Después del restaurante, salimos a divertirnos en un local cercano. Al terminar nuestra celebración, decidí dejar a las chicas en su casa porque terminamos tomando más copas de lo esperado, así que no quería que se fueran solas. De camino a casa, vino a mi mente el hombre que conocí en el lugar, estoy segura de que con su porte, su increíble sonrisa y esa voz tan sexy, volvería loca a cualquier chica. Tiene una voz ronca y sensual que mataría por volver a escuchar. Cuando regresé del baño, no volví a verlo por el lugar y eso me intranquilizó un poco, pero luego salimos de allí y decidí pasarla bien.
Vigo me llamó para decirme que me quedara un rato más con las chicas porque estaba atendiendo unos negocios, pero que no me despegara del ojo de Rodrigo. Estaba muy molesto, no sabía lo que había pasado, pero de seguro cuando llegara a casa se desquitaría conmigo, por eso preferí perderme en la bebida un poco, a ver si aliviano el dolor que me espera esta noche.
Rodrigo aparca el auto y no espero que me abra la puerta, me bajo rápidamente, deseo ducharme y prepararme para cuando Vigo regrese. Pero al entrar, me encuentro a un Vigo sonriente en nuestra sala, habla con un hombre que no logro distinguir muy bien porque está de espaldas a mí.
—Bienvenida, cariño por fin llegas, ¿cómo la has pasado con tus amigas? —Se levanta sonriente a recibirme y mi expresión cambia totalmente.
—Ven, te presentaré a un amigo que vino de visita. —Posa su mano en la parte baja de mi espalda y me encamina hasta donde se está levantando el hombre, pero al voltearse, me quedo de piedra. ¡Es Jonathan! El hombre sexy del restaurante. Trágame tierra y escúpeme en otro lugar, pienso.
Él se queda viéndome y de pronto me sonríe, ¡Joder y qué sonrisa! El traje negro le queda a la perfección me quedo detallando más su rostro y contextura, debo admitir que mis bragas se han mojado con solo sonreírme. ¡Estoy muerta!—Un placer señorita… —dice estrechando su mano como si no me conociera.—Anastasia De Santori. — Respondo. Únicamente utilizo el apellido de Vigo en su presencia.
—Soy Jonathan Black.
—Jonathan, ella es mi esposa. —Comenta Vigo con una amplia sonrisa.
— ¡Vaya! Con que usted es la famosa, señora Santori, la esposa de Vigo. Bueno, realmente es un placer poder conocerla, he escuchado mucho de usted.
—Igualmente. — Respondo. Agradezco tanto que no mencionara el hecho de que ya nos habíamos conocido y más aún que no le había dicho mi apellido de casada, de lo contrario ya estuviera recibiendo una bala en la cabeza.
Quiero salir de aquí, este hombre me intimida demasiado, siento que con su mirada puede conocer todo mi ser a la perfección y eso me aterra. —Bueno yo los dejo, que pase una feliz noche señor Black. —Digo tratando de girarme para subir a la habitación.—Cariño quédate unos minutos, ven siéntate. Ya terminamos los negocios así que solo conversábamos de cosas triviales, ¿no es cierto Jonathan? —Dice Vigo
—Sí, siempre y cuando sea del agrado de la señorita. —Comenta.
Siento que mis piernas comienzan a flaquear, no quiero estar aquí rodeada de este hombre, pero debo disimular, si no Vigo se dará cuenta. Tomo asiento al lado de él y escucho como ellos conversan, no presto mucha atención hasta de Vigo me aprieta la mano.
— ¿Sí? —digo rápidamente y Vigo me mira mal.
—Cariño, Jonathan cuenta que tiene amigos en Londres y que pronto irá a visitarlos.
— ¡Oh! Siento no haber escuchado, es que estoy un poco cansada, hoy fue un día muy ajetreado.
—No se preocupe, la entiendo perfectamente. —Comenta.
—Así que va a Londres… Bueno déjeme decirle que es un lugar hermoso, ¿ha estado antes allí?
—Sí, pero por asuntos de trabajo así que no he tenido la oportunidad de pasear como un turista. —Sonreímos ante su comentario.
—Nosotros hemos ido varias veces, los padres de Anastasia se mudaron hace un tiempo y los visitamos en vacaciones.
— ¿Usted también es de allá? —Me pregunta Jonathan.
—No, por mis venas corre sangre italiana —sonrió—. Es solo que mis padres fueron a conocer el país y quedaron tan fascinados que decidieron quedarse allá.
