ELIZABETH
La paranoia no me deja en paz y lo único que hago, es huir de él porque no quiero involucrarme mas con esta familia y mucho menos con Damián, sus padres confían en mi y no quiero que piensen que soy una de las tantas chicas que andan detrás de los huesos de su atractivo hijo
—Liz, ¿te quedas conmigo hasta que me duerma?
—Claro.
A diferencia de él, su hermana es un ángel muy hermoso que quieres solo mimar, ella es tan adorable que no puedo decirle que no en nada, por mi estaba bien quedarme con ella ya que así evitaría que me siga su hermano torturándome y no sé cómo tomar sus torturas
“Ella me pertenece, entiendes. Solo yo puedo tocarla.”
Al recordar lo que dijo mi corazón se altera sin entender porque, pero luego el miedo me invade ya que él asegura de que seguro estuve soñando con él ya que soy tan boba que seguramente tengo sueños extraños con él “Fea y rara, perfecta combinación”
La crueldad no tiene limites para él, solo espero que esto se acabe y que encuentre a alguien mas a quien molestar, prefiero estar en el anonimato. “crueldad” todos son crueles, todos… por eso prefiero estar sola, aunque mis padres dicen que no es seguro ya que alguien querría atacarme como aquella vez, un extraño me persiguió cuando era niña y luego… “inhalo profundo” por eso odio no me agrada la oscuridad o los lugares solitarios
Al ver que ella se durmió, vi que la puerta se abre lentamente, al verlo palidecí, observa a su hermana y con un movimiento de cabeza me ordena salir. Entrecierro mis ojos porque no tenía más opción que hacerlo, no se porque, pero este chico es diferente a los demás, no le temo tanto a los demás, pero él… tiene algo que me causa tanto miedo que hace que mi mente grite que corra lejos de él o moriré.
Al cerrar la puerta él me toma del cuello y estrella mi cuerpo contra la pared, el dolor por el impacto me hace morder mis labios ya que nuevamente vi por un momento que sus ojos cambiaron de color, rojo intenso y esta vez no estaba alucinando.
—Creíste que podrías huir de mi todo el tiempo.
—¿Por qué me haces esto? —murmuro entre lagrimas —No te hecho nad…
Nuevamente me azota contra la pared haciéndome callar, de la nada escuché un gruñido escapar de él dejándome congelada, su sonrisa era tan siniestra que me hizo preguntarle quien era él. Su pulgar acaricia mi mejilla, observa lo que hace para luego decir que era mi verdugo tal y como me lo juró antes.
De pronto, el ladea una sonrisa y luego me dice que esta vez jugaremos un juego solo nosotros dos. Se aleja de mi y me lleva hasta afuera, comienzo a preocuparme cuando me dice que jugaremos el juego del lobo y la presa
—Damián por favor… no… —no quiero ir a la oscuridad. —La oscuridad me da claustrofobia…
—No me importa lo que digas o lo que te de miedo, jugaras, y es mejor para ti que corras.
Caigo sentada al ver que su cuerpo comenzó a deformarse frente a mí, mis ojos no dan crédito a lo que estaba viendo, es… imposible. Aterrada por lo que estaba frente a mí, una enorme bestia con filosos colmillos me hizo correr con todas mis fuerzas hacia la casa, pero el lobo negro se interpuso en mi camino y me jaló del pantalón y comenzó a arrastrarme hacia el jardín que era su bosque
—¡¡Auxilio!!...
Gruñía y cuando siento una mordida en mi muñeca me hizo gritar y levantarme para correr lejos de él, el aire frio golpea mi rostro mientras corro, no miro atrás y solo busco la forma de salir de la propiedad lo más rápido posible.
Cuando pude ver los muros, sentí por un breve momento un inmenso alivio, pero así como apareció se desvaneció al ver al lobo frente a mi camino, mis pies me fallan al deslizarme y caer frente a él, y sin esperar mas se abalanza sobre mi y muerde mi hombro con tanta fuerza que mis gritos no eran suficientes para demostrar el dolor que estaba sintiendo
Intento luchar con todas mis fuerzas, pero mi cuerpo comenzó a debilitarse lentamente sintiéndolo pesado, y cuando estaba a punto de cerrar mis ojos pude ver que un lobo mas pequeño cayó sobre él y lo mordió haciendo que me soltara, sonrío agradecida por lo que acaba de pasar, pero ese lobo pequeño tendría el mismo destino que el mío por intentar ayudarme.
—¡¡Liz, Liz!!...
Esa voz infantil llamándome me hacia recordar a la hermana pequeña del chico que se convirtió en una bestia infernal, conocía lo que era, pero jamás pensé que existieran los hombres lobos, creí que eran un cuento inventando por las personas
—¡¡Te juro que le diré a mi madre de esto Damián!!
