Jolie boqueó un par de veces y finalmente no fue capaz de decir palabra alguna. Sus mejillas estaban rojas por la vergüenza que sentía y porque ella había supuesto que él no recordaría absolutamente nada de lo que había pasado, menos lo que había dicho siquiera sin pensar.No obstante, Darius sí recordaba algunas cosas, como la estupidez que le había dicho al llegar y cuando la besó sin poder resistirse por más tiempo. Tanto tiempo luchando contra sus propios sentimientos no le había valido de nada, si cuando estaba cerca de ella y en ese estado tan vulnerable, el amor lo seguía doblegando a sus pies.Recordaba que ella también le había devuelto el beso con la misma intensidad, pero lo siguiente era confuso y un borrón que necesitaba entender. No sabía si era un sueño que ella le había dicho que lo amaba, si realmente había dicho tales palabras o solo se trataba de su imaginación jugando en su contra. Su cabeza era un caos y la resaca que presentaba no le ayudaba en lo absoluto a pens
—Aunque ya renuncié, aún no he cerrado dos casos que han sido verdaderos de cabeza, pero no creas que olvidé nuestro trato. Tengo juicio en cuarentena minutos, así que me adelanté y busqué un grupo de apoyo para que fuéramos juntos. Todos los días hay reunión a las seis, por lo que trataré de adelantar todo el trabajo que tengo pendiente y venir por ti. Por cierto, Jess vendrá por Loana, ya sabes, es la única en quien puedo confiarle a mi hija y a ella le encanta estar con ella porque le da galletas de chocolate —Jolie tomó su abrigo y su cartera dándole una mirada breve a Darius—. Y de nuevo te agradezco que me ayudes con la mudanza. La casa está hecha un caos y eso que es pequeña, pero no sabía que tenía tantas cosas hasta este momento...—Toma un respiro —le indicó Darius con una sonrisa divertida—. Estás hablando tan rápido que no te entiendo nada. Haz tu trabajo, yo me encargo del resto.—Gracias —suspiró y se agachó a darle un beso en la mejilla a Loana—. Pórtate bien, princesa.
La pareja entró al edificio tomados de las manos y, aunque Jolie quería puntualizar ese hecho que la tenía con el corazón latiéndole con demasiada violencia y los nervios a flor de piel, no quiso arruinar el momento por lo que se vio guardando silencio, disfrutando del tacto de sus palmas juntas, del calor que emitían y de la fuerza con la que él la sujetaba y se afianzaba a ella, como si tuviese miedo a soltarla y él terminara de caer.Aunque le molestó el hecho de que el alcohol era una adicción que lo podría llevar a cometer muchos errores, agradecía la sinceridad y se atreviera a decirle lo que había sucedido con su hija. No iba a negar que dudaba, su instinto protector de madre la hacía sentir algo de desconfianza, pero también creía en él y en que era mucho más fuere que la bebida.En el tercer piso donde se llevaban acabo las sesiones del grupo de ayuda habían pocas personas, entre ellos un par de adolescentes y dos hombres mayores, todos sentados en un círculo abierto donde es
Con el paso de los días, entre las sesiones del grupo de ayuda, la mudanza y el caso que aún le quedaba por cerrar, Jolie empezaba a ver algo de esperanza y que no todo estaba perdido.Quería creer que no era tarde para ganarse el perdón de Darius, que quizá podrían seguir donde lo habían dejado años atrás omitiendo sus miedos y que ella había escapado de él. Pretendía conquistar al hombre que la miraba diferente, que ahora no la ignoraba y no prodigaba su odio. Ahora que se estaban acercando como jamás lo habían hecho, conociendo miedos, sueños y frustraciones que ninguno de los dos llegó a imaginar algún día, podía sentirse más segura de sí misma y de lo que sentía por él.Darius era atento, la escuchaba y le respondía cuando ella le preguntaba. No solo estaba siendo un padre increíble, sino un compañero y un hombre maravilloso que se preocupaba por ella aunque lo supiera disimular muy bien. La ayudaba en todo lo que podía respecto con la mudanza y con los deberes de la casa pese a
