Capítulo 4

Los días siguientes, Althea y Lina se dedicaron a explorar la ciudad, buscando pistas sobre la historia sobrenatural del lugar. Visitaban bibliotecas antiguas, hablaban con ancianos que parecían saber más de lo que decían y exploraban lugares que eran mencionados en los viejos libros y pergaminos.

Una tarde, mientras caminaban por un sendero poco transitado en el bosque, Lina se detuvo de repente. "Aquí," dijo, señalando un claro oculto por la densa vegetación. "Este lugar solía ser un sitio sagrado, según los registros antiguos. Los lugareños lo llamaban 'El Círculo de los Eternos'."

Althea miró a su alrededor, sintiendo una extraña energía en el aire. "¿Qué ocurrió aquí?"

Lina se agachó y apartó algunas hojas del suelo, revelando un círculo de piedras talladas con símbolos antiguos. "Se dice que este lugar fue testigo de encuentros entre fuerzas celestiales y oscuras. Las historias hablan de pactos y batallas, de alianzas y traiciones."

Althea se arrodilló junto a Lina, examinando las piedras. "¿Crees que estas historias están conectadas con Gabriel y Lucian?"

"Es posible," respondió Lina, tocando uno de los símbolos. "Estos símbolos parecen ser de origen celestial. Podrían darnos más información sobre la naturaleza de su conflicto y por qué estás involucrada."

Althea sintió una oleada de determinación. "Entonces, ¿qué hacemos ahora?"

Lina se levantó, sacudiéndose las hojas de las manos. "Podemos tomar fotos de estos símbolos y tratar de descifrar su significado. También deberíamos investigar más sobre este lugar y sus leyendas."

De vuelta en la casa de Althea, las dos pasaron horas investigando, buscando en libros y en línea cualquier referencia a los símbolos que habían encontrado. Mientras tanto, la madre de Althea, ajena a todo lo que estaba sucediendo, les traía bocadillos y les preguntaba cómo les iba con sus tareas escolares.

"Creo que encontré algo," dijo Lina de repente, señalando una página en un libro antiguo. "Este símbolo aquí," indicó, "es el mismo que vimos en las piedras. Está relacionado con un antiguo ritual de protección."

Althea se inclinó para mirar más de cerca. "¿Protección contra qué?"

Lina leyó en voz alta: "Protección contra las fuerzas del inframundo. Se decía que aquellos que llevaban este símbolo estaban bajo la protección de los ángeles y eran invisibles a los demonios."

Althea sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. "Entonces, ¿estos símbolos podrían protegerme de Lucian?"

Lina asintió. "Es posible. Pero también es posible que Lucian ya sepa sobre estos símbolos y sus significados. Podría ser una ventaja, pero también podría ser un riesgo."

Althea suspiró, sintiendo el peso de la situación. "Nada de esto es simple, ¿verdad?"

"No," respondió Lina suavemente. "Pero estamos juntas en esto. Y encontraremos la manera de protegerte y descubrir la verdad."

Esa noche, Althea se acostó en su cama, mirando el techo mientras pensaba en todo lo que había descubierto. Gabriel, Lucian, los símbolos de protección... Todo parecía una intrincada red de secretos y mentiras, y ella estaba atrapada en el centro.

Justo cuando estaba a punto de quedarse dormida, sintió una presencia en la habitación. Se incorporó de golpe, su corazón latiendo con fuerza. Allí, en la oscuridad, estaba Lucian, mirándola con sus ojos oscuros.

"¿Qué haces aquí?" susurró Althea, tratando de mantener la calma.

"Tenía que verte," dijo Lucian, su voz un susurro cargado de emoción. "Quiero que sepas que no estoy aquí para hacerte daño, Althea. Quiero ayudarte."

"¿Ayudarme?" repitió Althea, su mente llena de preguntas. "¿Por qué debería confiar en ti?"

Lucian dio un paso hacia adelante, sus ojos brillando con una intensidad que la hizo estremecerse. "Porque, a pesar de lo que soy, mis sentimientos por ti son reales. No quiero que caigas en manos equivocadas. Hay mucho que no sabes, pero te prometo que te lo revelaré todo cuando llegue el momento adecuado."

Althea lo miró, tratando de discernir la verdad en sus palabras. Había algo en su voz, una sinceridad que no había esperado encontrar. Pero también sabía que los demonios eran maestros del engaño.

"Necesito tiempo para pensar," dijo finalmente, susurrando para no despertar a su madre.

Lucian asintió, entendiendo. "Lo sé. Solo quería que supieras que, pase lo que pase, siempre estaré cerca."