Al escuchar su nombre me levanto de golpe y ahí estaban ellos nuevamente, cuando lo vi y que sonreía mientras mira mi hombro siento el dolor mas fuerte, esto era real, ellos no son normales, no son humanos como yo.
—Ustedes… son… hombres lobos.
La pequeña niña mira furiosa a su hermana diciéndole que le dirá a su padre de que ha revelado lo que son, el miedo lo tenia en mi garganta y huir no podía porque temía que lo que mi hizo Damián se volviera a repetir.
—No he dicho nada y lo sabes, además, ella no es una humana también así que no le he revelado a ningún humano lo que somos. Ya quítate ese hechizo Skay.
—¿Qué? —murmuro confundida.
Ella le dice que la deje en paz pero el la ignora y se acerca a mi diciendo que sabe muy bien lo que soy, yo ni siquiera sabia de lo que estaba hablando pero él no me creía y aseguró que esto solo era el principio de mi martirio.
—Yo no te hecho nada…
—Ya veras que esto no acaba aquí —él mira a su hermana y ella lo desafía con la mirada pero al final nos deja solos. —Ahora… quítate la camisa.
El ritmo de mi respiración estaba cambiando rápidamente, no pude dormir ni un poco y no hago más que ver la hora en mi celular, tenía sed pero mi temor de encontrármelo me paraliza demasiado, las horas pasaban y sin darme cuenta era domingo por la mañana. Después de que se burlaba de mi cuando me dijo que me quitará la camisa y que yo lo hiciera, se río de mi y eso me dolió de alguna forma porque pensé que cuando me desnudara frente a un chico pensé que le gustaría verme y en cambio me llamó plana, tabla de planchar y se largó dejándome peor que antes al sentirme inconforme con mi cuerpo. —¡Buenos días! Cuando veo a una niña de diez años me quedo desconcertada, “no era una niña de seis” froto mis ojos mientras intento no perder la cordura estando en esta casa, ella actúa como si nada hubiese pasado así que finjo no ver diferencia en ella y la saludo de la misma forma que ayer. Ella me propone desayunar juntas así que dije que ya bajaría, me di una ducha y vestí rápidamente, no tuve
—¿Estas bien? —Skay revisa mi brazo —Ay no, te quedó marcado.La expresión sombría de Damián daba tanto miedo que ni siquiera su novia podía encontrar alguna excusa creíble para él. Skay me habla pero yo sigo sin reaccionar, entonces pude sentir que mi corazón se estaba acelerando demasiado, podía sentir cada latido en mi garganta, podía ser lo que sea, pero esta es la segunda vez que me salva, él asegura que es porque solo él puede hacerlo, pero ahora comienzo a creer que hay algo mas—Damián…—¿A que has venido realmente? Y será mejor que tu respuesta sea convincente porque no sabes las ganas que tengo de matarte ahora mismo.—Yo… solo quería hablar con la niña… pero esta lunática apareció y trató…—Mi hermana no es una persona muy… conversadora y menos contigo.—No yo te juro que es la verdad, solo estábamos hablando, quería acercarme a mi pequeña cuñada…—¿Cuñada? —dijo de forma burlesca —Haber… Camila, dejemos algo en claro. Tenemos sexo, sí. Pero eso no significa que eres mi no
Retractarme ahora de lo que había dicho era imposible, lo tengo frente a mí, ni siquiera sentí la noción del tiempo, estando con él es como si el tiempo pasara tan rápido, como un chasquido que te hace reaccionar y ni recuerdas que perdiste el tiempo—Eso es tonto. —murmuro con una sonrisa triste al sospechar sus intenciones —Alguien como tú no estaría con alguien como yo.Esta vez ya no tenía una sonrisa, al contrario, dejó mi mano y continuó observando el paisaje desde su ventana, por alguna extraña razón su silencio fue como una aceptación a lo que había dicho, cuando llegue a mi parada, me levanté para ir a casa que se encontraba a unas cuadras, pero cuando se levanta de su lugar me detuve y lo observé, salió del autobús y se marchó sin decir nada o mirar atrás, solo pude verlo desaparcare.—¿Vas a salir o no?—Lo siento. —me disculpo con el chofer.—Oye, —volteo a ver al chofer —Porque sales con ese chico, si es apuesto pero es un cretino.Me rio por su comentario. —El no es mi n
