23 de abril de 1742Para Andrew, navegar con Portgas es una experiencia totalmente diferente a lo que ya estaba acostumbrado con Catherine, o incluso él mismo en sus barcos. El pirata es un loco de atar, poco antes de llegar a Queen Bay, se deshizo de todas las velas negras que lo delataban como pirata y se propuso a terminar el recorrido solo con los remos largos y el impulso de la marea.—¿Estás seguro de que esto funcionará? —cuestiona Andrew al pirata.—No, pero qué es la vida sin un poco de riesgo —dice con tono despreocupado y encogiéndose de hombros.El comodoro no puede creer la locura que están haciendo, sin embargo, decide dejarse llevar por la corriente y apoyarlo en su idea, por muy absurda que le parezca.Los pocos hombres que decidieron acompañarlos como tripulación se cubren los tatuajes de la marca pirata y se alistan para arribar en el puerto del reino.—Creo que es mejor que me dejen hablar a mí —señala Andrew cuando alcanzan a ver los primeros barcos en la costa. Qu
23 de abril de 1742El silencio que precede a esa propuesta pone nervioso al comodoro. Jacob ha sido su fiel amigo y leal oficial desde hace mucho tiempo, sin embargo, quizá ese pedido exceda los límites de lo que un amigo o compañero pueda tolerar. La cara del muchacho pasa de la sorpresa a la felicidad en un par de segundos.—¿De verdad? —pregunta sin poder creérselo.—Sí —dice Andrew con seguridad.—Le seré muy sincero, desde que se fue hace un mes, no he podido dejar de pensar en eso. Todavía no le he dicho que sí a la propuesta del comodoro Koch, porque tenía la esperanza de que usted me lo pidiera primero.La confesión de Jacob también lo deja anonadado. Una cálida dicha le llena el corazón, saber que puede contar con él en las buenas y en las malas es fantástico. En especial ahora, porque seguramente se las verá negras un buen tiempo.—Entonces no hay nada más que decir, zarparás conmigo mañana, luego de conseguir el arma que fabrica la bruja.—¡Esto se merece otras cervezas! ¿
24 de abril de 1742La luna llena está álgida en el cielo. Al caer la media noche ya no queda nadie en las calles de la ciudad. Las pocas personas que vagan por los callejones oscuros no son precisamente las damas o caballeros de sociedad, porque esos ya se encuentran recogidos en sus hogares, bajo el calor del fuego chispeante de la chimenea.Andrew camina por las calles, considerándose ahora uno de ellos: un pirata. De manera oficial, ni siquiera lo ha pronunciado en voz alta, es solo una idea que recorre su mente desde hace algún tiempo; y en realidad; tampoco sabe cómo es que podría ganarse ese título, o siquiera si lo merece.Se desliza entre las sombras para evitar ser visto por las patrullas de oficiales que recorren la ciudad. Es cierto lo que Jacob le comentó acerca del redoble en la seguridad de la ciudad. Se pregunta si Portgas y sus hombres habrán conseguido las velas nuevas sin causar demasiados problemas.El único lugar donde puede comenzar a buscarlos es en el barco, as
QUINTA PARTE25 de mayo de 1742Hace dos semanas que Catherine arribó a la isla azul con sus hombres. En todo ese tiempo han descubierto cosas interesantes, además del bello campo de flores azules que le dan el característico nombre al lugar; también está lleno de frutos dulces y coloridos, y alguno que otro animal peculiar.Al principio estaban advertidos porque se decía que también podía haber sirenas, y luego de aquella horrible experiencia en ese islote, no querían arriesgarse, a pesar de que la última vez que estuvo ahí, no habían encontrado nada.Cuando se dieron cuenta de que no había peligro, se relajaron un poco más.Estar ahí es un constante recuerdo de lo que pasó entre ella y Arden. Esa isla fue testigo de la consumación de su amor, ahí ella admitió sus sentimientos por él, y le suplicó que la hiciera suya.Ahora, han estado lo más distanciados posibles. Catherine sabe que Arden también es consciente de esos recuerdos, lo que desconoce es qué podría estar sintiendo en la a
