Anastasia
Estoy muy asustada. Vigo me ha golpeado fuerte, tengo miedo de que le pase algo malo a mi bebé aunque sé que eso a él no le importa. No sé cómo se enteró de lo que estaba pasando con John, lo único que sé es que estaba muy enfadado. No deja de decirme que lo he traicionado, que soy una puta por haberme embarazado de otro hombre y otras cosas más. Con cada palabra, me humilla, haciéndome ver que no sirvo para nada.
Siento que pierdo las fuerzas con cada paso que doy, necesito un doctor y por lo visto los planes de Vigo son otros. No sé qué habrá ocurrido para que se comporte de esta manera porque incluso el día que John salió de la casa él siguió actuando de lo más normal. Esos dos días que estuvimos en la casa, todo se mantuvo normal, lo único que cambió fue que estuvo cerca de m&
John La ventaja de llegar antes a este asqueroso lugar, es que pude preparar todo a mi gusto y esperar a que fuera el momento oportuno. Me duele ver de esta forma a Anastasia y no quiero dejarla sola en esta habitación, pero debo hacerlo, por el bien de todos. Cierro la puerta del baño y una vez fuera, reviso mi dispositivo para saber exactamente lo que se encuentra haciendo Vigo en estos momentos. Me doy cuenta de que ha ido a la cocina y tiene un vaso en la mano, así que decido salir de la habitación y hacer acto de presencia.Trato de ser lo más silencioso posible, su arma está encima de la mesa y él se encuentra de espalda a ella.La tomo y la apunto a su cabeza desde mi posición. Su cuerpo se tensa rápidamente y sonrío.—Hola, Santori ¿me extrañaste?—Jo… Jonathan, pero ¿cómo?...—Mi estimado
JohnDebo finalizar algunos asuntos para que no se desate el caos por parte de la familia de Vigo. Primero llamo a la orden para hacerles saber lo ocurrido, aunque en estos momentos ya deben de estar al tanto.—Jonathan, esperábamos tu llamada mucho antes. No nos digas que Vigo te ocasionó muchos problemas. —ríen.—Tuve que traer a Anastasia al hospital para que la atendieran. Pero ya el asunto está solucionado, llamaré a la familia del imbécil para decirles que está muerto.—Muy bien, entonces te deseamos mucha suerte. Seguiremos en contacto, Black.Cuelgo la llamada y al ver que todavía no vienen a darme razones de Anastasia decido llamar al padre de Vigo.—Buenas tardes, familia Santori ¿en qué puedo ayudarle? —Contesta un hombre.—Buenas tardes, soy el señor Black,
AnastasiaHan pasado 6 meses desde lo ocurrido en Rusia con Vigo. Desde entonces, John y yo somos inseparables. No negaré que al principio el cambio fue difícil sobre todo con mis hormonas, pero ahora nos llevamos muy bien. Cuando salí del hospital fue extremadamente frustrante, John no me dejaba hacer absolutamente nada. En ese momento, me trasladé inmediatamente a su casa porque según él ameritaba de cuidados indispensables que no se podían dejar a la ligera.A decir a verdad, al principio tenía mucho temor sobre lo que pudiera hacerme la familia de Vigo. Sabía que su padre se había alejado de este mundo por lo que me había comentado Vigo una vez, pero cuando supiera la verdadera causa de muerte de su hijo de seguro querría buscar venganza. Lo que no espere es que el señor viniera a ofrecerme parte del dinero de Vigo por haberlo aguantado tanto tiempo. No quer&
De camino al lugar donde íbamos a cenar, John comienza a besarme y no para de mirarme con ese brillo tan especial en sus ojos. Fui infeliz, maltratada, golpeada y humillada durante mucho tiempo, pensé que jamás cambiaria mi vida, y este hombre volteó por completo mi mundo y lo puso de cabeza.Cuando una mujer es abusada en todo sentido, pierde las ganas de seguir adelante y fue precisamente lo que me ocurrió. Sin embargo, he podido darme cuenta de que a veces las situaciones más atroces pueden cambiar de forma inesperada, lo importante es que tengamos el valor para afrontarlas. En mi caso, lo que me dio el valor para hacerlo fue darme cuenta de que tenía a un hombre dispuesto a hacer todo por mí. Él me demostró que vale la pena arriesgarse por el amor para poder ser feliz, había llegado mi turno de ser feliz y no iba a desaprovechar la oportunidad.Una extraña sensación recorri&o