—Cariño… hija…—Mmm…—Hija, despierta. —me levanté con pereza. Bostezo mientras le digo que aún es temprano —¿Liz, cariño, son las tres de la tarde. —¿Qué? Abrí mis ojos por completo al escuchar que ya era tarde. Busco mi reloj y me doy cuenta que tiene razón, son las 3 de la tarde. “¿Qué es lo que pasó?” Recuerdo que anoche… Damián vino aquí… estaba empapado, estaba desnudo cuando le traje chocolate a mi habitación, nos besamos y luego… Todo se volvió confuso y no recuerdo lo que pasó después. “No puede ser, me dormí y solo estuve soñando nuevamente,” si, seguramente solo era un sueño, él no podría besarme, pero.. lo que dijo… se sintió tan real que aun recuerdo sus palabras. —¿Y eso?. —¿Qué?..Mi madre se acerca y hace mi cabeza a un lado, toca una parte de mi cuello pero luego baja mi blusa de tirantes que uso para dormir, no se que estaba viendo solo espero que no sea alguna cicatriz que él me haya dejado—Elizabeth… ¿te hiciste un tatuaje? Y sin consultárnoslo.No
—¿Porqué?... —algo me duele dentro de mí —¿Qué te he hecho para que me trates así?. No me quita los ojos de encima. Sabía que no me respondería y que se iría solo riéndose de mi porque soy estúpida y sensible, pero es la verdad, lo que siento, porque me trata así si jamás le he hecho algo malo para sea tan cruel conmigo. —Te trae así porque eres lo peor de este mundo y verte me causa asco. Eres más que un estorbo. Sus palabras fueron como alfileres, miles de ellos incrustándose en mi pecho y causándome un maldito y angustiante dolor que me mata y me ahoga. Se aleja y sale de los baños, mi cuerpo tiembla mientras mi espalda se desliza hasta que caigo sentada al suelo, mis lágrimas se vuelven más gruesas mientras me pregunto porque me duele tanto que haya dicho todo eso, había tanta crueldad en él que no podía con ella Porque no se quedó callado, hubiera preferido que se burlaba de mi, habría sido mejor que escuchar de él que le doy asco y que soy un estorbo. Siempre supe que solo so
No se que es lo que me estaba pasando, no podía ir en contra de su voluntad, quería obedecerle, no separarme de él ya que si lo hacía sentía que mi vida era nada sin él, es como un vacío que me quema por dentro —Ahora entiendes que me perteneces. Cuando su mano se cuela por debajo de mi blusa y sube lentamente mientras su aliento caliente eriza la piel de mi cuello cuando siento su mano derecha abandona mi cintura y comienza a bajar, se deshace del cordón de mi pantalón de algodón, su pulgar juega en mi vientre como si intentará bajar pero al mismo tiempo no. De pronto me petrificada cuando escucho la voz de mi madre en el pasillo, el mueve sus ojos y cubriendo mi boca me arrastras hasta mi habitación, le coloca el seguro. Al escuchar a mi madre entrar y llamarme el miedo me invade.Al intentar verlo me advierte guardar silencio, mi madre venía hacia mí habitación e intentó entrar pero la puerta tenía el seguro.—¿Cariño?.Damián me advierte no decir nada sobre su presencia a
—Tú me involucras y ahora me dices que no me ayudaras si algo me pasa. Eso es estúpido—No. Estúpido es que ya seas mía y tú no quieras aceptar una relación conmigo. —¿Qué?... —El abre la ventana de mi habitación al ver lo que planeaba hacer quise detenerlo . —¡Damián!... Al asomarme por la ventana, vi con mis propios ojos que cayó de pie sobre el suelo en el callejón, si, a veces olvido lo que es realmente, me observa como advirtiendome pero frunciendo el ceño le dije que no, cerré la ventana y le puse el seguro—Una relación con él.Estaría loca si yo hiciera eso. Salí para ayudar a mi mamá en la cena cuando ella me miró, sonríe y me pregunta si ya me siento mejor, mentí al decir que si, la forma en que me mira es extraña, es como si quisiera preguntarme algo.—¿Recibiste a alguien hoy?. —No. —mentí —¿Porqué?.—Cariño, sabes que no me voy a enfadar si alguien vino a verte, pero si me enfadaré contigo por mentirme. —¿Acaso eres una bruja? —me rio y ella tambien. —Ok, un
Cuando dio su respuesta todos se quedaron con la boca abierta, incluso yo. No lo negó.—Espera que… estas diciéndome que me rechazaste por esta perra. —Si. Todos nos rodearon cuando escucharon la conversación, todos estaban atentos a los reclamos de Lara que se encontraba cabreada porque Damián la había rechazado, grita rabiosa diciendo que como es posible que la rechacé por alguien tan insignificante como yo.—Dime Lara, ¿crees que alguien en su sano juicio dejaría a un bombón por un chicle masticado?—Oiste… —La rechazó y encima la llama zorra. —Se lo merece… pero porque ella…Todos estaba al tanto de todo y Lara sintiéndose humillada se fue llorando y sus amigas la siguieron detrás, los supuestos amigos de Damián lo encaran y le preguntan si en verdad estaba hablando enserio. Y su respuesta fue simple.—Crees que querría a alguien como ella, te ha seguro que incluso tú, te la has follado. —Eres un idiota. Lo empuja y Damián ladea una sonrisa, no me mira y solo se m