Anastasia
Vamos en el auto de camino al lugar donde quedé en verme con las chicas. Vigo quiso asegurarse de que realmente fuera a ver mis amigas, a veces es muy posesivo, no me gusta esta faceta de él. Pero no puedo decir nada que lo moleste, de lo contrario recibiría mi castigo. Cuando éramos novios nunca mostró ser agresivo, supo ocultarme su verdadera identidad durante los dos años que duró nuestro noviazgo, pero una vez nos casamos todo cambió. No podía salir sin alguno de sus hombres detrás de mí, todo el tiempo estaba vigilada, era como estar en una prisión.
Ver a mis amigas era un lujo, no estaba acostumbrada a este tipo de vida, siempre fui muy extrovertida, segura de mí misma, alegre, graciosa y divertida. Ahora es todo lo contrario, aunque trato de mostrar una sonrisa todo el tiempo, la verdad es que por dentro tengo una nube gris que vive dentro de mí.
Vigo me ha permitido mantener contacto con mis 4 amigas, pero una de ellas es como una hermana, nos criamos juntas y es la que sabe realmente como es mi vida, para las demás él es la persona más amable y amorosa del mundo. Una imagen que les demuestra al tenerlas cerca, pero al cerrar las puertas de nuestro hogar, es totalmente diferente.
Lo cierto es que me da mucho temor ir contando todos mis problemas sabiendo que aún vivo bajo su techo, por eso la única que sabe todo es Beck. Ella ha sido mi hombro en los momentos más angustiantes de mi vida. Nadie imagina lo que Vigo me ha hecho en los 5 años que tenemos de casados, pero Beck siempre ha creído en mí y ha visto las marcas que me deja cada vez que me golpea. Él dice amarme, pero sé muy bien que su forma de amar no es la correcta, de mi parte no siento amor por él, eso murió hace tiempo. Me aterra dejarlo porque si me golpea cuando hago algo mal, no quiero imaginar lo que sería de mí sí me planteo escaparme.
Además, conozco sus trabajos y sé lo que es capaz de hacer. Lo he visto matar a todo tipo de personas sin ninguna compasión, y yo no sería la excepción. Después del primer año solo traté de sobrevivir, aprendí a mantenerme al margen y hacer todo lo que me dice para no ser castigada, pero su problema con la bebida hace incluso que me golpee sin razón alguna.
Durante estos años he perdido la cuenta de cuantas veces me ha violado, así es violado porque a pesar de estar casados no me nace estar con una persona como él, además cuando una mujer es maltratada y obligada a estar con su pareja se le llama violación. Pero eso a él no le importa, incluso diría que le gusta, le encanta hacerme llorar y sufrir, se alimenta de mi dolor, tanto que cuando soy tomada de esa forma mis paredes vaginales sangran y eso lo excita. Desde hace mucho tiempo he olvidado lo que se siente ser amada por alguien, ya no sé qué es hacer el amor con una persona. Eso no es parte de mi vida ahora.
—Espero que no vayas a contarles a tus amigas lo que pasó ayer, recuerda lo que pasará si lo haces, no me gustaría tener que castigar a mi linda esposa. —Comenta de pronto con una sonrisa maliciosa en su rostro.
—No te preocupes, sabes perfectamente que no lo haré. —respondo sin desviar la mirada de la ventanilla del auto.
—Debiste usar un poco más de maquillaje para que no sospechen nada. No entiendo tu repentina idea de ver a tus amigas justamente hoy, ¿no será que planeas algo en mi contra?
—El maquillaje está bien, tampoco es que me quiera ver como un payaso. Además, esta no fue mi idea, Mary tiene una noticia que darnos y todas imploraron por mi presencia, no creerás que deseaba venir en este estado. Lo bueno es que el restaurante es al aire libre, así no tendré que quitarme los anteojos en ningún momento.
—Eso espero. De todas maneras Rodrigo se quedará al pendiente, lo digo para que no pienses en hacer alguna estupidez.
Asiento sin decir nada más. Cada vez que pienso en tener un respiro de mi vida de porquería, él se interpone en mis planes, no puedo siquiera estar con mis amigas tranquilamente sin ser vigilada. Al llegar al lugar, se baja del auto junto a mí y caminamos hasta donde deberían encontrarse las chicas. Toma mi mano y camina sonriente como si fuese un esposo muy feliz.
—Sonríe que nos están viendo. —susurra en mi oído.
Hago lo que me pide y seguimos caminando ante las miradas de todos. Llevo un vestido floreado, abierto en parte derecha de mi pierna (la abertura llega hasta más arriba de la rodilla), llevo a juego unas sandalias altas, el cabello suelto ondulado en las puntas y el maquillaje ideal para tapar las marcas que me dejó Vigo anoche.
Cuando las chicas nos ven llegar, se levantan a saludar.
—Vigo, Ana, qué alegría verlos. —Cecilia saluda primero a Vigo, le da un abrazo y luego a mí.
— ¡Amiga te ves increíble!
—Gracias, Ceci tú también estás muy hermosa. —le sonrío.
