El aire fresco de la mañana era un contraste bienvenido después de la intensidad de la reciente batalla. Althea, Gabriel y Lucian estaban reunidos en la cabaña de Seraphin, recuperándose lentamente de sus heridas. Sin embargo, una inquietud subyacente persistía en el grupo. Sabían que su victoria sobre el ser oscuro no era el final; algo más siniestro se estaba gestando.Seraphin, observando al grupo con sus ojos sabios y cansados, se acercó a la ventana y miró al bosque. "Hay algo que deben saber," comenzó, su voz grave. "La derrota del ser oscuro ha liberado una fuerza aún más antigua y poderosa."Althea, sentada junto a Gabriel, sintió un escalofrío recorrer su espalda. "¿Más poderosa? ¿Qué podría ser peor que el ser oscuro?""El ser oscuro no era más que un sirviente," explicó Seraphin. "El verdadero enemigo es una entidad conocida como Erebus, el Príncipe del Abismo. Su despertar ha sido provocado por la destrucción de su vasallo. Ahora, está decidido a recuperar su dominio sobre
El retorno del grupo al pueblo fue recibido con celebraciones y gratitud. Sin embargo, bajo la superficie de la victoria, las tensiones comenzaban a surgir. Althea, Gabriel y Lucian habían forjado un vínculo profundo, pero el peso de sus experiencias y sus sentimientos no expresados comenzaban a crear fisuras.Althea se encontraba en el jardín de la cabaña de Seraphin, intentando procesar los eventos recientes. Sentía una mezcla de alivio y confusión. Gabriel y Lucian habían estado a su lado durante las batallas más oscuras, y su conexión con ambos se había profundizado, pero ahora, en la tranquilidad, las dudas y los sentimientos reprimidos comenzaban a aflorar.Una tarde, mientras cuidaba las flores del jardín, Gabriel se acercó a ella. "¿Tienes un momento para hablar?" preguntó, su voz suave pero cargada de tensión."Claro, Gabriel," respondió Althea, dejando a un lado las herramientas de jardinería. "¿Qué sucede?"Gabriel tomó una respiración profunda. "Althea, hay algo que necesi
El aire en el pueblo estaba tenso después de la batalla . La tranquilidad que habían ganado se sentía frágil, como si una nueva amenaza acechara en las sombras. Pero más que cualquier enemigo externo, las emociones internas de Althea, Gabriel y Lucian amenazaban con desgarrar su unidad.Un día, mientras el grupo se recuperaba en la cabaña de Seraphin, Lina los reunió. "He estado investigando más sobre Erebus y Nox," dijo, su expresión grave. "Creo que hay algo que deben ver."Los llevó a un antiguo manuscrito que había encontrado en la biblioteca del templo. "Esto habla de una profecía," explicó, abriendo las páginas amarillentas. "Habla de una entidad aún más poderosa que Erebus, un ser conocido como Tenebris. Su despertar podría significar el fin de todo lo que conocemos."La noticia cayó como un balde de agua fría sobre el grupo. Althea sintió un nudo en el estómago. "¿Qué más sabemos sobre Tenebris?""Que solo puede ser derrotado por aquellos que poseen un vínculo puro y fuerte,"
El grupo salió de la fortaleza en ruinas, cojeando y apoyándose unos en otros, cada paso cargado de dolor y cansancio. Las heridas físicas eran evidentes, pero las marcas en sus almas eran aún más profundas. Althea sabía que el peso de sus batallas recientes había despertado antiguos dolores en Gabriel y Lucian. Había llegado el momento de enfrentarlos, no solo para fortalecerse como equipo, sino también para entenderse a un nivel más profundo.Esa noche, acamparon cerca de un río oscuro que reflejaba las estrellas de un cielo perpetuamente nocturno. El fuego crepitaba suavemente mientras se sentaban en silencio, la atmósfera cargada de tensión y dolor no dicho. Althea rompió el silencio."Gabriel, Lucian," comenzó, con voz suave pero firme. "Sé que cada uno de nosotros lleva cicatrices de nuestro pasado. Para enfrentar lo que viene, debemos ser honestos y entendernos mejor. ¿Están dispuestos a compartir sus historias?"Gabriel suspiró, su mirada perdida en las llamas. "Es justo," dij