—Sí, digamos que mis suegros son un poco aventureros y arriesgados. Ahora mi esposa está más lejos de ellos, pero siempre saco tiempo para que ella vea a su familia.
¡Ja! Eso se lo cree solamente él. Nunca hace eso, más bien debo rogarle para poder verlos y las veces que hemos ido no duramos ni 3 días, a veces me gustaría dejarlo en vergüenza delante de sus amigos, solo que me contengo porque sé muy bien lo que me esperaría de tan solo hacer algo parecido.
— ¿Quieres otro trago Jonathan? —Pregunta Vigo caminando hasta la cocina.—Sí, claro.
—Bueno creo que es mejor que vaya a descansar un poco. —Aprovecho la oportunidad para levantarme.
—Quién diría que la suerte estaría de mi lado dos veces mi querida Anastasia, por eso dicen que el mundo es pequeño. —Me sonríe.
—Será mejor que me vaya, no quiero problemas. —Digo rápidamente.
— ¿Problemas? Cariño, déjame decirte que ya los tienes, porque apenas te vi en el restaurante decidí que serás solo para mí.
—No, por favor, se lo pido. No me gustaría que saliera herido por mi culpa.
— ¿Herido? ¿Lo dices por Vigo? Cariño, él es quien me tiene miedo a mí. Así que no te preocupes, te aseguro que nos veremos más pronto de lo que imaginas.
Cuando iba a decir algo, llega Vigo a nuestro lado.
— ¿Pasa algo? —Pregunta.
—No, solo me despedía del señor Black, voy a retirarme. —Asiente y se despide de mí como el esposo más cariñoso del mundo. ¡Qué asco!
Subo las escaleras lo más calmada posible, mis pulsaciones están aceleradas. Entro a la habitación y comienzo a quitarme la ropa para tomar una ducha. Sus palabras resuenan en mi cabeza una y otra vez, haciendo que me moje completamente, ya sería la segunda vez que lo hago. La primera fue cuando regresé a casa y se presentó sonriéndome. La segunda, justo ahora, al recordar su voz cuando me dijo que había decidido que sería solo para él. ¡Que intenso joder!
Ese hombre ha sido capaz de despertar todos mis sentidos de una manera muy sencilla, si llegara a hacerme suya creo que moriría de placer.
Termino de ducharme y me coloco la ropa de dormir, debo estar preparada todas las noches porque no sé el humor que tendrá Vigo cada vez que regresa a la cama. Ha pasado alrededor de 30 minutos cuando escucho un fuerte ruido en la planta baja, salgo de la habitación inmediatamente y veo a Vigo tambaleándose en los brazos de Jonathan subiendo las escaleras.— ¿Qué fue ese ruido? —Pregunto.—Ve y limpia el desastre, mujerzuela. —Grita Vigo.Me quedé completamente inmóvil, a Jonathan se le iban a salir los ojos de órbita al escuchar lo que me dijo Vigo. Me sentí tan apenada que deseaba esconderme, pero mis piernas no colaboraron, cuando quise darme cuenta ya tenía a Vigo en frente de mí.— ¿Por qué sigues allí parada? ¿Eres sorda? —Recibo el primer golpe directo a la cara.Jonathan lo suelta y trata d
JohnLlegué a este país con un objetivo, matar a la hermana de Massimo Venturi. Tras la muerte de su padre, los líderes de la orden suprema la eligieron a ella como sucesora, pero su hermano desea ese puesto, así que necesita deshacerse de ella y sabe que el mejor para realizar este trabajo soy yo. A pesar de que los conozco desde hace muchos años, mi trabajo me impide dejarme llevar por algún tipo de sentimientos.En este tipo de trabajos no hay favores, todo se hace a través de una ficha sellada por un pacto de sangre por ambas partes, eso significa que nos comprometemos a cumplir con la petición de la otra persona sin importar qué.Hace muchos años, Venturi me ayudó en un trabajo que parecía imposible, Adam Meyer estaba jugando sucio con los negocios de Zelig, un hombre muy poderoso en Alemania; este al descubrirlo trató de hacerse cargo, pero se dio cu
JohnEncontrarme con Anastasia fue una de las casualidades más impresionantes de mi vida y tenerla justo frente a mí en este momento, me hace desearla mucho más. Pero debo disimular o el imbécil de Vigo notará algo, así que decido romper el hielo y presentarme como si nada.—Un placer señorita… —Estrecho mi mano hacia ella.—Anastasia De Santori. —Responde. Hace un rato no me dio ese nombre, eso solo significa una cosa, que aborrece el apellido por completo, de admitir que me agrada.—Soy Jonathan Black.—Jonathan, ella es mi esposa. —Comenta Vigo con una sonrisa falsa.— ¡Vaya! Con que usted es la famosa señora Santori, la esposa de Vigo. Bueno realmente es un placer poder conocerla, he escuchado mucho de usted. —Aunque no ha sido por parte de Vigo, pero ambos sabemos que lo hago para ser cortés.
