21 de marzo de 1742Dicen que el dolor de la separación es tan fuerte como perder a alguien querido. Catherine había experimentado bien esa pena cuando Heinrik murió, sin embargo, tener que mentirle a Andrew y verlo alejarse con la mayor decepción en sus ojos, fue por lejos, mucho más amargo para ella.Andrew no ha vuelto a la casa donde se está escondiendo de los oficiales de Queen Bay y eso la destroza por dentro. Es ridículo; pues se encargó de alejarlo de todas las formas posibles en las que podía destrozarlo, y, aun así, lo que quiere ahora mismo es que él vaya a buscarla.Hoy es el día en que se supone que la bruja les devolverá a sus hombres para retornar a Birronto. Trata de poner toda su concentración y esfuerzo en eso, en lugar de pensar en Andrew o en Arden, a quien ansía ver; pero al mismo tiempo; no. Algo dentro de ella le dice que ver a Arden de nuevo también le traerá más dolor del que puede soportar.Catherine se mira por última vez en el espejo y se cubre con la capuc
21 de marzo de 1742“Tenemos que hablar”, las palabras que ninguna pareja quiere escuchar. Catherine suspira con fuerza y se sienta en la silla frente al escritorio, e invita a Arden a tomar asiento frente a ella.—Prefiero quedarme de pie —dice con seriedad.La capitana traga en seco, esa no puede ser una buena señal.—Bien, ¿qué tienes que decirme?—Primero que todo, pasó algo con Berry.Recién cuando lo menciona se da cuenta de que no lo ha visto por ningún lado. Su cabeza ha estado tan despistada pensando en el comodoro y en sus líos amorosos, que se ha comportado como una pésima capitana.—¡Es cierto! ¿Dónde está Berry?En automático mira el saco con los libros que recuperó y tiene un ligero mal presentimiento.—Trataré de explicarte esto de la forma más resumida y entendible que se pueda. Berry se quedó sin la poción azul que lo mantenía vivo…Su corazón se detiene por un instante.—¡¿Qué?! —Ahora sí que se siente la peor capitana del mundo entero.Ha sido tan egoísta que ni siq
24 de marzo de 1742—¡Capitana! —La voz de Cooke la despierta de un salto.Llevan cuatro días navegando a toda la velocidad que da el barco para poder llegar lo más pronto posible a la isla. Catherine se pone de pie de un salto y sale corriendo a la cubierta ante la llamada del marino; el paisaje que la recibe afuera no es ni una ínfima parte de lo que se imaginó que encontraría.Una humareda inmensa se levanta casi veinte metros sobre la isla. Ni siquiera necesita el telescopio para mirar que hay varias zonas en incendio. Siente que va a vomitar, que el corazón se le va a escapar del pecho y nadará hacia la isla; su isla.—Él está aquí —dice para sí misma, pero los marinos que están a su alrededor la escuchan.Arden sale desde las galeras y observa el paisaje con la misma cara de sorpresa y enojo que ella. Desde que le terminó hace cuatro días, la ha evitado todo lo que un barco de treinta metros de largo puede proveer de espacio.Ella se había limitado a quedarse en su camarote todo
24 de marzo de 1742De pronto Catherine se siente como en una especie de sueño surrealista. Está viendo a la persona que tiene en frente, pero no es capaz de procesarlo. Esa mujer es muy parecida a ella, pero se nota que la inclemencia de los años le ha cobrado facturas con creces. Su padre la mira y en sus ojos puede notar el desconsuelo que le causa ver a su hija en esa posición.Ni siquiera por la apuesta más osada del mundo se habría arriesgado a suponer que la bruja de Roger Sparrow iba a ser nada más y nada menos que su propia madre.Hay demasiadas preguntas y muy pocas respuestas ante todas las dudas que se empiezan a formar en su cabeza.—Te he dicho que ese ya no es mi nombre —corrige la mujer al pirata—. Mi nombre es Cassia.—¿Qué es lo que está pasando aquí? ¿Cómo puede ser esa mujer la madre de Catherine? —cuestiona Arden.Sparrow sigue con la espada en el cuello del capitán Morgan y mira a Catherine directo a los ojos.—Dame los libros, o… —no termina de formular la amena