Mientras el grupo recogía sus cosas y se preparaba para seguir adelante, la tensión en el aire era palpable. Aunque habían derrotado a Astaroth, la batalla había dejado cicatrices profundas en todos ellos. Althea, en particular, se encontraba cada vez más atraída por Gabriel. Había algo en su valentía y vulnerabilidad que la tocaba profundamente.Esa noche, mientras acampaban cerca de un arroyo oscuro, Gabriel se apartó del grupo para estar solo con sus pensamientos. Althea lo siguió, sintiendo que necesitaba hablar con él."Gabriel," dijo en voz baja, acercándose. "¿Cómo te sientes?"Gabriel la miró con una mezcla de tristeza y gratitud. "Estoy bien, Althea. Solo... estoy pensando en todo lo que hemos pasado. Y en lo que aún tenemos por delante."Althea asintió y se sentó a su lado. "Entiendo. Ha sido un camino difícil. Pero lo importante es que estamos juntos. Tú, Lucian y yo. No sé qué haría sin ustedes."Gabriel sonrió débilmente y tomó la mano de Althea. "Saber que estás a mi lad
Las heridas de la batalla con Nocturna aún eran frescas cuando el grupo decidió seguir adelante. Sabían que no podían quedarse quietos por mucho tiempo; la oscuridad estaba siempre al acecho. A medida que avanzaban, la tensión entre Althea, Gabriel y Lucian crecía, alimentada por emociones no resueltas y el constante peligro al que se enfrentaban.Esa noche, acamparon en un claro rodeado de árboles antiguos. El viento susurraba a través de las hojas, como si las mismas sombras estuvieran conspirando contra ellos. Althea se sentó junto al fuego, observando las llamas mientras sus pensamientos giraban en torno a Gabriel y Lucian. Sabía que algo tenía que cambiar, pero no estaba segura de cómo abordarlo.Gabriel se sentó a su lado, rompiendo el silencio. "¿En qué piensas, Althea?" preguntó, su voz suave pero cargada de preocupación.Althea suspiró y miró a Gabriel. "Estoy pensando en nosotros, en lo que estamos enfrentando y en cómo nuestras emociones nos están afectando. Siento que esta
A medida que continuaban su viaje, la relación entre Althea, Gabriel y Lucian se volvió cada vez más tensa. Las emociones no resueltas seguían siendo una sombra persistente que amenazaba con desmoronar la frágil armonía que habían logrado. Cada día era un acto de equilibrio entre la misión que los unía y los sentimientos que los separaban.Una tarde, mientras atravesaban un denso bosque, Althea sintió la necesidad de hablar con Gabriel a solas. "Gabriel," dijo, tocando suavemente su brazo. "¿Podemos hablar un momento?"Gabriel asintió, siguiendo a Althea a un claro apartado. "¿Qué sucede, Althea?" preguntó, notando la preocupación en sus ojos.Althea respiró hondo antes de hablar. "Gabriel, sé que hemos intentado manejar esto lo mejor que podemos, pero siento que estamos estancados. Necesito ser honesta contigo. Mis sentimientos por ti son fuertes, pero también siento algo por Lucian. No sé cómo equilibrar esto sin herir a alguien."Gabriel la miró con seriedad, su corazón apesadumbra
Lucian, aunque aún lidiando con sus propios sentimientos de celos y dolor, se acercó y tomó la otra mano de Althea. "Siempre seré tu aliado, Althea. No importa cuán complicado se vuelva todo esto."El trío, con corazones pesados pero comprometidos, se preparó para el próximo desafío. Aunque sabían que las emociones seguirían siendo una sombra persistente, también reconocieron que su unidad era esencial para enfrentar las fuerzas oscuras que amenazaban con consumir el mundo.A medida que se adentraban más en el territorio de Umbra, los desafíos se volvieron aún más formidables. Una tarde, mientras cruzaban un desfiladero, fueron atacados por un grupo de criaturas oscuras. La batalla fue feroz, y aunque lograron vencer, las heridas físicas y emocionales se sumaron a su carga.Después de la batalla, mientras acampaban en una cueva para protegerse del frío y la oscuridad, las tensiones volvieron a surgir. Gabriel, con una herida en el brazo, estaba más irritable de lo habitual. "Tenemos q