Con esas palabras, desapareció en la oscuridad, dejándola sola con sus pensamientos. Althea se recostó de nuevo, su mente girando con preguntas y dudas. ¿Podría realmente confiar en Lucian? ¿Y qué papel jugaría Gabriel en todo esto?

A la mañana siguiente, Althea despertó con la sensación de que todo había sido un sueño. Pero la presencia persistente de Lucian en su mente le decía que no era así. Mientras se preparaba para la escuela, decidió que continuaría su búsqueda de respuestas, con la ayuda de Lina.

En la escuela, Althea buscó a Lina y le contó sobre la visita de Lucian. Lina la escuchó atentamente, su expresión grave.

"Esto solo confirma que estamos en el camino correcto," dijo Lina. "Necesitamos encontrar más información sobre esos símbolos y cómo pueden protegerte. Y también debemos descubrir más sobre Gabriel y Lucian, y sus verdaderas intenciones."

Althea asintió, sintiendo una renovada determinación. "Entonces, ¿qué hacemos ahora?"

"Podríamos empezar por hablar con el bibliotecario de la ciudad," sugirió Lina. "Tiene fama de saber mucho sobre la historia local y podría tener acceso a libros que no están disponibles para el público en general."

Decididas a seguir adelante, las dos amigas se dirigieron a la biblioteca después de clases. El edificio era antiguo y estaba lleno de estanterías repletas de libros polvorientos. El bibliotecario, un hombre mayor con gafas y una barba blanca, las recibió con una sonrisa amable.

"¿En qué puedo ayudarlas, jóvenes?" preguntó.

preguntó el bibliotecario, sus ojos brillando con curiosidad.

Althea intercambió una mirada con Lina antes de hablar. "Estamos investigando la historia de la ciudad, especialmente las leyendas y mitos sobre fuerzas sobrenaturales. Creemos que hay información que podría ayudarnos a entender ciertas cosas que hemos visto."

El bibliotecario asintió lentamente. "Es una solicitud inusual, pero esta ciudad tiene una historia rica y llena de misterios. ¿Hay algo específico que estén buscando?"

Lina sacó su teléfono y mostró una foto de los símbolos que habían encontrado en el claro. "Encontramos estos símbolos en un sitio antiguo en el bosque. Creemos que podrían estar relacionados con rituales de protección o con entidades sobrenaturales."

El bibliotecario ajustó sus gafas y examinó la foto detenidamente. "Interesante. Estos símbolos son muy antiguos. Deberían estar en el 'Gran Grimorio de Leyendas', un libro que contiene registros sobre las prácticas y creencias místicas de la región."

"¿Podemos verlo?" preguntó Althea, ansiosa.

"Sí, claro. Síganme." El bibliotecario las condujo a una sección apartada de la biblioteca, donde sacó una llave de su bolsillo y abrió una puerta que llevaba a una pequeña sala de archivos. Dentro, había estanterías llenas de libros antiguos y manuscritos.

El bibliotecario sacó un gran libro de cuero de una estantería alta y lo colocó con cuidado sobre una mesa. "Este es el Gran Grimorio de Leyendas. Úsenlo con cuidado; es muy antiguo."

Althea y Lina se sentaron frente al libro, sus ojos brillando con emoción. El bibliotecario las dejó solas, cerrando la puerta detrás de él. Las dos chicas comenzaron a hojear las páginas amarillentas, buscando cualquier referencia a los símbolos que habían encontrado.

"¡Aquí está!" exclamó Lina después de unos minutos, señalando una página que mostraba uno de los símbolos del claro. "Dice que este símbolo es conocido como 'El Sello de la Eternidad'. Se utilizaba en rituales para proteger contra influencias demoníacas."

"Y mira esto," añadió Althea, leyendo otra parte del texto. "El símbolo también es un indicador de lugares donde las energías celestiales y oscuras se encuentran. Los guardianes de estos lugares eran personas con una conexión especial con ambos mundos."

Lina levantó la vista del libro, sus ojos encontrándose con los de Althea. "Esto tiene que ver contigo, Althea. Tú eres esa conexión especial."

"Pero ¿por qué yo?" preguntó Althea, sintiéndose abrumada. "No tengo ningún poder especial, al menos no que yo sepa."

"Tal vez aún no lo has descubierto," sugirió Lina. "Pero claramente tienes un papel importante en todo esto."

Mientras seguían leyendo, encontraron más información sobre los guardianes y los rituales que realizaban. Uno de los rituales mencionaba la creación de un círculo de protección utilizando los símbolos que habían encontrado.

"Podríamos intentar hacer este ritual," dijo Lina. "Podría ayudarte a protegerte de Lucian y cualquier otra amenaza."

Althea asintió, sintiendo una mezcla de miedo y determinación. "Hagámoslo. No tenemos nada que perder."

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