Terminamos de saludar a Val, Mary y Beck.
—Bueno, chicas me retiro, solo vine a dejar a mi querida esposa y asegurarme de que llegara en perfecto estado. Nos vemos pronto. —Se despide de ellas y se acerca a posar un beso en mi boca antes de marcharse.
—Qué bello es Vigo, Ana debes estar súper feliz de que siga siendo el mismo de antes. —comenta Val.
—Es cierto, Ana debes cuidarlo, hombres como él hay pocos. —asegura Ceci.
Si ellas supieran realmente lo que es mi vida no estarían diciendo eso. En ese momento Beck ve mi cara de incomodidad.
—Bueno no vinimos hasta aquí para hablar de Vigo, vinimos para saber lo que nuestra amiga tiene que decirnos.
—Tienes razón Beck. Entonces Mary cuál es la noticia que nos tienes. —Comento. Beck es mi salvadora, sabe que algo ha pasado, me conoce muy bien, por eso actuó así.
—Oh si cierto. Bueno, chicas ustedes saben que son mis mejores amigas, por eso serán unas perfectas damas de honor en mi boda.
— ¡¿Qué?! —dice Val.
— Siii voy a casarme, Alan me ha pedido matrimonio anoche, miren. —Muestra su anillo, muy emocionada.
— Felicitaciones Mary, soy tan feliz por ti amiga, te mereces esto y mucho más. —Me levanto y la abrazo.
Una a una la felicitaron y brindamos por ello. Disfrutamos todas y reímos a más no poder, decidí dejar a un lado mis problemas, estaba feliz por mi amiga y eso se debía celebrar.
—Voy al baño. —Les digo
Me levanto y comienzo a buscar mi celular en el bolso mientras voy caminando, pero de pronto choco con alguien, y sin darme cuenta mis cosas caen al suelo.
—Lo siento, discúlpeme. —Digo y me inclino para recoger lo que se había caído.
—No te preocupes, puede pasarle a cualquiera. —Escucho una voz masculina y al levantar mi rostro veo un hombre realmente sexy, es formidable y tiene una perfecta sonrisa. Su mirada podía penetrar todo mi ser, así que no pude gesticular palabra alguna, me quede helada.
— Permíteme ayudarte. —Se inclina y comienza a recoger mis cosas.
— ¡Oh! Muchas gracias. —Nos levantamos y quedamos mirándonos por unos minutos. Sentí como mi corazón palpitaba muy rápido y las manos comenzaron a sudarme.
—Bueno si me disculpa debo ir…
—Permíteme presentarme, soy Jonathan Black. —Estira su mano hacia mí sin dejar que termine la frase que iba a decirle.
—Soy Anastasia Lombardi, un placer. —Estrecho su mano y siento como una especie de corriente sube por mis brazos hasta llegar a mi cuerpo. Debo salir de aquí rápidamente, pero mis pies no logran moverse.
Cuando por fin puedo moverme, me giro y siento que me sostienen de la mano.
—Espero volver a verla, señorita Lombardi.
—No creo que eso sea posible, por su bien y el mío eso no pasará, si me disculpa debo retirarme. —me suelto de su agarre y camino hasta el baño a paso seguro.
Una vez allí, decido soltar una gran bocanada de aire, estoy temblando. Trato de calmar las pulsaciones de mi corazón. No sé quién es, pero de lo que si estoy segura es que sentí una inmensa conexión al estrechar nuestras manos.
Después del restaurante, salimos a divertirnos en un local cercano. Al terminar nuestra celebración, decidí dejar a las chicas en su casa porque terminamos tomando más copas de lo esperado, así que no quería que se fueran solas. De camino a casa, vino a mi mente el hombre que conocí en el lugar, estoy segura de que con su porte, su increíble sonrisa y esa voz tan sexy, volvería loca a cualquier chica. Tiene una voz ronca y sensual que mataría por volver a escuchar. Cuando regresé del baño, no volví a verlo por el lugar y eso me intranquilizó un poco, pero luego salimos de allí y decidí pasarla bien.Vigo me llamó para decirme que me quedara un rato más con las chicas porque estaba atendiendo unos negocios, pero que no me despegara del ojo de Rodrigo. Estaba muy molesto, no sabía lo que había pasado, pero de seguro cuando llegara a casa se
Termino de ducharme y me coloco la ropa de dormir, debo estar preparada todas las noches porque no sé el humor que tendrá Vigo cada vez que regresa a la cama. Ha pasado alrededor de 30 minutos cuando escucho un fuerte ruido en la planta baja, salgo de la habitación inmediatamente y veo a Vigo tambaleándose en los brazos de Jonathan subiendo las escaleras.— ¿Qué fue ese ruido? —Pregunto.—Ve y limpia el desastre, mujerzuela. —Grita Vigo.Me quedé completamente inmóvil, a Jonathan se le iban a salir los ojos de órbita al escuchar lo que me dijo Vigo. Me sentí tan apenada que deseaba esconderme, pero mis piernas no colaboraron, cuando quise darme cuenta ya tenía a Vigo en frente de mí.— ¿Por qué sigues allí parada? ¿Eres sorda? —Recibo el primer golpe directo a la cara.Jonathan lo suelta y trata d
