El hombre sonrió y se puso de pie, dejando su escritorio en orden antes de salir con su secretaria. Para él era una cena común, algo que ya había pasado muchas veces, pero para la chica, que tenía cierto enamoramiento platónico por su jefe, era demasiado significativo. Él siempre se había comportado muy decente con ella y en ninguna de las ocasiones que fueron a cenar, le hizo propuestas indecentes, aun así, deseaba que al menos sucediera algo entre ellos. Su jefe era tan atractivo, más cuando sonreía o miraba con fijeza con sus ojos oscuros y que parecían esconder un fuego extinto.Iban a subir al ascensor cuando este se abrió y Kian apareció con una sonrisa que dejaba en claro que estaba a punto de soltar uno de sus tantos comentarios, por lo que Darius le pidió que los acompañara a cenar para consternación de su joven secretaria.De camino al restaurante, Kian no dejó de hacerles preguntas a Monse, ciertamente para no soltarle algún comentario a su amigo. Él estaba a favor de que D
—No deberías estar aquí, mi cielo —recriminó la mujer, haciendo sonreír a los presentes—. Deberías estar descansando.—Jeray es bastante terco, así que no le pidas mucho, tía —fue lo que dijo Jolie, regresando a la sala luego de abrirle la puerta a las siguientes visitas—. Al parecer, hoy es día de visitas inesperadas.Darius y sus padres pasaron por el lado de ella sin decirle ni una sola palabra y para nadie pasó por alto que la incomodidad y la tensión se sembró en el ambiente. Y es que, al fin, luego de tanto, estaban todos reunidos nuevamente, inclusive los padres de Kian que se habían puesto de acuerdo para visitar a sus amigos y saber de su estado de salud luego de lo que había ocurrido.El silencio que se estableció fue interrumpido por la madre de Jeray, que ofreció bebidas y bocadillos para todos, solo que Asier y Jolie la hicieron sentar nuevamente en su lugar.—Quédate ahí, yo me encargo de las bebidas y los pasabocas de todos, ¿sí? —se apresuró a decir Jolie, teniendo la
—¡Pero ¿qué carajo?! —exclamó un sorprendido Kian, saliendo al fin de su pasmo.—Esa niña no debe ser tuya, hijo —fue lo que dijo la madre de Darius, negando con la cabeza, visiblemente sorprendida y confundida—. No te dejes engañar de esa mujer.—¿Cómo te atreves a hablar así de mi hija? —exclamó Ivette, la madre de Jolie—. Ella no es ninguna mentirosa, y mi nieta es muy hija de Darius.—Pues hasta que no se le haga una prueba de paternidad, no voy creerme el cuento de que es hija de mi Darius.La madre de la rubia iba a volver a replicar, pero toda palabra murió cuando vio que Darius se ponía en pie con Loana entre sus brazos, que sonriente y feliz, se aseguraba del hombre en un fuerte agarre por el cuello. No quería despegarse de él ni un solo instante.Todos estaban demasiado sorprendidos, no sabían qué decir para expresar lo que en ese momento sentían. Jamás imaginaron que Jolie había quedado embarazada, puesto que, una vez se marchó, nunca más volvieron a saber de ella hasta ent
En completo silencio, Darius acostó a Loana en la cama, siendo guiado por Jolie que se apresuró a cobijar a la pequeña y dejar un dulce beso en su frente. El hombre, que aun no podía salir de su asombro, las observó por largos segundos y no pudo contener la amargura que atravesó su pecho.Le hubiese encantado estar ahí para las dos, no solo para su hija, pero por más que deseara volver al pasado, lo cierto era que estaban en un presente diferente y no le quedaba más opción que recuperar todo el tiempo que había perdido. Sintió nostalgia y a la vez que era un desconocido en la vida de ella, alguien que había aparecido de un día para el otro diciendo que era su padre.Jolie se alejó de Loana, dándole espacio para que Darius pudiese darle un beso al igual que ella lo había hecho, así que él no perdió tiempo y se inclinó hacia su hija, dejando un suave beso en su frente y sonriendo al ver lo preciosa que se veía a la hora de dormir. Quería quedarse allí toda la noche, velando sus sueños y
