Como todas las mañanas en las que Cray se dispuso a observar algunas aves desde el primer avistamiento del día, mientras por las noches lo hizo con las cuales paseaban durante la oscuridad cubría su hábitat. Geraldine no sabía que algo tan “simple” podía ser tan maravilloso. Cray incluso sabía dibujarlos, colocarlos en las paredes de un salón que tenía para su pasión por ellas. Fotografías que revelaron juntos y lugares en los que se acostaron sobre sus estómagos para ver otros que con el menor ruido podían irse. Geraldine pidió a su seguridad que no intervinieran, ya que las iban a ahuyentar y quería ver los ejemplares más de cerca, algo que Cray le facilitó entregando la cámara especial para la ornitología que Geraldine acomodó, mientras Cray con señas le mostró el lugar a dónde dirigirla.Capturó la imagen, reconociendo un grupo de tres, pues un polluelo estaba cerca también, emocionandose por ver algo tan majestuoso. Acercó más el lente, hasta que tomó las suficientes, siendo
La prisa que todos tenían en la casa se asemejó a la preparación para una misión imprevista, tal vez lo era o quizá algo más importante que ello para los Demons. Pues cada uno se enfocó en llevar la ropa adecuada por primera vez, siendo cuidadosos con los detalles. Liban odiaba los trajes, mucho más cuando se trataba de llevar una corbata, sin embargo se contuvo de mencionarlo, arreglando el nudo frente a su reflejo, mirando a Alaya sobre su hombro, colocándose un par de aretes. Se veía hermosa de cualquier manera en la que se vistiera. Adquiría un atractivo en cada imagen que veía de ella. Él le guiñó un ojo cuando lo descubrió observándola y ella le sonrió desde ese lugar, siguiendo en su propia preparación. Ben caminó de un lugar a otro con la corbata a medio hacer, mientras hablaba por teléfono y comía a la vez. Ron tenía el saco en un mueble, hizo el nudo de su corbata pero no la cargaba en su cuello, sino la dejó a un lado del saco, mientras revisaba su ordenador. Mientras
Con el reciente compromiso de Cray, algunos trabajos imprevistos y un poco de horas de descanso por tener que ir a lugares remotos por orden de su jefe, todos debían moverse de ciudad. La compuerta del avión fue abierta, siendo Liban el primero en levantarse ayudando con el paracaídas a su mujer, la cual le arregló el chaleco a su esposo también. Ron se les sumó arreglando su auricular, en tanto Ben tenía el dispositivo de rastreo que les dieron para ubicar su objetivo. Cray le arrebató uno de sus envoltorios de dulces del chaleco, asintiendo en medio de la llamada que aún no cortaba. __ No voy a morir. - le aseguró a su prometida, quien estaba en un evento de caridad con su padre. - Lo he hecho cientos de veces. __ Más te vale. Tenemos solo 3 semanas de compromiso y no tienes permiso de morir, ¿entendido? __ Entendido, señora. - ella le lanzó un beso atontando su risa. - Si alguien se propasa contigo, dile que un serbio va a matarlo. __ No, mejor le diré que lo hará futuro espo
__ Benjamín Lorans durmiendo en el sofá, eso sí que nunca lo vi venir. - dijo Ron al entrar a la casa y ver a su amigo con un brazo sobre su rostro. - ¿Tan borracho estabas que no pudiste llegar a tu dormitorio? __ Apenas vienes llegando, cabrón. No soy quien debe responder cosas. - se frotó la cara sin sus típicas respuestas. Su amigo no pudo esconder su asombro.Se veía muy decaído, con cara de haber tenido una pésima noche y sin ánimos de hablar siquiera. __ Tengo un club que dirigir aquí. Si está iniciando apenas debo estar al pendiente de todo. - contestó sin más. - ¿Cuál es tu excusa? __ Me fui de frente con una pared y ni metí las manos. - murmuró, bostezando y frotando sus ojos.