¡Seguimos con los extra! Trataré de dar el siguiente esta noche. Creo que es uno de los que esperan. Vamos con los momentos cruciales, los que solo se comentaron y otros de cada pareja.
Para Joseph el pensar en las maneras más absurdas de perder la cabeza, jamás incluyó el ver a alguien como un camino sin retorno. Claro que no le tuvo repudio o temor a una relación, pero tampoco era un imbécil como para caer ante la primer cercanía entre él y alguien que tenía más ganas de matarlo que de dejarse besar de nuevo. Al menos era lo que siempre le repitió durante algunos días en los que tuvo que aguantar la consternación de ver, no lo gestos se burla, sino de enojo en su contra.Los roces fueron cada vez más grandes, no disimularon tener problemas. Todos se fijaron en ello, pues aunque lo trataron de disimular, no lograron más que dejar a la vista de todos su pelea de orgullos. Peleas que siguieron en el comedor, en la sala, en el jardín. Cuando se la encontró en el pasillo le hizo entender el desinterés inexistente que había por ella, pues era mentira, pero no se dejaría burlar de esa manera.Cada vez que la veía, el aire le fue insuficiente, los músculos se contrajeron
Todo se había complicado para encontrar con el chico que ahora buscaban. Llegaron al sitio correcto, pero alguien lo hizo antes que ellos y se lo habían llevado. Si no fuese Adrián, nadie podía tener motivos para raptarlo, pero al hacerlo, confirmaron que sí lo era, empeñando más a sus hermanos en dar con él. Eso fue lo que supieron por parte de la señora que decía ser la madre del amigo de Sara y el hermano de este, quien a su vez parecía ser el chico que ella conoció. Sin embargo no les sirvió de nada. Aarón fue puesto al tanto junto a los del concejo de que Leonardo estaba dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para dar con Adrián, no dudando en ir con él.Salvo que haber estado trabajando lado a lado con Lorenzo Blanco y Angelo le dio la experiencia para saber que sitios podrían ser los mejores para desaparecerlo. No se equivocó y aun cuando perdiera el cargo de consultor ante en concejo, no le importó pues prefirió perder eso y no a su hijo, no de nuevo. Una de l
Adrián aún debía amoldarse al lugar al que ahora sabía que pertenecía. Todas las miradas aún incrédulas siguieron viéndolo a él, como si no creyeran que estaba ahí. Pero, ¿quién podría culparlos? Vivieron una vida entera pensando que habían perdido a Adrián y por ello en la mañana Luisa sin haber dormido un poco siquiera envió a que prepararan un desayuno para celebrar, ella por su parte no dejó de verlo, pidiendo disculpas si llegaba a incomodarlo, pero no pudo contener la emoción de ver a su hijo menor.Sara pudo percibir como todo cambió desde ese día. Leonardo podía dormir un poco más, como si sus pesadillas fueran menos dolorosas, además de sentirlo cada vez más cariñoso, algo que disfrutó, pues aprendió a conocer facetas de su esposo que tal vez nadie más podría tener la dicha de tener. Braulio admiró la mesa con sus tres nietos alrededor y esa presión en su pecho lo hizo apretar la mano de su esposa, la cual también comprendió el sentimiento. Faltaba uno y tal vez fuese muy
Muchos temían mirar los ojos de aquel que llamaron de distintas formas antes que un solo nombre lo distinguiera como tal. Todos huían de él si tan solo respiraba cerca suyo. Algunos se atrevían a tocarlo, teniendo la creencia que se trataba de un ser mitológico, de un hombre creado con ciencia o una máquina salida de una película de ciencia ficción.No obstante, ninguna de esas teorías fue cierta, ya que para que la Bestia naciera, tuvo que morir... Marcelo Crown. El hijo menor de Braulio Crown era la viva imagen de su hermano, con rasgos distinguibles, pero también unos tan iguales que podrían pasar como nacidos el mismo día, sin ningún problema. El carácter atrevido fue heredado de su madre y el aventurero por su padre.Siendo la similitud más grande que podría verse en la familia, de cada integrante de esta. Un accidente acabó con lo que ellos conocieron como una etapa feliz de sus vidas. Braulio y Adelina vivieron años llenos de alegrías, disfrutando de sus hijos, viviendo cada
