Después del silencio, Nicolás se disculpó de manera torpe:—Diana, cometí un grave error. No debí involucrarme con otra mujer. Ya hice que Mariana abortara y la eché. Por favor, ¿podrías perdonarme?—¡Haré lo que sea, solo no me abandones!Suplicaba desesperado, mientras Diana permanecía tranquila.Sonrió suavemente y respondió:—Está bien, te perdono.Esta respuesta inesperada casi marea a Nicolás.—¿En serio? —preguntó una y otra vez, sin comprender el verdadero significado de sus palabras.—Ja,ja,ja —Rio Diana con frialdad—. ¿No es esto lo que querías oír? No tendré en cuenta todo lo anterior, te perdono.—¿Satisfecho? Entonces dejémoslo hasta aquí.Era solo una palabra, "perdón", podía decirla cuantas veces él quisiera. Pero volver al pasado era imposible. ¿Cómo reparar un espejo completamente roto? Ni con pegamento volvería a ser el mismo.Colgó de inmediato, sin darle oportunidad de seguir disculpándose.Antes le había dicho que, si dejaba de amarlo, ni su suicidio serviría. Nico
Para vengar a Diana, Nicolás había aplastado sin piedad alguna a las familias de sus "amigos" que la habían insultado. Ahora que tenían algo contra él, ¿cómo no iban a contraatacar?A Mariana en realidad no le importaba ser utilizada; solo quería venganza. Si ella sufría, ¿por qué Nicolás debería estar bien? No conforme con denunciarlo, abrió una nueva cuenta para transmitir en vivo, revelando cada detalle de su relación con Nicolás.De repente, Impulso Global, que apenas había mejorado su reputación, se derrumbó de nuevo. La imagen de Nicolás quedó por los suelos.Obligado a regresar para la investigación, tuvo que abandonar temporalmente su búsqueda de Diana.Todo era caos total en la empresa. Varios traidores aparecieron, empeorando la situación de Impulso Global. Muchas empresas esperaban obtener su parte. Aunque sobreviviera, quedaría malherida. Incluso las piezas de este gigante corporativo serían suficientes para que otras empresas prosperaran.Durante tres meses, Nicolás apenas
—Lo siento, no quiero casarme contigo. Terminemos, ya no te amo.En el sueño, Diana apartó su mano y se alejó cada vez más.—¡Diana! ¡No! ¡No puedes hacer esto!—Te trataré muy bien, sé que te gusta el refresco del este de la ciudad, puedo comprártelo todos los días. Joyas, propiedades, acciones, te daré todo lo que pueda, ¿te quedarías conmigo?Nicolás suplicaba desesperado, pero la figura de Diana nunca miró atrás, ni una sola vez.Corrió detrás de ella con todas sus fuerzas, pero solo abrazó el aire.Hasta los anillos de compromiso en su mano habían desaparecido.Diana lo había rechazado, rechazó su amor, lo rechazó todo.—Diana... Diana...Con los ojos cerrados, su rostro completamente pálido cubierto de sudor, sus labios sangrando de tanto mordérselos, repetía su nombre una y otra vez.Tomás, con preocupación en sus ojos nublados, suspiró profundamente. Después de varios días de búsqueda, sus asistentes encontraron el nuevo contacto de Diana.—Hola, señorita Montoya, soy Tomás, el
— ¡Diana! —gritó Nicolás, despertándose alterado, aun pronunciando su nombre.Tomás, con el rostro sombrío, permanecía de pie junto a la cama.— Nicolás, desde hoy vas a concentrarte en trabajar y cuidar tu salud. ¡Ni se te ocurra buscar a Diana! —pronunció con severidad.— Cof cof—Nicolás tosió con fuerza, su voz angustiada—. ¿Por qué?— Ella es mi esposa. No he firmado los papeles del divorcio, así que técnicamente seguimos casados. Si me mantengo firme y soy sincero, ella terminará perdonándome —declaró Tomás con determinación.— Ella tiene un corazón blando —continuó Nicolás—. Si insisto lo suficiente, seguro me perdonará...— ¡Basta! —interrumpió Tomás con agresividad.Sacó entonces una grabación de una conversación con Diana y la reprodujo junto a su oído. Las voces claras resonaban por toda la habitación, destrozando por completo la confianza de Nicolás.Cuando terminó la grabación, un silencio sepulcral invadió la habitación. Después de un largo momento, Nicolás comenzó a murmu
