Recordar

Capítulo 5

Ibiza

Al levantarme de la cama no puede evitar sentir como mi cabeza dolía como nunca, me sentía horrible sin razón y mi cuerpo lo percibí diferente a otras veces. En un momento dalo, cuando intenté ponerme de pie, un terrible temblor recorrió mis piernas y una punzada en mi intimidad se hizo presente. Así que me volví a recostar tratando de acordarme de que me había pasado para estar así y como si fueran flash mis recuerdos me inundaron de pronto dejándome saber la razón.

Recuerdo…

- ¡Dios! Me duele todo el cuerpo, no puedo más - me quejo de inmediato removiéndome en la cama.

- Qué bueno que ya estás consciente ¡Bien! El doctor dijo que estarás bien, pero debes calmarte y relajarte - dice una voz a mi lado y es ese tipo de voz sexy que te hace mojar hasta las bragas.

- ¿Qué me pasa? ¿Por qué un doctor me reviso? Me siento muy mal.

- ¡Cálmate! Si te reviso un doctor es porque te drogaron, pero pronto pasará todo. Solo debes relajarte y descansar. Si quieres puedo llamar a alguien para que venga por ti o tal vez puedo llamar a tu novio para que te ayude con lo que estas sintiendo - dice el desconocido ahora con voz sutil.

- Yo no tengo novio y no quiero preocupar a mis padres ¿Podrías por favor ayúdame tú? - suplico cuando siento mi cuerpo más caliente y adolorido.

- No, yo no puedo ayudarte, lo siento. Eso sería aprovecharme de tu estado actual porque no estás del todo consciente y no sabes lo que dices.

- Eso no me importa. Se que solamente tú puedes ayudarme y me siento demasiado caliente a tal punto que hasta la ropa me estorba - digo tratando de provocarlo mientras me quito la molesta ropa y me acomodo en la cama.

- No hagas eso, será mejor que te duermas y después … _ sin dejar que él continúe hablando lo beso sin importarme nada como la primera vez.

En un principio aquel hombre dudó por unos segundos antes de corresponderme el beso, pero poco a poco fue envolviendo mi cuerpo entre sus fuertes y cálidos brazos para llevarme a la cima del cielo.

- Está bien, tu ganas - dijo sofocado después de ese beso - Te voy a ayudar con lo que estas sintiendo, pero después no quiero reclamos preciosa.

- No habrá reclamos, lo prometo – menciono mientras paso suavemente mis manos por sus brazos.

De un momento a otro el hombre desconocido se encontraba sobre mi cuerpo totalmente desnudo y ni siquiera me di cuenta cuando quedé a su merced. No obstante, él me besaba como jamás nadie lo había hecho y yo ante sus delicadas caricias correspondía gustosa sin reparo alguno queriendo solo ser suya.

Mis manos traviesas acariciaban su trabajado cuerpo para gravarse cada lugar de este y se aferraban a su ancha espalda como si no hubiera un mañana. Ni siquiera podía explicar la cantidad de sensaciones que él me hacía sentir en este momento, ya que no creo que se pueda describir con palabras.

De repente comienzo a sentir como mis senos son devorados por la boca experta de este espécimen masculino, cual se aferra a ellos como si fuera un niño pequeño, el cual chupa y mordisquea a su antojo. Sin embargo, como si eso ya no le bastara, hábilmente fue descendiendo aún más por mi abdomen hasta llegar a mi entrepierna. Ese lugar íntimo que jamás alguien ha visto y por un acto reflejo debido a la vergüenza que sentí, cierro de inmediato mis piernas para que su rostro no quedara ahí. Sin decir una sola palabra al respecto por mi reacción, mi sexy desconocido me regala una sonrisa divina y luego prosigue a separar mis piernas de nuevo con delicadeza para después acomodarse entre ellas. Era como si no le importa hacerlo y sin duda eso me ponía muy caliente.

- ¿Nunca nadie te ha tocado con la boca aquí? - preguntó acariciando mi feminidad con sus dedos a lo que yo negué con la cabeza soltando un jadeo por la sensación placentera.

Él al ver mi respuesta al parecer fue la que esperaba, me dio una sexy sonrisa de lado, la cual me pareció la mejor del mundo y sin pensarlo me deje llevar por el mayor placer jamás sentido.

Sentía como él me devoraba por completo mi monte de venus con su boca, haciéndome gemir como loca mientras mi cuerpo vibraba sobre la cama. Nunca imaginé que el sexo oral seria así de delirante, hasta que de pronto noté como mi vientre se contrajo y minutos después, una explosión surgió de mi interior arrastrándome a la oscuridad del máximo lívido. Sin duda eso fue un orgasmo increíble y con el comprendo a la perfección a que se refería mi mejor amiga al decir que era una experiencia única.

