Los días siguientes transcurrieron en una extraña calma. Althea intentó llevar una vida normal, pero su mente volvía constantemente a la noche en el claro y a las revelaciones de Gabriel y Lucian. Cada vez que se encontraba sola, sus pensamientos la llevaban de regreso a esos momentos, y la sensación de que algo importante estaba a punto de suceder nunca la abandonaba.
En la escuela, Althea intentaba concentrarse en sus clases, pero sus pensamientos siempre divagaban. Se preguntaba si alguno de sus compañeros de clase tenía alguna idea de lo que realmente sucedía en la ciudad, si alguna vez habían notado algo extraño. Pero no se atrevía a preguntar. Temía que la tomaran por loca.
Un día, mientras caminaba por el pasillo entre clases, se encontró con una chica de su edad que parecía diferente a los demás. Tenía el cabello oscuro y los ojos penetrantes, y había algo en su aura que captó la atención de Althea. Decidió hablar con ella.
"Hola, soy Althea," dijo, sonriendo.
La chica la miró por un momento antes de devolverle la sonrisa. "Hola, Althea. Soy Lina. ¿Te acabas de mudar aquí?"
Althea asintió. "Sí, hace unas semanas. Todavía estoy tratando de adaptarme."
"Me imagino," respondió Lina, su voz suave. "Este lugar puede ser... un poco extraño al principio."
Althea sintió un escalofrío. "¿Extraño? ¿A qué te refieres?"
Lina la miró con curiosidad. "¿No has notado nada... fuera de lo común?"
Althea vaciló, preguntándose si debía confesar lo que había descubierto. Decidió arriesgarse. "De hecho, sí. He oído rumores sobre cosas sobrenaturales, y he visto... cosas que no puedo explicar."
Lina la miró con intensidad. "Althea, hay más en esta ciudad de lo que parece. Muchas personas aquí han tenido experiencias extrañas, pero la mayoría elige ignorarlas. No todos están dispuestos a aceptar la verdad."
"¿Y tú?" preguntó Althea. "¿Crees en esas historias?"
Lina asintió lentamente. "Sí, porque he visto cosas. Cosas que no puedo explicar. Pero si estás dispuesta a descubrir la verdad, te ayudaré."
Althea sintió un rayo de esperanza al encontrar a alguien que podría comprender lo que estaba experimentando. Decidió confiar en Lina, aunque fuera solo un poco.
"Gracias, Lina," dijo Althea con una sonrisa. "Realmente necesito a alguien con quien hablar sobre esto."
Lina asintió. "Podemos encontrarnos después de clases en el café de la esquina. Hay mucho de qué hablar."
Althea se sintió aliviada por primera vez en días. Tener a alguien que entendiera, que creyera en lo que estaba pasando, era más de lo que había esperado encontrar. Durante el resto del día, se encontró anticipando su reunión con Lina, su mente corriendo con preguntas y teorías.
Cuando la última campana sonó, Althea salió rápidamente del aula y se dirigió al café. El lugar era acogedor y estaba decorado con muebles de madera y luces cálidas. Lina ya estaba allí, sentada en una mesa junto a la ventana con dos tazas de café humeante.
"Me alegra que hayas venido," dijo Lina, sonriendo mientras Althea se sentaba. "Sé que todo esto puede ser abrumador."
Althea asintió y tomó un sorbo de su café. "No tienes idea. Apenas puedo dormir desde que me encontré con Gabriel y Lucian."
Lina levantó una ceja. "¿Gabriel y Lucian? ¿Puedes contármelo todo desde el principio?"
Althea respiró hondo y comenzó a relatar su encuentro con los dos jóvenes en el claro, cómo le revelaron sus verdaderas identidades y el impacto que esas revelaciones habían tenido en ella. Lina escuchaba atentamente, asintiendo de vez en cuando.
"Entonces, Gabriel es un ángel y Lucian es un demonio," resumió Lina cuando Althea terminó. "Y ambos creen que eres crucial en su batalla."
"Exactamente," dijo Althea, sintiéndose un poco aliviada al decirlo en voz alta. "Pero no sé en quién confiar. Ambos dicen querer protegerme, pero siento que hay mucho más que no me están diciendo."
Lina se quedó pensativa por un momento. "Es posible que ambos estén diciendo la verdad a su manera. Los ángeles y demonios tienen sus propios códigos y agendas. Gabriel probablemente quiera protegerte para preservar el equilibrio del bien, mientras que Lucian puede tener sus propios motivos, posiblemente más egoístas o estratégicos."