26 de abril de 1742La medianoche abre paso a la madrugada; lejos de ser una noche tranquila, la lluvia de cañones y disparos perturban la tranquilidad de la isla azul. Hay piratas corriendo de lado y lado, ambos bandos se atacan con todo lo que tienen; en especial Catherine.Tiene a Ragnar frente a frente, y cruzan espadas de forma insistente sin descanso. La pelirroja arremete una vez más contra el pirata rubio, quien hace un movimiento evasivo inclinando su cuerpo hacia atrás como si estuviera hecho de hule. La flexibilidad del hombre la deja impresionada.Catherine patea un poco de arena a su cara, y eso logra cegarlo lo necesario como para que ella pueda correr directo hacia él. Se encarama sobre su espalda y trata de asfixiarlo lo suficiente para hacerlo perder el conocimiento. Sin embargo, Ragnar es mucho más fuerte y no se deja atrapar tan fácil. La capitana suelta el arma sin querer y ve como el pirata está por asestarle una clavada con su espada. El tajo precede al grito de
26 de abril de 1742Catherine tiene toda la madrugada y el inicio de la mañana reunida con la capitana Lin, Arden, Cassia, Cooke y Cheng, mientras discuten qué medidas deberían tomar contra Ragnar.El pirata es un hueso duro de roer y no da su brazo a torcer. No cree en los cuentos del tesoro, y mucho menos los considera capaces de vencer al guardián del abismo; así que solo se ha quedado allí en la misma posición donde lo pusieron, atado junto a sus hombres en el tronco de la palmera.Los piratas del norte y del oeste se mantienen vigilantes ante los del sur. Los han encerrado en las celdas de sus propios barcos. En el día, las velas azules de su flota se mimetizan con el color del mar. Los diez navíos flotan en el agua y todo aparenta una calma de esas que precede a una terrible tormenta.Catherine sabe que debe actuar rápido ante la situación. Es consciente de que ellos los superan en número, y que solo es cuestión de tiempo para que se decidan a venir por su líder.—No veo otra sa
27 de abril de 1742El gran arpón de metro y medio es de lo que todo el mundo habla en la isla azul. Incluso los piratas del sur que están cautivos en la playa miran con atención el arma dorada con las tres puntas tipo flecha sobresalientes y amenazantes.Andrew sonríe muy complacido y orgulloso al mostrársela a la capitana, quien titubea un poco antes de sujetarla entre sus manos. Lejos de ser pesada como creyó es bastante ligera. El mango se siente liso y suave, es de un material que ella no había visto nunca.—¿De verdad con esto podremos matarlo? —pregunta, todavía con algo de duda al respecto y sin apartar la vista del curioso objeto.La tripulación que está merodeando por ahí curiosea desde lejos, sin terminar de acercarse a comprobar.—Es lo que me dijo Xuan, incluso la impregnó con parte de mi sangre para darle más poder. —El pecho del hombre se infla un poco al decir eso. Ella lo nota y por un segundo, su mirada se pierde entre ese pequeño espacio de piel expuesta que deja en
27 de abril de 1742El proceso de hacer desembarcar a todos los piratas cautivos en los barcos de Ragnar se toma un buen tiempo. El sol llega al punto máximo que marca el mediodía cuando ya todos están en la playa. Hay tantos piratas que es imposible ver un pedazo de arena en una buena área alrededor de la isla.Los bandos se han dividido en dos. De un lado están los doscientos piratas de Ragnar, y del otro los ochenta de Catherine y la capitana Lin Shi. Si él quisiera, bien podría ordenar un ataque contra su gente y acabarlos en un santiamén. Los superaban por mucho, y aunque su gente se defendiera bien, por simples números matemáticos, ellos ganarían.Sin embargo, Ragnar se mantiene firme en lo que acordó con Catherine. Está dispuesto a aceptar la votación, sin buscar orquestar un nuevo ataque por lo bajo. Ahora está desatado y junto a su gente, pero la capitana no le quita la mirada de encima, prevenida ante cualquier movimiento de traición que él pueda desatar.Lin se para en medi