__ ¿Tuviste un accidente? - el francés negó recogiendo su saco. __ Algo parecido. - no iba a dar más explicaciones al respecto, pues en realidad ni él mismo entendía como se le ocurrió besar a Luciana. Ni siquiera consideró los riesgos como solía hacerlo, simplemente hizo lo que su impulso estúpid
Ben se frotó la cara agobiado, pues toda la noche no durmió un solo minuto. Luego de haber conducido a un sitio remoto durante horas para cavar un hoyo, lanzar los cuerpo y quemarlos, para luego cubrir todo con tierra de nuevo le llevó horas.Horas en las que no dejó de pensar en una sola cosa, en una sola persona. Se acostó minutos antes y no había podido dormir absolutamente nada. Se hartó de ello mirando su móvil como si su cabeza aún no entendiera que ese mensaje no llegaría. Volvió a la ducha, se quedó ahí varios minutos bajo el agua fría que quería pudiese borrar lo que tenía en la mente. No sucedió. No hubo solución a su enojo contra él mismo. Cuando estuvo bajo el mando de Samuel Wolf estuvo a punto de morir en esa emboscada que les hicieron, pero la propuesta de Liban los salvó de ser acribillados. La decisión se tomó individual, aceptando permanecer juntos, ver por el otro, aún cuando pasara de misiones difíciles a mortales. Seguirían ahí para el otro. Pudo haber rechaz
Luciana no dejó de pasear los ojos por el rostro adormilado del hombre que aún sostenía la puerta, mirando cada centímetro de su cara como si aún estuviera asimilando lo que veía. No la buscó. No quiso comunicarse con ella porque habían dejado claro todo o al menos lo más importante ese día… No con palabras, pero sí se lo hicieron saber al otro con sus acciones y al final una despedida.Ben la vio en silencio y sentir como todo el mundo se le removió de golpe con solo verla, le recordó lo estúpido que había sido por lo que, contrario a los pensamientos de Luciana le cerró la puerta en la cara.Ella se quedó atónita ante su accionar, en tanto él se llevó las manos a la cara con estupefacción. ¿Qué demonios había bebido en ese club? ¿Acaso Ron adulteró sus bebidas? Estaba viéndola. Estaba viendo a Luciana. ¿Qué demonios? ¿Aún seguía dormido? Se frotó los ojos y volvió a abrir la puerta, no obstante la imagen no desapareció. Ella sí se encontraba frente a él. Con su cabello enmarañad
Una noche más en la que Ron se acercaba a la barandilla que limitaba el pasillo de su oficina, pudiendo ver todo lo que había bajo sus pies, desde ese sitio. Cada Demons tenía su lugar, pero él se olvidó de cuándo sintió que tenía uno fijo. Amaba estar en movimiento, aunque alguna vez extrañó… No supo lo que extrañaba, pues en sí no era melancolía por un pasado, sino algo más. Alaya seguía en las piernas de Liban, en tanto él disfrutaba verla reír, tomar y divertirse como pocas veces sucedía. Cray veía el reloj cada vez que respiraba, como si de eso dependiera su vida. Supo la razón cuando vio a Geraldine llegando con una sonrisa que a este parecía derretirlo. Raúl en la pista, bailaba con su mujer pegada a su cuerpo, siendo el foco de las miradas de varios, pues el sujeto contaba con un físico que varias deseaban comprobar si era cierto, como también la mujer que tenía en los brazos era un sueño hecho realidad para muchos, tanto como lo era para su marido. Ben… Él no se quiso s
__ Si eso le borra la sonrisa a ese desgraciado, acepto hacerlo. - contestó Marla, decidida a hacer justicia por el hombre que le robó la vida entera. No contento con hacer que su difunto abuelo la casara a la fuerza con él, le robó todo lo que heredó y la dejó sin nada más que lo que vestía y dos mudas que tenía en uno de los baños públicos. Era un tipo sin escrúpulos que se paseaba con su nueva novia por la ciudad, mientras a ella prácticamente la obligaba a vivir en la calle. Todos le dieron la espalda, incluso su familia. Cada uno tenía más motivos para seguirlo, que tratar de darle al menos un trabajo de limpieza para que se pudiera mantener con lo básico. Sin embargo, ese día al parecer la vida le estaba dando una oportunidad de descolocarlo. Sabía cuánto odiaba que las cosas no salieran como quería, por lo que accedió a hacer lo que sugirió. __ Claro que puedo contarte todos sus oscuros secretos. - se puso de pie. - Pero le pongo una condición a tu condición.__ Astuta. -