Althea asintió, mordiéndose el labio. "¿Y qué debería hacer? ¿Cómo puedo averiguar quién está siendo honesto conmigo?"
Lina suspiró. "Eso es algo que tendrás que descubrir por ti misma. Pero puedo ayudarte a investigar. La ciudad tiene una historia rica y llena de secretos. Hay registros antiguos, lugares sagrados y personas que saben más de lo que dejan ver. Si quieres, podemos empezar por ahí."
"Me encantaría," respondió Althea, sintiéndose un poco más esperanzada. "Gracias, Lina. No sé qué haría sin ti."
"No te preocupes," dijo Lina, sonriendo. "Nos ayudaremos mutuamente. Esta ciudad esconde muchos misterios, y creo que juntas podemos descubrir la verdad."
Los días siguientes, Althea y Lina se dedicaron a explorar la ciudad, buscando pistas sobre la historia sobrenatural del lugar. Visitaban bibliotecas antiguas, hablaban con ancianos que parecían saber más de lo que decían y exploraban lugares que eran mencionados en los viejos libros y pergaminos.Una tarde, mientras caminaban por un sendero poco transitado en el bosque, Lina se detuvo de repente. "Aquí," dijo, señalando un claro oculto por la densa vegetación. "Este lugar solía ser un sitio sagrado, según los registros antiguos. Los lugareños lo llamaban 'El Círculo de los Eternos'."Althea miró a su alrededor, sintiendo una extraña energía en el aire. "¿Qué ocurrió aquí?"Lina se agachó y apartó algunas hojas del suelo, revelando un círculo de piedras talladas con símbolos antiguos. "Se dice que este lugar fue testigo de encuentros entre fuerzas celestiales y oscuras. Las historias hablan de pactos y batallas, de alianzas y traiciones."Althea se arrodilló junto a Lina, examinando l
Esa noche, Althea y Lina se dirigieron de nuevo al claro en el bosque, llevando consigo una copia de las instrucciones del ritual y los materiales necesarios. La luna llena iluminaba el lugar, dándole un aire místico y sobrenatural."Lina, ¿estás segura de que esto funcionará?" preguntó Althea mientras colocaban las piedras en el suelo siguiendo las instrucciones del grimorio."No puedo asegurarlo, pero es nuestra mejor opción," respondió Lina con firmeza. "Solo necesitamos creer en el poder del ritual y en nuestra capacidad para llevarlo a cabo."Con las piedras en su lugar, Althea se paró en el centro del círculo mientras Lina comenzaba a recitar las palabras del antiguo ritual. El aire alrededor de ellas comenzó a vibrar, y una luz suave emergió de las piedras, envolviendo a Althea en un resplandor cálido y protector.De repente, una ráfaga de viento frío sopló a través del claro, apagando la luz momentáneamente. Althea miró a su alrededor con el corazón latiendo rápidamente, y ent
Con la luz del amanecer filtrándose a través de los árboles, Althea sintió una mezcla de anticipación y determinación. Mientras caminaban de regreso a la ciudad, la atmósfera era más tranquila, aunque todos sabían que la paz sería temporal. Lina caminaba al lado de Althea, ofreciéndole un apoyo silencioso, mientras Gabriel y Lucian permanecían cerca, vigilantes.De vuelta en la casa de Althea, se despidieron en la puerta, prometiendo reunirse más tarde para planificar sus próximos pasos. Althea entró silenciosamente, tratando de no despertar a su madre. Subió a su habitación y se dejó caer en la cama, agotada pero llena de una nueva sensación de propósito.Los días siguientes estuvieron llenos de investigación y preparación. Lina y Althea pasaban horas en la biblioteca, descifrando los antiguos textos y símbolos, mientras Gabriel y Lucian patrullaban la ciudad, asegurándose de que ninguna fuerza oscura se acercara demasiado.Una tarde, mientras Althea estaba sola en la biblioteca, Gab
Con el amuleto en sus manos y la promesa de sus amigos, Althea se sintió más segura. Sabía que el viaje sería difícil, pero estaba decidida a enfrentarlo. Los días siguientes fueron una mezcla de entrenamiento intensivo, investigación y preparación para la batalla que se avecinaba.Una mañana, mientras entrenaban en un claro alejado de la ciudad, Gabriel se acercó a Althea con una expresión de preocupación. "Tenemos que hablar," dijo, guiándola a un lugar apartado."¿Qué sucede?" preguntó Althea, sintiendo un nudo en el estómago."He estado investigando más sobre el amuleto y sus poderes," comenzó Gabriel. "Y he descubierto algo inquietante. El amuleto no solo amplifica tus poderes, también tiene la capacidad de atraer a seres poderosos, tanto del cielo como del infierno.""¿Qué significa eso?" Althea sintió un escalofrío recorrer su espalda."Significa que al usarlo, podríamos estar llamando la atención de fuerzas mucho más grandes y peligrosas de lo que imaginamos," explicó Gabriel.