La suerte estaba echada para todos. Un solo movimiento condenó a muchos y aunque aún no se vieran las pérdidas, cada peleador que pusieron contra Marcelo fue muestra de eso. Las apuestas crecieron, los contrincantes se le midieron por decisión propia u obligados por sus dueños, quienes quisieron probar suerte al saber de alguien como él, por quien el hombre que lo promocionó catalogó como el mayor demonio visto. El primer mes fueron seis peleas, seis muertos, seis millones de euros que se echaron al bolsillo a costa de vidas extinguidas a manos del hombre a quien nombraron como un animal, por la forma en la que se volvía al entrar a la arena. Este no quiso pelear, no deseó matar a nadie más que a Simon Emmons, pero este no estaba dispuesto a perder la mina de oro, por lo que envió a sus hombres para administrar una dosis de adrenalina que causó un choque entre la voluntad y los deseos por matar de Marcelo, quien no se midió en ninguno momento. Cada luchador perdió las esperanzas cu
La Bestia. Un nombre que todos gritaron cada vez que se presentó ante ellos, pues la única emoción que sentían al verlo fue de euforia. Ganaban dinero por él, celebraron la muerte de su contrincante en su nombre y para quien no lo consideró un animal, era tomado como un loco. "La criatura" una definición que se ganó al no querer referirse a él como una persona, ya que no lo veían como tal. No habló de nuevo, no quiso hacerlo por una promesa que inconscientemente estaba cumpliendo, como también el temor por ser cortado de nuevo.Quería ser amable. Deseó que esa parte volviera a aflorar, sin embargo no sucedió cuando se vió en el el reflejo del agua que le llevaron. El balde le hizo ver su rostro, en donde fijó sus ojos por varios minutos. Prácticamente no tenía una cara que le dijera quien era. Palpó con sus dedos y fue tocar algo que lo erizó, dejando caer el agua, para ver hacia la esquina oscura, intentando que la imagen se esfumara. Eso era él. Un recipiente de la maldad. Un cue
A Adelina se le fue dicho de lo riesgoso que sería para quedarse en la mansión Crown, pues aunque contaban con seguridad suficiente para que nadie atravesara la propiedad, una vez sucedió y pensar en que volverían a hacerlo era una opción que aún no se podía descartarLe dijeron que debían sacarla del país, ya que los Crown solo confiaban en los Crown y Braulio no tenía la certeza de que iban a cuidarla como se debía. Ella no se quiso marchar de ese lugar, no cuando su hijo y sus nietos estaban en peligro. No cuando esa presión en su pecho era mas grande con cada segundo. Tuvieron pérdidas y ella con solo enterarse entendió la renuencia de todos por dejarla en la ciudad. La sacaron cuando toda la seguridad colapsó, por lo que fue la única sin noticias cuando todos desaparecieron, hasta que Aarón la llevó a un Jet para que estuviera con Walter, mientras resolvían todo. Perderla no era una posibilidad jamás. Dejando a Braulio como el alma solitaria que estuvo esperando noticias toda la
Marcelo Crown. Ver mis manos con marcas por todos lados, me dio para saber que acoplarme a ellos me costaría la vida entera quizas, ya que se trataba de un grupo de personas, quienes eran muy diferentes a las últimas que vi antes de que toda la tortura iniciara. No era cómodo. Todos tenían curiosidad por mí. Yo la tenía aún más. Recordaba mucho y en ese punto de mi vida no supe si no saber absolutamente nada podría ser mejor que evocar lo que pasó. Habían pocas caras conocidas. Muchas eran nuevas o estaban distintas. Fue un infierno tratar de entender todo en pocas horas. El contacto humano fue... extraño. Había un selecto grupo de personas a quien podría permitirlo, pero el resto me hicieron sentir que siempre debía estar a la defensiva. Todos lo entendían, pero quien más sabía el porqué sin hacer cuestionamientos fue Sara. La chica de voz tranquilizadora que resultó ser la esposa de mi sobrino. Sobrinos que no fueron los niños llenos de energía que recordaba. Sino hombres de