Iba tan nerviosa en su auto, estaba con un chico que parecía sacado de una revista de modelos juveniles, era tan amable que intentaba sacarme conversación, pero yo era tajante porque no soy buena con las conversaciones
Cuando vi mi casa, quise salir corriendo ya que sentía que mi cara estaba roja, me sentía sofocada, intenté quitarme el cinturón de seguridad, pero no pude.
—Deja te ayudo… —mi cara se prendió en calor cuando siento que su rostro esta peligrosamente muy cerca del mío, —Listo.
“no, no, no..”
Sus ojos eran tan hermosos, sus labios… los estaba viendo y como no hacerlo si está a milímetros de los míos, mi corazón se enloquece cuando sonríe viéndome fijamente.
—Buenas noches.
No se en qué momento salí de su auto, solo me quedé paralizada sin reaccionar cuando besó mi mejilla, mis padres al verme afuera sin moverme de mi lugar, me llevaron a dentro y me dejaron en mi habitación cuando les dije que estaba cansada y que no tenía hambre
“¿Qué fue eso?”
Hoy debía ir a clases, otra vez. “que emoción!” en realidad no quería ir ya que eso seria otro año siendo la inexistente chica que todos molestan cuando quieren, ojalá y encuentren a otro a quien fastidiar. Sujeto mi mochila, como siempre uso mi ropa mas decente y mi cabello rebelde y liso recogido un moño, mis lentes, si tengo miopía y los necesito
—¿Quién es él?...
Los murmullos me hacen ver hacia atrás, al ver a Damián nuevamente mi cuerpo se paraliza, ayer tuve la oportunidad de verlo mas de cerca, pero hoy que es de día… me doy cuenta lo atractivo que es, “¡Maldición, es lindo!”, estaba tan distraída viéndolo que no me di cuenta que las chicas que siempre me molestan venían hacia a mi, solo reaccioné cuando sentí que me empujaron, caí al suelo y mis libros se esparcieron frente a mi mientras los pisoteaban
Todos se reían de mi pero yo me Moria de la vergüenza porque seguramente el vio todo, al levantar mi cabeza, lo vi, estaba de pie frente a mis ojos.
—Quítate de mi camino.
Sus palabras me cayeron como un valde de agua fría, me hice a un lado y el pasó por encima de mis cosas, sentada me quedé observando mis cosas en el suelo mientras los demás se marchaban dejándome completamente sola mientras mis lagrimas ruedan por mis mejillas nuevamente.
Me perdí la primera clase ya que me encerré en el baño por un rato hasta que pudiera calmarme, para muchos venir a clases es algo maravilloso ya que se reúnen con amigos, salen con sus parejas después de clases, pero yo no lo veo así, mas bien siento que es mi infierno en vida
A cabizbaja entré a la siguiente clase, siempre estaba sola, nadie quería ser mi compañero de asientos ya que esparcieron un rumor de que tenia piojos, “cosa que no es cierta”. Estaba sumergida en la voz del profesor que no vi quien había entrado de ultimo, solo presté atención cuando sentí que alguien estaba a mi lado
Al ver de reojo lo vi, sentado a mi lado estaba Damián, como anoche, pero esta vez mas cerca. Me ignora y mantiene su vista en el profesor, no tenia nada para tomar nota de lo que dejaría de tarea. La clase había finalizado y siempre espero a que todos salgan del salón porque soy lenta para anotar, sin darme cuenta ya todos se habían ido
—Una vida tras otra.
Giro rápidamente cuando escucho su voz. Todo este tiempo estuvo detrás de mí, decidí ignorar lo que dijo ya que tal vez pensó que era otra persona.
—Elizabeth, —detengo mi andanza cuando dice mi nombre. ¿Cómo sabe mi nombre? —¿Es tu nombre verdad?
Muevo mis ojos nerviosa, ¿Qué estaba diciendo?
—Perdón… yo… creo que te equivocaste de chica. —quise salir pero toma de la muñeca —No me equivoqué —ladea una sonrisa cálida descolocándome por completo. —Lamento lo de esta mañana. Si quieres puedo compensártelo con una salida después de clases.
“No, no… aquí hay algo mas”
Salir lastimada no es lo que quería, siempre que alguien se acerca a mi, es para lastimarme y eso no lo voy permitir, ya he sufrido suficiente en mi vida así que lo alejé de mi y salí a grandes zancadas del salón, mi corazón estaba loco porque, el que un chico te haga una proposición como esa, es algo que no sucede todos los días
Al salir de clases, iba a subirme al autobús, pero me detuve cuando vi a un grupo de chicos que parecían esperarme para hacerme una broma así que no quise entrar y deje que mi transporte se fuera. Maldigo por dentro, pero reacciono asustada cuando escucho un claxon aproximarse rápidamente
—¿Te llevo?