—Señorita Montoya, ¿está completamente segura de querer borrar su identidad digital? Debe entender que una vez terminado el proceso, será como si usted se hubiera esfumado del mapa. Nadie podrá localizarla. Diana Montoya se tomó unos segundos antes de responder, pero cuando lo hizo, su voz no dejaba duda alguna.—Precisamente eso es lo que busco. Desaparecer sin dejar ni un solo rastro.Del otro lado de la línea se percibió un ligero titubeo, pero la operadora se recuperó al instante:—De acuerdo entonces, señorita Montoya. El proceso tomará alrededor de quince días. Le pido un poco de paciencia mientras se completa todo.Después de colgar, Diana tomó su celular y compró un boleto directo a Westland para dentro de dos semanas.En ese preciso momento, en la televisión retransmitían la conferencia de prensa de Impulso Global. Hacía una semana, Nicolás, el presidente de la compañía, había presentado una joya única en su tipo, elaborada con los diamantes y gemas más finas del mundo, cread
A la mañana siguiente, Nicolás despertó a Diana con su habitual beso de buenos días.—Diana, ayer me perdí nuestro aniversario. ¿Qué te parece si lo celebramos hoy?—Vamos al parque de diversiones. ¿No me dijiste que querías ir?Diana la verdad, no tenía ganas y estaba a punto de negarse, pero Nicolás ya había empezado a preparar todo lo necesario para salir, incluso había elegido la ropa que ella usaría.Una vez en el parque, no dejó de atenderla ni un momento.Apenas ella se humedecía los labios, él le ofrecía agua.Si miraba un peluche por más de un segundo, él corría apresurado a comprárselo.Carrusel, autos chocadores, rueda de la fortuna... No le importaba lo infantil que pudieran parecer las atracciones, si a ella le gustaban, él con agrado la acompañaba.Nicolás no soltó su mano en ningún momento. Incluso cuando ella intentaba esquivarlo, él la sujetaba con más seguridad de lo habitual.Al final, le compró un globo y lo ató a su bolso mientras sonreía:—Diana, así nunca te perd
El dolor era tan insoportable que Diana tuvo que apretar su pecho con la mano derecha, quedándose sin aliento por un momento.Nicolás finalmente notó que algo no andaba del todo bien y se dirigió hacia donde se encontraba ella:—Diana, ¿qué te pasa?La preocupación en sus ojos parecía verdadera, como si estuviera dispuesto a caer muerto ahí mismo si algo malo le sucediera a ella.Pero incluso este hombre que parecía amarla con locura le había ocultado muchas cosas.Luchando por mantener la compostura, respondió:—No es nada... solo me dio un calambre.Nicolás de manera inmediata comenzó a frotarle el pecho y, solo después de asegurarse repetidamente de que estaba bien, insistió en llevarla a casa para que descansara un poco.Durante el viaje de regreso, se desvivió por contarle anécdotas graciosas, intentando de esta manera animarla.Pero por más que se esforzara, no lograba arrancarle ni una sonrisa.Diana se recostó contra la ventanilla, observando en completo silencio el paisaje que
Al ser D'Gems una pieza tan valiosa, la única manera de venderla era a través de una casa de subastas.¿Así que Nicolás la había visto allí?En lugar de responder, Diana contraatacó:—¿Has estado acaso, en la casa de subastas?Nicolás dudo por un momento, evitando su mirada, y después de varios segundos respondió:—Quería comprarte algunas joyas."¿Comprarme joyas a mí... o a Mariana?"Después de todo, Mariana le había preparado una sorpresa tan especial... era natural que él quisiera corresponderle.Diana, ya con sus emociones bajo control, respondió con un tono de voz tranquila:—No la vendí, la doné.Nicolás tomó su mano con un gesto de total resignación:—Diana, sé que tienes buen corazón, pero si quieres donar algo, puede ser cualquier otra cosa. Esta joya no.Sacó una caja de su bolsillo y la colocó frente a Diana.Al abrir el estuche de terciopelo negro, ahí estaba D'Gems.La joya conservaba su extraordinario brillo.—La recuperé. D'Gems es la prueba de mi amor por ti, nunca deb