Pasaron varios días desde la batalla en el claro, y aunque todos estaban aliviados por la victoria, había una tensión palpable entre ellos. Sabian que algo mas se avecinaba. Lucian se recuperaba lentamente de sus heridas, pero Althea no podía quitarse de la mente la imagen de él sacrificándose por ella. Se sentía abrumada por la culpa y la preocupación.Una noche, mientras se dirigía a la casa de Lina para una reunión, Althea encontró a Gabriel esperando en su puerta. "Necesitamos hablar," dijo con seriedad."Claro, Gabriel. ¿Qué pasa?" respondió Althea, sintiendo una inquietud creciente."Desde la batalla, he estado sintiendo algo extraño," comenzó Gabriel, sus ojos reflejando una mezcla de preocupación y algo más que Althea no pudo identificar. "El amuleto. Cada vez que lo usas, se siente como si estuviera drenando algo de ti."Althea frunció el ceño. "¿Drenándome? ¿A qué te refieres?""No estoy seguro, pero tengo la sensación de que hay un costo por usar su poder," explicó Gabriel.
Pasaron varias semanas desde el ritual, y Althea, Gabriel y Lucian comenzaron a notar los efectos del vínculo que habían compartido. Había una nueva sensación de entendimiento mutuo y una conexión más profunda que les permitió trabajar juntos con mayor armonía. Lina también jugaba un papel crucial, asegurándose de que el grupo se mantuviera enfocado y unido.Una tarde, mientras entrenaban en el claro, Althea notó que Gabriel y Lucian parecían más cercanos a ella, más protectores. Había momentos en los que Gabriel le lanzaba miradas que duraban un poco más de lo habitual, y Lucian, aunque seguía siendo el mismo chico duro y sarcástico, mostraba una suavidad en sus acciones cuando se trataba de ella.Durante un descanso, Gabriel se acercó a Althea con una sonrisa cálida. "Te ves más fuerte cada día," comentó, entregándole una botella de agua.Althea sonrió de vuelta, sintiendo su corazón latir un poco más rápido. "Gracias, Gabriel. Me siento más fuerte. Creo que el ritual realmente nos h
Mientras se preparaban para la confrontación , Althea sentía una mezcla de miedo y esperanza. Sabía que el camino sería difícil, pero con Gabriel y Lucian a su lado, y la fuerza de su vínculo, creía que podían superar cualquier obstáculo. La batalla que se avecinaba no solo decidiría el destino del mundo, sino también el destino de sus corazones entrelazados.El día de la confrontación llegó con un amanecer sombrío, el cielo cubierto de nubes oscuras. El grupo se reunió en el claro, listos para enfrentar al ser oscuro. Althea sentía el peso del amuleto en su cuello y la carga de la responsabilidad en sus hombros. Gabriel y Lucian estaban a su lado, sus rostros reflejando la misma determinación."Esto es todo," dijo Gabriel, su voz firme. "Debemos estar listos para cualquier cosa.""Lo estamos," afirmó Lucian, mirando a Althea. "Juntos."Comenzaron a avanzar hacia el lugar donde Seraphin había predicho que el ser oscuro aparecería. El bosque estaba inquietantemente silencioso, como si i
El aire fresco de la mañana era un contraste bienvenido después de la intensidad de la reciente batalla. Althea, Gabriel y Lucian estaban reunidos en la cabaña de Seraphin, recuperándose lentamente de sus heridas. Sin embargo, una inquietud subyacente persistía en el grupo. Sabían que su victoria sobre el ser oscuro no era el final; algo más siniestro se estaba gestando.Seraphin, observando al grupo con sus ojos sabios y cansados, se acercó a la ventana y miró al bosque. "Hay algo que deben saber," comenzó, su voz grave. "La derrota del ser oscuro ha liberado una fuerza aún más antigua y poderosa."Althea, sentada junto a Gabriel, sintió un escalofrío recorrer su espalda. "¿Más poderosa? ¿Qué podría ser peor que el ser oscuro?""El ser oscuro no era más que un sirviente," explicó Seraphin. "El verdadero enemigo es una entidad conocida como Erebus, el Príncipe del Abismo. Su despertar ha sido provocado por la destrucción de su vasallo. Ahora, está decidido a recuperar su dominio sobre