JohnLlegué a este país con un objetivo, matar a la hermana de Massimo Venturi. Tras la muerte de su padre, los líderes de la orden suprema la eligieron a ella como sucesora, pero su hermano desea ese puesto, así que necesita deshacerse de ella y sabe que el mejor para realizar este trabajo soy yo. A pesar de que los conozco desde hace muchos años, mi trabajo me impide dejarme llevar por algún tipo de sentimientos.En este tipo de trabajos no hay favores, todo se hace a través de una ficha sellada por un pacto de sangre por ambas partes, eso significa que nos comprometemos a cumplir con la petición de la otra persona sin importar qué.Hace muchos años, Venturi me ayudó en un trabajo que parecía imposible, Adam Meyer estaba jugando sucio con los negocios de Zelig, un hombre muy poderoso en Alemania; este al descubrirlo trató de hacerse cargo, pero se dio cu
JohnEncontrarme con Anastasia fue una de las casualidades más impresionantes de mi vida y tenerla justo frente a mí en este momento, me hace desearla mucho más. Pero debo disimular o el imbécil de Vigo notará algo, así que decido romper el hielo y presentarme como si nada.—Un placer señorita… —Estrecho mi mano hacia ella.—Anastasia De Santori. —Responde. Hace un rato no me dio ese nombre, eso solo significa una cosa, que aborrece el apellido por completo, de admitir que me agrada.—Soy Jonathan Black.—Jonathan, ella es mi esposa. —Comenta Vigo con una sonrisa falsa.— ¡Vaya! Con que usted es la famosa señora Santori, la esposa de Vigo. Bueno realmente es un placer poder conocerla, he escuchado mucho de usted. —Aunque no ha sido por parte de Vigo, pero ambos sabemos que lo hago para ser cortés.
JohnA pesar de que los hombres que se encuentran allí son de Vigo, no me desafían. Saben que mi palabra vale más que la de él. Así que eso no me preocupa, en estos momentos me importa más la salud y recuperación de Anastasia. Me quedo admirándola cuando noto que comienza a abrir los ojos.— ¿Qué hago aquí? —Me pregunta intentando levantarse.—Quedaste inconsciente, por la golpiza que te estaba dando Vigo, de no ser por mí estarías muerta en estos momentos. —Digo en tono brusco.—Pero, ¿y él? ¿Dónde está? ¿Qué le hiciste? — ¿Es en serio? Acabo de decirle lo que le pasó y ella solo piensa en cómo está él, ¡esto es increíble!— ¿Después de lo que te hizo estás preocupada por él? &
Días despuésDesde que John se fue, mis días en este infierno han cobrado vida. Mi rostro poco a poco ha llegado a ser lo que era antes. Desde ese día, Vigo no ha vuelto a tocarme, él todavía sigue recuperándose del mal estado en que lo dejó John, ni siquiera ha salido de la casa, trabaja desde aquí.Todo se dio según lo acordado cuando Vigo preguntó sobre lo que le había pasado, obviamente a mí no me creyó, pero cuando sus hombres le contaron la misma historia, el tema quedó zanjado.Durante estos días, John y yo hemos mantenido contacto. Se siente bien conversar con alguien que sabe escuchar y está pendiente de mí, hace mucho tiempo que no experimentaba esto y es asombroso.Hoy decidí bañarme en la piscina, no tolero ver constantemente a Vigo por la casa, es insoport
AnastasiaSiento el teléfono vibrar en mi almohada, veo la hora y son las 2:00 am, ¿quién me estará llamando a esta hora?, me pregunto al ver un número desconocido en la pantalla.— ¿Hola? —Atiendo.—Dime qué fue lo que te hizo. — ¡Oh por Dios!— ¿John?—Sí, soy yo. Dime Anastasia, te hizo algo ¿no es cierto?— ¿Po… por qué lo dices?—Te vi, ¿recuerdas? Tu cara me lo dijo todo, no trates de ocultarme las cosas, solo dime lo que te hizo.Suelto un bufido.—Lo habitual, John.— ¿Qué quieres decir con eso? ¿Te golpeo?—No.— ¿Entonces?—No puedo hablar en estos momentos, si llega a entrar a la habitación me… —
AnastasiaSigo en la habitación con John, él me escucha pacientemente y trata de comprender cada palabra que digo. Cuando ya estoy más calmada, decido seguir contándole sobre mi historia con Vigo.—Bueno, continúo contándote. Un día no quise que me tocara, estaba en mis días y él había llegado borracho.Pero eso no le importó, me tomó a la fuerza y me mostróla bestiaque lleva por dentro,fue la primera vez que recibí una golpiza de su parte. Quedé destrozada, no podía creer lo que había pasado. Al día siguiente, pensé que se arrepentiría de lo que pasó, pero fue todo lo contrario, sus palabras fueron “Acostúmbrate cariño.” Luego de eso, estaba asustada, no sabía qué hacer, mis padres no se encontraban en el país, así q