- Estuviste fantástica, bonita. Tienes un sabor exquisito y los gemidos mas sexy que he escuchado - dijo él acariciando mis labios con la yema de sus dedos.

- ¿Debería tomar eso como un cumplido? – pregunto con una sonrisa y el asiente mientras juega con mis pechos – Bueno, entonces bien, porque aún quiero más. Necesito más de ti porque aún no estoy satisfecha.

Volviendo a besarlo por iniciativa propia como en las veces anteriores, en esta ocasión me probé a mí misma en ese beso. Supongo que debería de haber dado asco el besarlo después de lo que acaba de hacer con esa boca, pero en vez de eso mi excitación y deseo por él creció aún más. Aunque mentiría si dijera que no tenía miedo por lo que estaba a punto de pasar, sin embargo, ya era demasiado tarde como para retroceder y pensar en lo que estaba haciendo con este hombre.

Cuando comencé a sentir como el desconocido comenzaba a abrirse paso entre mis piernas sin ninguna delicadeza, esto provocó en mí un fuerte dolor que me llenó por completo, haciéndome callar un pequeño grito ahogado en su hombro. Es ahí cuando percibo claramente como el cuerpo del hombre que se acaba de llevar mi virginidad se tensa y de seguro es porque esto no se lo esperaba

- ¿Eres virgen? - preguntó sorprendido mientas me veía a la cara.

- Era … - respondí asintiendo con la cabeza y una lágrima escapó de mis ojos sin poder evitarlo.

En este momento tras el silencio que se formó me sentía como una tonta y sin más escondí mi cara en su pecho para que no me pudiera ver. Es que, si tan solo le hubiese dicho antes que era virgen, tal vez ahora no me sentiría como una completa idiota que no sabe qué hacer.

- Bonita mírame – me pide él con una voz tierna y yo lo hago después de unos minutos – Perdóname por esto, no quise lastimarte así. Te prometo ser cuidadoso a partir de ahora para que puedas disfrutar de tu primera vez como nunca.

Así tal cual lo dijo él hizo que mi primera vez no fuera del todo un desastre después de todo. Yo mientas estuve en sus brazos solamente podía sentir placer con cada una de sus embestidas, las cuales en un principio eran lentas y suaves buscando que yo me adaptara a él, pero a medida que eso pasaba el tiempo mi cuerpo pedía más a cada segundo. Fue ahí que la pasión y la locura me invadieron por completo, haciendo que mis caderas se movieran prácticamente solas contra las suyas.

Cuando las súplicas de mi cuerpo le hicieron entender que yo necesitaba más, él solamente arremetió con más fuerza sobre mí haciéndome gozar de mucho más placer. Eran tantas las emociones y sensaciones que experimentaba en ese momento, que me aferré a su ancha espalda arañando como una gata salvaje para poder soportarlo. Además, esos arañazos serian el recuerdo de del disfrute y del goce para ambos.

Sin sentirme conforme con lo que estábamos haciendo, me las arreglé para darle la vuelta y quedar sobre su regazo como si fuera una experta en el acto del placer. Sin embargo, cuando él me sostuvo de las caderas para ayudar a moverme, con cada movimiento podía sentirlo más dentro de mí. Aun así, al hacerlo me sentía como una diosa cabalgando a semejante hombre tallado a mano, hasta que después de unos movimientos más llegamos juntos al clímax.

Mi cuerpo se desplomó junto al suyo luego de ese espectacular orgasmo y sentía muy agotada, pero feliz. Solamente me moví para ver a mi lado y enfocarme en como aquel pecho subía y bajaba en busca de aire.

- ¡Eso fue increíble bonita! - dijo aún sofocado, pero con sus ojos puestos en mí.

- Si, tienes toda la razón - dije de igual modo que él y sin más mis ojos comenzaron a sentirse pesados.

Había experimentado mi primera vez de la mejor manera posible y con un hombre majestuoso. Quien diría que Alejandro Galle sería tan buen amante.

Fin de Recuerdo …

Me sentí mal de inmediato y me faltaba el aire. Sin duda no puedo creer que esto me esté pasando a mí y de seguro todo esto no es más que una m*****a pesadilla. Es que no puedo creer que me acosté con el hijo de mi jefe, su hijo. Así que solamente podía gritar y maldecir a mi antojo porque no entendía que con tantas personas que había en el mundo precisamente tuve que venir a perder mi virginidad con él.

La puerta de mi habitación se abrió dejándome ver a mi hermana y a mi mejor amiga, quienes al verme en el estado en el que estaba no dudaron en correr de inmediato hacia mí para abrazarme ¿Qué se supone que pasará ahora con mi vida? ¿Qué voy hacer si me lo encuentro de frente? ¿Cómo lo veré a la cara otra vez después de lo que paso? Únicamente podía pedirle a la vida que un milagro sucediera y borrara todo lo que había pasado entre nosotros dos esa noche.

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