—Lo sabías, ¿no es así? —inquirió Darius con una calma que alertaba a sus amigos que nada bueno vendría.—Lo supe cuando regresó, Jolie me lo confesó.—No me sorprende que la sigas encubriendo.—No lo hago, Darius —suspiró Jeray—. Aunque ella me contara de lo que había sido de su vida, era su deber decirte. Claro está que, que si no te decía nada antes de que se marchara, estaba muy dispuesto a contarte por mi cuenta.—¿Debo agradecerte entonces que lo dijera antes de huir como la cobarde que es? —ironizó—. Vaya mierda, pero realmente creí que éramos amigos.—Lo somos, siempre serán mis únicos amigos, pero no era mi deber hablar sobre un hijo que no engendré yo. Loana es asunto de ustedes dos, no mío.—Le doy la razón a la señorita aburrida —habló por primera vez Kian—. Aun así, y con todo el respeto que toda mujer se merece, Jolie es una perra por haber ocultado a la niña. Todavía no creo que sea verdad que Darius tenga una hija con esa bruja. ¿Acaso no pudiste usar un condón? Tras d
Jolie no podía estar más ansiosa y nerviosa, y no era para menos, si luego de una acalorada discusión con Darius en el momento que llegaron a Londres, no tuvo más opción que dejarlo quedar en su casa, en aquel sagrado lugar en el que ningún hombre entraba. Pero él no era cualquiera. Era el padre de su hija y el único capaz de robarle la tranquilidad.Su cabeza era un caos completo al igual que su corazón. Las emociones y las culpas se mezclaban y estaba el hecho de que no podía omitir todo lo que le hacía sentir Darius cuando estaba cerca de ella. Aun pensaba en su encuentro en el callejón y, aunque estuvo lejos de sentirse deseada y amada como hacía años, el fuego que la consumía al pensar en sus manos y en su invasión no salían de su cabeza. Había sido brusco y ella había llorado tanto al sentirse utilizada, pero pensar en sus pieles una vez más unidas la encendía de tal manera que no podía comprender.No debería sentir tanto por él, pero ahí estaba su corazón latiendo fuerte y rápi
Darius se dio cuenta de que había estado abrazando a Jolie por largo rato y en completo silencio hasta el momento en que dejó de escuchar su llanto, solo para verla profundamente dormida entre sus brazos.Soltó un suspiro y se maldijo por haber mostrado ese lado que ya no existía, y con sumo cuidado, la acostó en la cama, apenas enrollando su cuerpo entre las cobijas sin levantarla e incomodarla.Se incorporó solo un poco, pero le fue imposible despejar el cabello que cubría parte de su rostro, así que pudo contemplarla a detalle. Seguía siendo tan preciosa como lo recordaba, con esas pestañas largas y los labios carnosos y cerezas entreabiertos. Su cabello estaba más largo que la última vez que lo había visto, aún así, la hacía ver igual de bella.Sus pestañas seguían humedad por el llanto y tenía la nariz y las mejillas rojas. Aunque aparentaba serenidad, pudo sentir su tristeza.—Se suponía que nunca más nos volveríamos a encontrar —susurró, acariciando con suavidad su mejilla—. ¿P
—Prometo que te explicaré todo después.—Espero mis explicaciones y tampoco quiero que omitas ningún detalle, ¿de acuerdo? Todavía no puedo creer que te atrevieras a confesarle al sexi papi de mi princesa que tenían una hija.—Sabes que no pensaba ocultarlo toda una vida...—Bueno, es mejor hacerlo tarde que nunca, ¿no? —Jess intentó bromear y Jolie se mantuvo en completo silencio—. Sé que tienes miedo, pero no debes tenerlo. Por lo poco que me di cuenta, él es demasiado dulce, amoroso y atento. Si bien no debía embriagarse, no le voy a desmeritar el hecho de hacerla feliz. Vieras lo lindos que se veían jugando. Incluso él cocinó para ella y déjame decirte que tiene muy buenas habilidades culinarias.—Darius es asombroso —confirmó en un suspiro—. Él es todo lo que está bien en esta vida, lo único que necesitas...—Sé que me aseguraste que nunca sentiste amor por él, pero ahora que se han reencontrado, ¿qué sientes? ¿Cómo te sientes al tenerlo tan cerca? Siempre lo alabaste y hablaste