Sujeto mis libros con fuerza mientras pienso en las opciones que tengo que son pocas por cierto, confiar en alguien como él no es lo que debo hacer porque es un extraño. Pero no deja de mirarme con esa sombría mirada y esa aura tenebrosa y dominante que lo rodea
Solo cuando llegué a casa me sentí a salvo, pero me alteré cuando vi que el no se detuvo y aceleró cuando estábamos cerca para luego alejarnos de mi casa.
—Oye..
—Te vas a divertir. Enserio que lo necesitas.
—¡No, para! —el me ignora y sigue su camino, así que sin pensar en las consecuencias intenté arrojarme del auto pero el se dio cuenta de mis intenciones y me detuvo —¡Déjame!
El detuvo el auto así que me bajé y camine ignorándolo, de pronto me sujeta del brazo y cubriendo mi boca me llevó al callejón, el miedo me invade cuando veo sus ojos, eran azules, de un rojo tan intenso y brillante que quería ayuda.
—No te vas a escapar de mí, eres mi mujer te guste o no.
“¡Esta loco!”El miedo se apodera de mi porque probablemente estaba con un posible psicópata, “mis padres tenían razón, no debí ir a esa casa” quise quitármelo de encima pero no pude, es como si fuera una piedra la que estuviera sujetándome—Escúchame bien, —mis piernas comienzan a temblar cuando siento su mano rodear mi cuello —Eres mía… nadie puede acercarte a ti, si lo hace, tu pagaras las consecuencias.Mi vista se nubla mientras siento que mi corazón corre para esconderse ante el miedo que estaba sintiendo, el aura que emana de este chico me causa tanto terror que no tuve más opción que aceptar sus condiciones.—Nos vamos a divertir mucho. —lo escalofriante que sonó eso me hizo llorar —Elizabeth, —se rie al decir mi nombre como si fuera divertido—ni siquiera eres digna de portar un nombre tan hermoso ya que eres… fea.El se alejó de mí mientras yo me quedo paralizada sin creer que esto me esté pasando, me quedé en el callejón mientras mi cuerpo se desliza lentamente hasta caer se
Mis padres no querían que fuera y que me quedara fuera de casa, la ultima vez que me quedé fuera terminó en un desastre que me hizo encerrarme por semanas en mi habitación sin comer lo que normalmente consumo, no quería decirles la razón de que me veo obligada por ese chico y les dije que el pago nos ayudaría por un mes al menos y que nada podría pasar porque la casa e grande y que solo estaríamos la pequeña y yo—Elizabeth… no tienes que hacerlo, el próximo pago que me darán es bueno y…—No puedo retractarme y lo sabes papá, ellos me están esperando y decirles que no a ultima hora es que quede mal con ellos. Te prometo que les enviaré un mensaje cuando llegue.Mis padres estaban angustiados y me pidieron que los llamara para que así pudieran estar mas tranquilos así que les dije que lo haría. Al bajar del autobús con una pequeña maleta con lo necesario para estar aquí y para mis tareas, ellos fueron breves con las explicaciones de lo que debía hacer, la niña estaba despierta y me dio
ELIZABETHLa paranoia no me deja en paz y lo único que hago, es huir de él porque no quiero involucrarme mas con esta familia y mucho menos con Damián, sus padres confían en mi y no quiero que piensen que soy una de las tantas chicas que andan detrás de los huesos de su atractivo hijo—Liz, ¿te quedas conmigo hasta que me duerma?—Claro.A diferencia de él, su hermana es un ángel muy hermoso que quieres solo mimar, ella es tan adorable que no puedo decirle que no en nada, por mi estaba bien quedarme con ella ya que así evitaría que me siga su hermano torturándome y no sé cómo tomar sus torturas“Ella me pertenece, entiendes. Solo yo puedo tocarla.”Al recordar lo que dijo mi corazón se altera sin entender porque, pero luego el miedo me invade ya que él asegura de que seguro estuve soñando con él ya que soy tan boba que seguramente tengo sueños extraños con él “Fea y rara, perfecta combinación”La crueldad no tiene limites para él, solo espero que esto se acabe y que encuentre a alguie
El ritmo de mi respiración estaba cambiando rápidamente, no pude dormir ni un poco y no hago más que ver la hora en mi celular, tenía sed pero mi temor de encontrármelo me paraliza demasiado, las horas pasaban y sin darme cuenta era domingo por la mañana. Después de que se burlaba de mi cuando me dijo que me quitará la camisa y que yo lo hiciera, se río de mi y eso me dolió de alguna forma porque pensé que cuando me desnudara frente a un chico pensé que le gustaría verme y en cambio me llamó plana, tabla de planchar y se largó dejándome peor que antes al sentirme inconforme con mi cuerpo. —¡Buenos días! Cuando veo a una niña de diez años me quedo desconcertada, “no era una niña de seis” froto mis ojos mientras intento no perder la cordura estando en esta casa, ella actúa como si nada hubiese pasado así que finjo no ver diferencia en ella y la saludo de la misma forma que ayer. Ella me propone desayunar juntas así que dije que ya bajaría, me di una ducha y vestí rápidamente, no tuve