El día de la boda llegó y con él las miles de emociones que siento ahora mismo. Nuestro pequeño, Jonathan ya tiene 1 año, pero parece que tuviera más edad. Tiene a todas comiendo de su mano. Es un chiquillo muy hermoso, físicamente se parece mucho a su padre aunque también tiene mis rasgos italianos. Su carácter nos desequilibra, en ocasiones es un amor, pero a veces se levanta con el apellido ruso atravesado, rio de tan solo recordar. Igual ha sabido ganarse el corazón de cada uno de nosotros sin darnos cuenta.— ¡Anastasia, te ves increíble! —exclaman las chicas al verme con mi vestido de novia sacándome de mis pensamientos.Es un vestido de corte princesa con bordados y pedrerías preciosas, tiene mangas transparentes que cubren mis brazos por completo. En la parte delantera tiene una pequeña abertura que muestra la separación de mis senos, pero
AnastasiaVamos en el auto de camino al lugar donde quedé en verme con las chicas. Vigo quiso asegurarse de que realmente fuera a ver mis amigas, a veces es muy posesivo, no me gusta esta faceta de él. Pero no puedo decir nada que lo moleste, de lo contrario recibiría mi castigo. Cuando éramos novios nunca mostró ser agresivo, supo ocultarme su verdadera identidad durante los dos años que duró nuestro noviazgo, pero una vez nos casamos todo cambió. No podía salir sin alguno de sus hombres detrás de mí, todo el tiempo estaba vigilada, era como estar en una prisión.Ver a mis amigas era un lujo, no estaba acostumbrada a este tipo de vida, siempre fui muy extrovertida, segura de mí misma, alegre, graciosa y divertida.Ahora es todo lo contrario, aunque trato de mostrar una sonrisa todo el tiempo, la verdad es que por dentro tengo una nube gris que vive dentro d
Después del restaurante, salimos a divertirnos en un local cercano. Al terminar nuestra celebración, decidí dejar a las chicas en su casa porque terminamos tomando más copas de lo esperado, así que no quería que se fueran solas. De camino a casa, vino a mi mente el hombre que conocí en el lugar, estoy segura de que con su porte, su increíble sonrisa y esa voz tan sexy, volvería loca a cualquier chica. Tiene una voz ronca y sensual que mataría por volver a escuchar. Cuando regresé del baño, no volví a verlo por el lugar y eso me intranquilizó un poco, pero luego salimos de allí y decidí pasarla bien.Vigo me llamó para decirme que me quedara un rato más con las chicas porque estaba atendiendo unos negocios, pero que no me despegara del ojo de Rodrigo. Estaba muy molesto, no sabía lo que había pasado, pero de seguro cuando llegara a casa se
Termino de ducharme y me coloco la ropa de dormir, debo estar preparada todas las noches porque no sé el humor que tendrá Vigo cada vez que regresa a la cama. Ha pasado alrededor de 30 minutos cuando escucho un fuerte ruido en la planta baja, salgo de la habitación inmediatamente y veo a Vigo tambaleándose en los brazos de Jonathan subiendo las escaleras.— ¿Qué fue ese ruido? —Pregunto.—Ve y limpia el desastre, mujerzuela. —Grita Vigo.Me quedé completamente inmóvil, a Jonathan se le iban a salir los ojos de órbita al escuchar lo que me dijo Vigo. Me sentí tan apenada que deseaba esconderme, pero mis piernas no colaboraron, cuando quise darme cuenta ya tenía a Vigo en frente de mí.— ¿Por qué sigues allí parada? ¿Eres sorda? —Recibo el primer golpe directo a la cara.Jonathan lo suelta y trata d