Capitulo 6

John

A pesar de que los hombres que se encuentran allí son de Vigo, no me desafían. Saben que mi palabra vale más que la de él. Así que eso no me preocupa, en estos momentos me importa más la salud y recuperación de Anastasia. Me quedo admirándola cuando noto que comienza a abrir los ojos.

— ¿Qué hago aquí? —Me pregunta intentando levantarse.

—Quedaste inconsciente, por la golpiza que te estaba dando Vigo, de no ser por mí estarías muerta en estos momentos. —Digo en tono brusco.

—Pero, ¿y él? ¿Dónde está? ¿Qué le hiciste? — ¿Es en serio? Acabo de decirle lo que le pasó y ella solo piensa en cómo está él, ¡esto es increíble!

— ¿Después de lo que te hizo estás preocupada por él? —Digo molesto.

—No, no es eso. Temo lo que pueda hacerme si te ve aquí conmigo, él no me importa en lo absoluto. —Relajo un poco el rostro.

—Entonces por qué carajos sigues con una persona así. —Es la verdad, no entendía por qué ella seguía con él.

—Porque no quiero morir con una bala en la cabeza y que le envíen a mis padres mi cuerpo descuartizado.  —Su respuesta me dejó impresionado, tenía razón, lamentablemente de cualquier forma Vigo podría matarla y hacerle creer a sus padres que ella huyó. 

— ¿Pero si prefieres morir golpeada por un cobarde como él? —Se queda callada unos minutos, sabe que tengo razón.

—Debo ir a arreglar los rastros que hayan quedado antes de que se despierte. —Noto que se siente adolorida y no es para menos, recibió una gran golpiza. Ella comienza a tocar su rostro como queriendo saber dónde está golpeada, así que le doy espacio para que se vea en un espejo. Su reacción al verse me entristece mucho.

—Quédate a descansar, ya me encargué de todo lo demás, Vigo yace durmiendo en la habitación, pero también está muy golpeado. Cuando se levante le dirás que se cayó por las escaleras.

—Pero… pero sus hombres hablarán y le contarán todo. —Está asustada.

—Ellos no harán tal cosa, se los he ordenado y saben que si faltan a esa palabra no duraran mucho. Te lo dije, yo no le tengo miedo a Vigo, él me lo tiene a mí. —Parece que mis palabras la dejan asombrada—. Acuéstate y descansa, ahora que te has levantado puedo irme, pero volveré Anastasia, no dejaré que él te siga golpeando y maltratando. —Me acerco a ella y poso mis manos en su rostro con delicadeza—. Cuando lo vi encima de ti, quería matarlo lo juro. Pero no te preocupes, él quedó peor que tú, me encargaré de hacerle mucho daño para que pague todo lo que te ha hecho durante todos estos años. Eres muy hermosa y no mereces a un cobarde como él—. Alzo su rostro y poso un beso suave en sus labios.

—Por favor no hagas eso. —Dije con mirada de súplica.

—Que no haga qué, ¿esto? —Vuelvo a darle otro beso, delicado y suave—. No te dejaré a su merced Anastasia. Te lo dije hace rato, serás únicamente para mí y te lo demostraré. Descubrirás lo feliz que puedes ser a mi lado.

Mis palabras le han llegado al corazón, sé lo que ha sufrido y quiero que se apoye en mí en todo momento. Me acerco a ella, limpio sus lágrimas y la abrazo.

—Shhh princesa, no llores. Prometo sacarte de aquí. Descubriste la persona repugnante que es Vigo muy tarde, pero yo seré tu salvador.

— ¿Cómo sabes todo eso? —Preguntó.

Sonrío, si ella supiera lo que soy capaz de lograr.

—Nena, sé muchas cosas de ti, pero este no es el momento para eso, ven y acuéstate a descansar. Colócate esto en el rostro para que la inflamación baje más rápido. —Le entrego un gel frío y hace lo que le digo—. Debo irme, de lo contrario si Vigo llegase a despertar por cosas del destino, se dará cuenta de que no se cayó por las escaleras. Sus hombres le dirán la misma historia, incluso que varios tuvieron que ayudarlo a subir a la habitación. Dile que después de que te golpeara salió de la habitación y fue cuando ocurrió el incidente, ¿de acuerdo?

—Está bien, muchas gracias John, ¿puedo llamarte así?

—Puedes llamarme como quieras hermosa, para ti soy lo que quieras que sea.  Pero antes de irme te daré otro beso. —Me acerco a ella y se lo doy, si fuera por mí me la llevaría ahora mismo, pero las cosas en mi mundo no se arreglan así, eso sería declarar la guerra y no quiero que ella sufra más, me conformaré en actuar con calma, pronto cobraré mi deuda.

—No te vayas por favor —Suplicó. Si ella supiera la lucha interior que tengo en estos momentos por dejarla aquí.

—Vendré pronto por ti, no te preocupes. —Fue lo único que me atreví a decirle antes de marcharme, no podía seguir allí.

Salí de la habitación y me di cuenta de que los hombres ya habían arreglado lo que les había pedido, al llegar a la entrada me acerco a ellos.

—Mucho cuidado con lo que hablan entre ustedes, recuerden lo que les comenté. No querrán que les haga una visita a ustedes y su familia, ¿cierto?

—No se preocupe señor, somos una tumba.

—Muy bien, me retiro.

 Me alejé de allí con la ira llenando todo mi ser, destruiré a Vigo, le haré pagar toda y cada una de las cosas que le ha hecho.

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