Jolie acostó a Loana en su cama y Darius se encargó de cobijarla. Como si estuviesen sincronizados, los dos se agacharon al mismo tiempo a dejarle un beso en su mejilla, lo que ocasionó que se golpearan las cabezas y soltaran una pequeña maldición en medio de una risa.Se sentían torpes desde el momento tenso y caliente del restaurante, y es que ninguno de los dos podía sacar de su mente la osadía del hombre. Los dos podían aun sentían ese roce, como si hubiese quedado tan grabado en sí mismos que no podían apartar e ignorar la sensación en su piel. El deseo empezaba a resurgir con fuerza de entre las cenizas y ninguno sabía cómo controlar lo que estaban sintiendo por el otro, aun así, estaban seguros de no dar un paso adelante y acabar de una vez y por todas con la tensión.Darius aun se reservaba sus sentimientos, ya que él había sufrido demasiado y no buscaba una nueva decepción viniendo de la misma persona. Y Jolie, aunque temerosa, quería recuperar la relación y dejar todo rastro
—¿Y bien? ¿Cómo te fue en el juicio? —inquirió Darius, antes de subir al auto y partir hacia su reunión del grupo de apoyo.Jolie sonrió de oreja a oreja, mostrándole un brillo de satisfacción y felicidad que lo hizo sentir orgulloso, pero que también aceleró los latidos de su corazón. Sus ojos azules eran tan brillantes, expresivos y sumamente magnéticos que lo atrapaban en una red que le resultaba difícil liberarse.Ese brillo de satisfacción lo hacía sentir feliz por ella, porque sabían cuan importante era su trabajo y toda la dedicación que ponía en cada caso. La había visto moverse cuando lo de Avery con tanto profesionalismo y experiencia que, aunque le molestaba su presencia, no podía negar lo bonita que se veía desenvolviéndose en su profesión. Y ahora, que vivía con ella y se daba cuenta de las noches enteras que dedicaba a resolver los casos y atar y soltar cabos, se sentía tan orgulloso de ella. Era una de las mejores abogadas y lo demostraba con su dedicación y amor por su
—Yo... —tragó saliva y se mordió el labio inferior con fuerza—. Cuando hui, lo hice porque me hacías sentir demasiado, tanto, que terminé asustándome y escapando no solo de ti y nuestra situación, sino también de todo lo que despertabas en mí.El silencio tras aquella declaración fue tan largo y dejó tan impactado y sorprendido a Darius, que no se dio cuenta del momento en que había soltado a Jolie y la había dejado de mirar fijamente. Las palabras que acababa de decir daban vueltas por su cabeza y hacían que su corazón latiera con mucha fuerza.Por otro lado, Jolie no podía creer que se atrevió a confesar su verdadero sentir, No es que le hubiese dicho que lo amó o lo quiso, pero sí que la hacía sentir muchas cosas que ni ella misma lograba comprender en ese momento en que sus deseos se mezclaban con el miedo y la furia de que su padre la obligara a permanecer casada.Atracción y gusto siempre hubo, de no ser así, ella jamás hubiese dado un paso esa noche en la que juntos se dejaron
El beso no pretendía suceder, pero Darius apenas si era consciente de lo que hacía. Desde que se habían besado en el parque había quedado bajo un hechizo, donde lo único que deseaba era volver a sentir todo ese fuego que ella le transmitió con un beso ardiente y profundo.Así que sin demasiado esfuerzo, se venció a la boca de ella y la besó con total posesividad, ya sin poder contener un segundo más los deseos que sentía por ella.Llevó la mano que tenía en la nuca hasta su cabello y lo sujetó con firmeza, haciendo su cabeza a un lado y así profundizar un beso que cosquilleaba toda su piel y lo tenía tan caliente como aturdido. La otra mano la deslizó por su cintura hasta su espalda baja y la acercó lo más que pudo a su cuerpo, haciéndole sentir la tensión de sus músculos y la dureza que presionaba contra su vientre bajo.La mente de Jolie se fue en blanco tras la intensidad de la boca del hombre y la rudeza con la que la presionaba contra su cuerpo y la hacía consciente de su crecien