. —Ladeó un poco su cuello para darme acceso, le di un beso. Ho
JuliánVolvió a llorar, esta vez aferrada a mi pecho, Dios estaba haciendo un esfuerzo muy grande para no soltar una lágrima. —Sin hacer el menor movimiento sentí que me había orinado. Llamé a mi madre y al decirle ella se puso sería, papá me ayudó a levantar y al hacerlo una gran descarga de líquido humedeció mis piernas, sabía lo grave de eso. —Se limpió la nariz—. Papá me cargó y mi madre buscó los papeles de la clínica.—Adara…—Al llegar con el doctor me dijo que ya no había nada por hacer. El líquido amniótico se había salido y mi bebé se iba a asfixiar poco a poco. Él no tenía el peso para tenerlo fuera del vientre y podría quedar con problemas graves, problemas irreparables, estaba bajo de peso. No había otra opción que provocar el parto, debía parirlo, solo que iba a nacer muerto.—Adara… —A la mierda, el aguantar, no llorar, la aferré a mí.—Fueron dos días en trabajo de parto, no dilataba ni con todo el medicamento suministrado. Tuvieron que aumentarlo y eso fue lo que pro
NadinaLlegamos de la reunión de Blanca, ya no podía seguir ocultándole a Eros que estaba embarazada.—Divina, ¿quieres cenar? —Le sonreí, me miró y suspiró—. Mientras preparo la cena, ¿podemos hablar? —mi corazón comenzó a latir más de prisa.—Claro.—Vi la invitación que te hicieron para presentarte en la galería de Nueva York.—Sí. —Aún no había decidido.Esa preciosa sonrisa me desarmó. Lo amaba, jamás lo negaré, pero yo quería más. Necesitaba sentirme importante para él y no su última opción.—Nadina…—Sí. —Me observaba.—Sí, estarás en la galería, o sí debemos hablar. Desde hace un mes no hemos estado juntos, me evades y eso ya me preocupa.Tenía razón, ya se me notaba el vientre y con lo demandante que podía llegar a ser en temas íntimos, temía que le hiciera daño, hasta ahora mi hijo se desarrollaba de manera perfecta, y sus turnos en la clínica fueron los que me había salvado. Puso el agua para hacer pastas. Sacó el atún y el tomate para hacer la salsa.—Eros… yo…No pude hab
ErosMe tardé más de la cuenta y le dije a Nadina que no demoraría, pero esto era fascinante y espero ella pueda entenderme. Ver el milagro de la vida y saber que hice parte para lograr a cabo da una gran satisfacción en el alma. Era como confirmar que naciste para salvar vidas. Así como mi mujer me salvó en el pasado.Todos me felicitan porque la medicina que le suministré al paciente, la cual era experimental, daba resultad. Él ya había sido diagnosticado con daño cerebral, y ahora sus familiares no dejaban de agradecerme. Aún debía seguir sumando más casos para que puedan avalar mi tratamiento como la cura para esas personas que estuvieran en estado de coma. Ellos estaban regresando.Eran las dos de la mañana, Nadina ya debía de estar dormida. ¿Qué querrá decirme? No hemos intimado desde hace un mes y eso me preocupaba. Dejé la bata en el perchero, tomé las llaves del carro. La puerta se abrió y Amelia ingresó. —Si volvía de nuevo a insinuarse, tendré que pedirle a Benjamín que la
AdaraTerminé de arreglarme para presentarme en la constructora. Ayer, después de que la gente se fue, nos quedamos en la casa, con nuestro pequeño príncipe… —No pienses de nuevo en eso, pero no podía mentirme a mí misma, así me vean sonriente. Mi alma no sanaba, creo que jamás sanará por la pérdida de mi bebé y el llanto de mi pequeño príncipe solo renovó todo.Pero Maco tenía razón, ya era momento de enfrentar mi verdad, y no iba a permitir que ese imbécil se case, y si lo hace, haré que se arrepienta. Él sigue odiándome, y yo he sido la primera promotora para incrementar ese desprecio al darle a entender que, si lo hice, el problema fue que él no entendió la ironía.Y los antecedentes a mi espalda, por creerme una mujer empoderada y liberal… yo misma, por creerme toda poderosa, me enteré el puñal. Tampoco quiero pensar en las palabras del padre Castro, si lo hago no tendré la valentía de plantarme en mi empresa. —tocaron a la puerta.—¡Adelante!Papá ingresó. Ya se encontraba ar