JohnA pesar de que los hombres que se encuentran allí son de Vigo, no me desafían. Saben que mi palabra vale más que la de él. Así que eso no me preocupa, en estos momentos me importa más la salud y recuperación de Anastasia. Me quedo admirándola cuando noto que comienza a abrir los ojos.— ¿Qué hago aquí? —Me pregunta intentando levantarse.—Quedaste inconsciente, por la golpiza que te estaba dando Vigo, de no ser por mí estarías muerta en estos momentos. —Digo en tono brusco.—Pero, ¿y él? ¿Dónde está? ¿Qué le hiciste? — ¿Es en serio? Acabo de decirle lo que le pasó y ella solo piensa en cómo está él, ¡esto es increíble!— ¿Después de lo que te hizo estás preocupada por él? &
Días despuésDesde que John se fue, mis días en este infierno han cobrado vida. Mi rostro poco a poco ha llegado a ser lo que era antes. Desde ese día, Vigo no ha vuelto a tocarme, él todavía sigue recuperándose del mal estado en que lo dejó John, ni siquiera ha salido de la casa, trabaja desde aquí.Todo se dio según lo acordado cuando Vigo preguntó sobre lo que le había pasado, obviamente a mí no me creyó, pero cuando sus hombres le contaron la misma historia, el tema quedó zanjado.Durante estos días, John y yo hemos mantenido contacto. Se siente bien conversar con alguien que sabe escuchar y está pendiente de mí, hace mucho tiempo que no experimentaba esto y es asombroso.Hoy decidí bañarme en la piscina, no tolero ver constantemente a Vigo por la casa, es insoport
AnastasiaSiento el teléfono vibrar en mi almohada, veo la hora y son las 2:00 am, ¿quién me estará llamando a esta hora?, me pregunto al ver un número desconocido en la pantalla.— ¿Hola? —Atiendo.—Dime qué fue lo que te hizo. — ¡Oh por Dios!— ¿John?—Sí, soy yo. Dime Anastasia, te hizo algo ¿no es cierto?— ¿Po… por qué lo dices?—Te vi, ¿recuerdas? Tu cara me lo dijo todo, no trates de ocultarme las cosas, solo dime lo que te hizo.Suelto un bufido.—Lo habitual, John.— ¿Qué quieres decir con eso? ¿Te golpeo?—No.— ¿Entonces?—No puedo hablar en estos momentos, si llega a entrar a la habitación me… —
AnastasiaSigo en la habitación con John, él me escucha pacientemente y trata de comprender cada palabra que digo. Cuando ya estoy más calmada, decido seguir contándole sobre mi historia con Vigo.—Bueno, continúo contándote. Un día no quise que me tocara, estaba en mis días y él había llegado borracho.Pero eso no le importó, me tomó a la fuerza y me mostróla bestiaque lleva por dentro,fue la primera vez que recibí una golpiza de su parte. Quedé destrozada, no podía creer lo que había pasado. Al día siguiente, pensé que se arrepentiría de lo que pasó, pero fue todo lo contrario, sus palabras fueron “Acostúmbrate cariño.” Luego de eso, estaba asustada, no sabía qué hacer, mis padres no se encontraban en el país, así q
Después de lo sucedido aquella noche, he notado de buen humor a Vigo. Es algo muy inusual, no sé lo que tiene en mente, pero debo mantenerme alerta y no bajar la guardia, fue lo que me comentó John.Al parecer pronto irá a un evento muy importante, esta mañana logré escuchar a dos de sus hombres en el pasillo hablando sobre eso. Inmediatamente le envié un mensaje a John para contarle y me dirigí al jardín para poder conversar bien, sé que apenas lea el mensaje me llamará.—Hola, nena. —Dice cuando descuelgo la llamada.—Hola, John.— ¿Cómo estás? —Muy bien, ¿y tú?—De maravilla porque estoy hablando contigo.Sonrío.— ¿Leíste el mensaje que te acabo de enviar?—Sí, y también sé