—¿Estas bien? —Skay revisa mi brazo —Ay no, te quedó marcado.La expresión sombría de Damián daba tanto miedo que ni siquiera su novia podía encontrar alguna excusa creíble para él. Skay me habla pero yo sigo sin reaccionar, entonces pude sentir que mi corazón se estaba acelerando demasiado, podía sentir cada latido en mi garganta, podía ser lo que sea, pero esta es la segunda vez que me salva, él asegura que es porque solo él puede hacerlo, pero ahora comienzo a creer que hay algo mas—Damián…—¿A que has venido realmente? Y será mejor que tu respuesta sea convincente porque no sabes las ganas que tengo de matarte ahora mismo.—Yo… solo quería hablar con la niña… pero esta lunática apareció y trató…—Mi hermana no es una persona muy… conversadora y menos contigo.—No yo te juro que es la verdad, solo estábamos hablando, quería acercarme a mi pequeña cuñada…—¿Cuñada? —dijo de forma burlesca —Haber… Camila, dejemos algo en claro. Tenemos sexo, sí. Pero eso no significa que eres mi no
Retractarme ahora de lo que había dicho era imposible, lo tengo frente a mí, ni siquiera sentí la noción del tiempo, estando con él es como si el tiempo pasara tan rápido, como un chasquido que te hace reaccionar y ni recuerdas que perdiste el tiempo—Eso es tonto. —murmuro con una sonrisa triste al sospechar sus intenciones —Alguien como tú no estaría con alguien como yo.Esta vez ya no tenía una sonrisa, al contrario, dejó mi mano y continuó observando el paisaje desde su ventana, por alguna extraña razón su silencio fue como una aceptación a lo que había dicho, cuando llegue a mi parada, me levanté para ir a casa que se encontraba a unas cuadras, pero cuando se levanta de su lugar me detuve y lo observé, salió del autobús y se marchó sin decir nada o mirar atrás, solo pude verlo desaparcare.—¿Vas a salir o no?—Lo siento. —me disculpo con el chofer.—Oye, —volteo a ver al chofer —Porque sales con ese chico, si es apuesto pero es un cretino.Me rio por su comentario. —El no es mi n
—Cariño… hija…—Mmm…—Hija, despierta. —me levanté con pereza. Bostezo mientras le digo que aún es temprano —¿Liz, cariño, son las tres de la tarde. —¿Qué? Abrí mis ojos por completo al escuchar que ya era tarde. Busco mi reloj y me doy cuenta que tiene razón, son las 3 de la tarde. “¿Qué es lo que pasó?” Recuerdo que anoche… Damián vino aquí… estaba empapado, estaba desnudo cuando le traje chocolate a mi habitación, nos besamos y luego… Todo se volvió confuso y no recuerdo lo que pasó después. “No puede ser, me dormí y solo estuve soñando nuevamente,” si, seguramente solo era un sueño, él no podría besarme, pero.. lo que dijo… se sintió tan real que aun recuerdo sus palabras. —¿Y eso?. —¿Qué?..Mi madre se acerca y hace mi cabeza a un lado, toca una parte de mi cuello pero luego baja mi blusa de tirantes que uso para dormir, no se que estaba viendo solo espero que no sea alguna cicatriz que él me haya dejado—Elizabeth… ¿te hiciste un tatuaje? Y sin consultárnoslo.No
—¿Porqué?... —algo me duele dentro de mí —¿Qué te he hecho para que me trates así?. No me quita los ojos de encima. Sabía que no me respondería y que se iría solo riéndose de mi porque soy estúpida y sensible, pero es la verdad, lo que siento, porque me trata así si jamás le he hecho algo malo para sea tan cruel conmigo. —Te trae así porque eres lo peor de este mundo y verte me causa asco. Eres más que un estorbo. Sus palabras fueron como alfileres, miles de ellos incrustándose en mi pecho y causándome un maldito y angustiante dolor que me mata y me ahoga. Se aleja y sale de los baños, mi cuerpo tiembla mientras mi espalda se desliza hasta que caigo sentada al suelo, mis lágrimas se vuelven más gruesas mientras me pregunto porque me duele tanto que haya dicho todo eso, había tanta crueldad en él que no podía con ella Porque no se quedó callado, hubiera preferido que se burlaba de mi, habría sido mejor que escuchar de él que le doy asco y que soy un estorbo. Siempre supe que solo so