21 de marzo de 1742 (cuatro días antes)Esa mañana en Queen Bay todo se siente gris y apagado, o quizá es Andrew Sallow quien lo interpreta así. Desde que ella le dijo que prefería estar con Arden, todo su mundo se desmoronó. No quiso volver a su casa para tener que enfrentar a su madre y su disgusto por haberle presentado una “prometida” de forma inesperada; mucho menos para aguantarse su cara de felicidad al decirle que todo se había acabado.En retrospectiva, no pensó bien las cosas. Fue un grave error haberla llevado sin previo aviso a conocer a sus padres, y querer forzarle una vida que no tuvo ni tendrá. Algo que no es.Para mantener distancias prefirió quedarse en casa de Isaac, junto a Jacob.—Apresúrate Jacob. Debes ir a ponerla en un lugar seguro —apremia Andrew.—No entiendo por qué no puedes hacerlo tú. No duraron ni un día aquí y ya se pelearon —comenta sin darle demasiada importancia.Andrew lo mira con cara de pocos amigos y él baja la cabeza.—Ya te lo dije, debo distr
24 de marzo de 1742Andrew lleva tres días y una noche entera remando sin descanso para poder llegar a la isla de Birronto a tiempo. Esa mañana su cuerpo le pide que pare, que ya no puede más del cansancio. La brújula lo ha guiado todo este tiempo en dirección al norte más allá de donde alguna vez había navegado. Por suerte el clima ha estado tranquilo esos días, y la corriente ha estado casi siempre de su lado, empujando el pequeño bote hacia el lugar correcto.Saca la bota de agua y se da cuenta de que ya casi no le queda nada. Se acuesta sobre la madera húmeda y dura y cierra los ojos con un suspiro. Empieza a creer que ha sido mala idea todo eso, que tal vez la brújula de alguna forma sabe que él no es un pirata de verdad, y lo está llevando mar adentro para morir de hambre y sed bajo el inminente sol.Está por quedarse dormido allí cuando un aroma a quemado lo despierta de su letargo. Se sienta de golpe y arruga la vista debido al resplandor. El brillo en el agua no lo deja ver b
24 de marzo de 1742Es increíble cómo todo puede descontrolarse de un momento a otro. De pasar a estar por morir a manos de Sparrow, ahora Catherine, Arden y Andrew están corriendo por sus vidas; después de haber matado a Darrel Acheron.Roger volvió a lo que quedaba del edificio de la cofradía con más hombres, disparando en todas direcciones sin importarle si quedaban piratas de su bando o no. Así que los tres debieron salir corriendo sin poner atención a lo demás.Sin embargo, Catherine sí que se percató de que la serpiente del mar había quedado inconsciente en el suelo. Espera que esté vivo, de lo contrario, sería otro pirata más que se suma a la lista de personas que han muerto por su culpa.Antes de llegar a la playa ya se escucha el sonido de los cañones. La capitana se detiene pensando que es a ellos a quienes atacan, Arden la imita, pero el comodoro sigue corriendo de frente.—¿Qué están haciendo? ¡Vamos!—Los cañones…—Debe ser la tripulación. Están liberando el barco —explic
24 de marzo de 1742Bajo la oscuridad y solo la tenue iluminación de una pobre antorcha, Cassia está sentada con el bolso que traía, bien aferrado entre sus brazos.—¿Qué es eso que escondes ahí?La voz de su hija la hace sobresaltar. De inmediato se pone de pie y se acerca a los barrotes con una sonrisa.—Es la pieza que te hace falta para encontrar el tesoro.Hasta ese momento, la capitana había olvidado por completo que Sparrow tenía el otro libro; el de la isla del oeste. Intenta disimular su sorpresa, pero Cassia se da cuenta.»Lo habías olvidado, ¿no es así?—Qué conveniente que tú lo trajeras. ¿Cómo es que Sparrow te dejo ir así tan fácil?—No se dio cuenta de que me lo robé en la confusión del momento, y no me dejó ir.—Yo no vi que pusiera mucho empeño en capturarte. —Catherine no confía para nada en esa mujer.—Estoy segura de que no ha notado mi ausencia todavía. Además, no podría alcanzarte, aunque quisiera. Eres una gran pirata.—Adularme no te servirá.—No es adulación,