—¿A dónde vamos, papi? —inquirió Loana, abrazando a Darius por el cuello e intentado darle algo de calor al verlo solo en una camiseta gris.—No sé, mi amor —murmuró y terminó riendo ante su arrebato, deteniéndose una calle más arriba de la casa de Jolie—. Hace frío, ¿verdad?—Mucho —su pequeña lo abrazó aun más fuerte y escondió la cabeza en el cuello del hombre—. Si te abrazo fuerte ya no sentirás frío.Darius volvió a reír y dejó un beso en su frente, agradeciendo que su pequeña fuese su ancla en la realidad, porque de no ser por ella, no tendría ni la menor idea a donde hubiese ido.No lo pensó demasiado y regresó a la casa a paso rápido, después de todo, hacia mucho frío y temía que su pequeña enfermera al solo ir con pijama, un gorro y un par de guantes. Además, pensar en que Jolie y el tal Kurt se habían quedado solos en la casa le revolvía el estómago.Se maldijo en el pensamiento, preguntándose qué diablos estaba haciendo y por qué había actuado de esa manera cuando clarament
La noche fue larga y llena de preocupación para Jolie que no pudo dormir pensando a dónde había ido Darius. Sabía en su interior que quizá estaba bebiendo, pero eso no quería decir que no estaba preocupada por él.Le preocupaba ese problema que tenía con el alcohol y parecía no darse cuenta de las afectaciones que aquello le traía no solo a él, sino también a todos quienes lo rodeaban. Su alcoholismo aumentaba, cuando ella creía que con Loana mermaría con el paso de los días, por lo que se preguntaba si ella tenía que ver con su problema y era la culpable de que él bebiera como si el mundo se fuese a acabar.Le dolía y la enojaba por igual que las cosas entre ellos estuviesen siendo de ese modo. Ella lo que menos quería era discutir con él, pero cualquier cosa parecía estallar su furia. Él siempre estaba a la defensiva y cuando menos se lo esperaba se desfogaba, diciéndole palabras hirientes y que ella misma incluso creía merecer, pero que de igual manera le dolían y la mortificaban.
Jolie se sintió tan rebasada al verse envuelta en una boca cargada de ansiedad y desenfreno que se vio arrastrada por su misma necesidad y deseo, recibiéndolo con total pasión. Envolviendo los brazos alrededor del cuello de Darius, le correspondió el beso con el mismo frenesí con que él la estaba besando y desarmando en su totalidad.Demasiado caliente y eufórico por la manera en que ella se apretaba a su cuerpo y rozaba sus labios, tomó su cabello en un puño y la besó con mayor rudeza, obligándola a abrir aun más su boca para que él pudiese explorarla a cabalidad con su lengua.Sus bocas unidas y en busca de mayor fricción, queriendo tomar el control de un beso que era desesperado, sediento, húmedo y caliente. Ambos querían más contacto, querían beberse al otro en un beso que los estaba dejando sin aliento, pero que los estaba calentando a más no poder.Las manos de Darius se deslizaron por el cuerpo de la rubia y esta emitió un pequeño gemido cuando él acunó su trasero y la pegó tan
Jolie boqueó un par de veces y finalmente no fue capaz de decir palabra alguna. Sus mejillas estaban rojas por la vergüenza que sentía y porque ella había supuesto que él no recordaría absolutamente nada de lo que había pasado, menos lo que había dicho siquiera sin pensar.No obstante, Darius sí recordaba algunas cosas, como la estupidez que le había dicho al llegar y cuando la besó sin poder resistirse por más tiempo. Tanto tiempo luchando contra sus propios sentimientos no le había valido de nada, si cuando estaba cerca de ella y en ese estado tan vulnerable, el amor lo seguía doblegando a sus pies.Recordaba que ella también le había devuelto el beso con la misma intensidad, pero lo siguiente era confuso y un borrón que necesitaba entender. No sabía si era un sueño que ella le había dicho que lo amaba, si realmente había dicho tales palabras o solo se trataba de su imaginación jugando en su contra. Su cabeza era un caos y la resaca que presentaba no le ayudaba en lo absoluto a pens
—Aunque ya renuncié, aún no he cerrado dos casos que han sido verdaderos de cabeza, pero no creas que olvidé nuestro trato. Tengo juicio en cuarentena minutos, así que me adelanté y busqué un grupo de apoyo para que fuéramos juntos. Todos los días hay reunión a las seis, por lo que trataré de adelantar todo el trabajo que tengo pendiente y venir por ti. Por cierto, Jess vendrá por Loana, ya sabes, es la única en quien puedo confiarle a mi hija y a ella le encanta estar con ella porque le da galletas de chocolate —Jolie tomó su abrigo y su cartera dándole una mirada breve a Darius—. Y de nuevo te agradezco que me ayudes con la mudanza. La casa está hecha un caos y eso que es pequeña, pero no sabía que tenía tantas cosas hasta este momento...—Toma un respiro —le indicó Darius con una sonrisa divertida—. Estás hablando tan rápido que no te entiendo nada. Haz tu trabajo, yo me encargo del resto.—Gracias —suspiró y se agachó a darle un beso en la mejilla a Loana—. Pórtate bien, princesa.
