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Asistencia al evento

Capítulo 1

Ibiza

(Seis años antes)

Cubro mis oídos para ver si así dejo de escucharla, pero por más que lo intente eso no sucede. Solamente escucho las mismas cosas una y otra vez sin parar.

- ¿Qué? ¿Cómo que no vas a ir a esa fiesta? _ grita mi hermana por enésima vez _ Este es el cuarto evento que te pierdes Ibiza, no puedes seguir así.

- ¿Y eso qué tiene que ver? No se va a caer el mundo porque yo no vaya y sabes mejor que nadie que no me gustan esos eventos dónde solo van la gente rica y los chismosos de mi trabajo que no tienen nada más en que perder su tiempo.

- Ibiza por Dios, tienes que salir más y disfrutar la vida. Aún eres muy joven como para pasarte todo el tiempo encerada en casa viendo la tele cuando no trabajas. Es que ni yo que soy mas joven que tu desperdicio así mi vida.

- ¿A quién le importo si me paso el tiempo viendo series? A mí me gusta hacer eso y no pretendo cambiarlo.

- Eso ya lo sé y nadie te pide que lo cambies. Solo digo que eres la diseñadora paisajista estrella de la empresa para la que trabajas y no puedes dejar de ir a ese evento. Además, me dijiste que en ese evento presentarían a los hijos de tu jefe y no te vendría mal conocer un poco de los herederos de todo ese imperio.

- ¡Bueno, vale! - grito frustrada por lo pesada que se ha vuelto – ¿Si te digo que iré a ese dichoso evento me dejas de molestar?

- Pues claro que sí, tu solo dame el gusto, aunque para serte sincera hace como media hora que llame a mamá para que viniera a buscarte. Le dije que no era bueno que manejaras si ibas a tomar en ese evento y ella me aseguro que después de su turno en el hospital pasaría a recogerte.

- ¿Ni siquiera había dicho que si y ya tú lo tenías todo planeado?

- Así es y será mejor que vayas a bañarte porque mamá dijo que venía dentro de un rato. No queremos hacerla esperar porque sabes cómo se pone cuando no tiene sus horas de sueño.

Después de decir eso veo como mi hermana sale de mi habitación con una sonrisa igual que la del gato de Alicia en el país de las maravillas y no puedo crees que me he dejado convencer por una niña para que asistiera a ese evento. Con un poco de fastidio entro a mi baño dispuesta a darme una ducha relajante y dejar que el jabón recorre mi cuerpo para liberar todo el estrés que llevo acumulado. Si les soy sincera y casi siempre lo soy, este tipo de eventos en realidad no me gustan debido a que siempre están llenos de personas que no conozco, pero debo reconocer que esas personas dejan fuertes sumas de dinero como recaudación de fondos con cualquier escuda. Sin embargo, lo único que bueno de eso, es que ese dinero de reparte a centros de apoyos que lo necesiten, mayormente orfanatos y clínicas contra el cáncer.

Luego de veinte minutos en el baño, al salir me dirijo directamente a mi armario en busca de algo que ponerme para la ocasión. Necesito algo a la altura de un evento de la alta sociedad, pero de la nada un grito tras de mí me hace dar un gran salto y al darme vuelta veo que se trata de mi mejor amiga y la loca de mi hermana. Ambas están sonriendo como si fueran el Joker a punto de hacer una maldad.

- ¿Qué haces tú aquí? ¿También estás confabulada con mi hermana en esto? – le pregunto a la que se supone es mi mejor amiga y esta de inmediato me abrasa.

- Pues claro que yo también confabule en tu contra ¿Qué esperabas? No puedes seguir quedándote siempre en casa, así que ahora sal de tu closet porque todo lo que necesitamos está aquí en estas bolsas que he traído.

- ¿Eso que traes ahí en esa bolsa es un vestido? – le pregunto y esta me extiende la bolsa para que mire dentro.

- Así es, es un hermoso vestido. Lo compré hace mucho para una ocasión especial, pero nunca lo estrené porque fui comprando otros. Además, sinceramente creo que se te vería mejor a ti por tu tono de piel y por eso te lo traje.

- Y yo si me dejan hablar diré que traje mi increíble estuche de maquillajes, por lo que esta noche serás la más bella de esa fiesta. Estoy segura que a más de uno dejaras con la boca abierta – dijo mi hermana de quince años y no sé si sea sano que piense en esas cosas.

- No me queda de otra más que confiar en ustedes ¿Cierto?

- ¡Oh vamos! Lo dices como si fuéramos a torturarte. Mejor siéntate en tu tocador de una buena vez y déjanos a nosotras hacer nuestra magia - sentencio mi mejor amiga.

¡Oh por Dios! ¿Qué será lo que me harán estas dos dementes? No sé qué resultado debo esperar de una chica apasionada por la moda y la otra por el maquillaje. Solo espero que no usen tantas cosas en mi para hacerme parecer a otra persona.

(…)

Estaba alucinando frente al espejo, todavía no lo podía creer, me miraba sin cansarme y no podía asegurar que era yo la que estaba ahí. Llevaba un vestido rojo satín con unos espectaculares zapatos de tacón negros y un maquillaje muy natural que resaltaba mis ojos sin opacarlos. Además, llevaba mi pelo recogido en un espectacular muño, el cual sin duda resaltaba el espectacular trabajo que habían hecho. Sin embargo, lo que era todo un escandalo y sin duda me gustaba más, era la gran abertura en el vestido que hacía relucir mis piernas largas. Antes jamás me habría puesto un vestido como este, pero sin duda en esta ocasión no me arrepentía.

- No puedo creer que soy yo, me veo increíble – les digo feliz cuando volteo a verlas.

- Pues menos mal que te gusto y si, te ves espectacular. Yo diría que pareces una diosa - dice mi mejor amiga con orgullo y sé que si fuera un hombre ahora mismo me saltaría encima.

- ¡Oh por dios hermana! Dejarás a muchos escurriendo babas en la fiesta de esta noche y si no sales con novio es porque definitivamente en este mundo no hay hombres con buen gusto.

- Voy a ignorar ese cometario, pero qué haría sin ustedes - digo mientas las abraso y mi hermana se ríe.

- Probablemente serías una solterona aburrida toda tu vida, pero tranquila, seguramente serás una con muchos gatos - soltó de la nada mi hermana y largo otra carcajada luego de que la empujara.

En medio del abrazo sentimos como mi madre sonó la bocina de su auto, dando a entender que ya era hora de irse. Por lo que rápidamente tome mi bolso antes de salir de la casa y mamá me sonríe mientras me subo a su lado. Ella solo se limita a decir que estoy muy guapa y yo me sonrojo por eso. Aunque la verdad, es que yo siempre me sonrojo por todo y eso a mi familia le causa gracia porque aseguran que me veo muy tierna cuando eso sucede.

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