La pareja entró al edificio tomados de las manos y, aunque Jolie quería puntualizar ese hecho que la tenía con el corazón latiéndole con demasiada violencia y los nervios a flor de piel, no quiso arruinar el momento por lo que se vio guardando silencio, disfrutando del tacto de sus palmas juntas, del calor que emitían y de la fuerza con la que él la sujetaba y se afianzaba a ella, como si tuviese miedo a soltarla y él terminara de caer.Aunque le molestó el hecho de que el alcohol era una adicción que lo podría llevar a cometer muchos errores, agradecía la sinceridad y se atreviera a decirle lo que había sucedido con su hija. No iba a negar que dudaba, su instinto protector de madre la hacía sentir algo de desconfianza, pero también creía en él y en que era mucho más fuere que la bebida.En el tercer piso donde se llevaban acabo las sesiones del grupo de ayuda habían pocas personas, entre ellos un par de adolescentes y dos hombres mayores, todos sentados en un círculo abierto donde es
Con el paso de los días, entre las sesiones del grupo de ayuda, la mudanza y el caso que aún le quedaba por cerrar, Jolie empezaba a ver algo de esperanza y que no todo estaba perdido.Quería creer que no era tarde para ganarse el perdón de Darius, que quizá podrían seguir donde lo habían dejado años atrás omitiendo sus miedos y que ella había escapado de él. Pretendía conquistar al hombre que la miraba diferente, que ahora no la ignoraba y no prodigaba su odio. Ahora que se estaban acercando como jamás lo habían hecho, conociendo miedos, sueños y frustraciones que ninguno de los dos llegó a imaginar algún día, podía sentirse más segura de sí misma y de lo que sentía por él.Darius era atento, la escuchaba y le respondía cuando ella le preguntaba. No solo estaba siendo un padre increíble, sino un compañero y un hombre maravilloso que se preocupaba por ella aunque lo supiera disimular muy bien. La ayudaba en todo lo que podía respecto con la mudanza y con los deberes de la casa pese a
Jolie acostó a Loana en su cama y Darius se encargó de cobijarla. Como si estuviesen sincronizados, los dos se agacharon al mismo tiempo a dejarle un beso en su mejilla, lo que ocasionó que se golpearan las cabezas y soltaran una pequeña maldición en medio de una risa.Se sentían torpes desde el momento tenso y caliente del restaurante, y es que ninguno de los dos podía sacar de su mente la osadía del hombre. Los dos podían aun sentían ese roce, como si hubiese quedado tan grabado en sí mismos que no podían apartar e ignorar la sensación en su piel. El deseo empezaba a resurgir con fuerza de entre las cenizas y ninguno sabía cómo controlar lo que estaban sintiendo por el otro, aun así, estaban seguros de no dar un paso adelante y acabar de una vez y por todas con la tensión.Darius aun se reservaba sus sentimientos, ya que él había sufrido demasiado y no buscaba una nueva decepción viniendo de la misma persona. Y Jolie, aunque temerosa, quería recuperar la relación y dejar todo rastro