Bueno, oficialmente quedamos solo con extras. Veremos algunos sucesos desde otras perspectivas y algunas cosas que solo se mencionaron, pero que merecen ser mostradas como tal, ya verán de lo que hablo.
Nota: Creo que este es un extra que querían leer. Así que aquí lo tienen. ...Cada día que transcurrió para Braulio fue de exhaustivas terapias que aún al tener resultados, tuvieron esas dificultades que odió. Pero no se rindió. Jamás podría hacer tal cosa al saber que había alguien aplaudiendo aún cuando no había nada por hacerlo. Su amargura llegó por momentos a atacarlo, ya que con semanas y semanas, apenas había logrado mover sus dedos, tener sensibilidad y sentir oleadas de dolor. Se desesperó por ello. Los avances eran lentos. Despreció el hecho de no controlar eso, pero Adelina estuvo ahí para compensarlo. Su esposa le hizo ver que esos avances eran enormes para ella y quizá imposibles para otros, le dio su apoyo incondicional, haciéndole ver que podía o no caminar, pero que no se sentiría mal al saber que sí lo intentó. Conocía la mente de su esposo y supo que este se reprocharía el no hacerlo. Por lo que siempre trató de que no faltara a ninguna terapia con la mujer que
Braulio estuvo atento a cualquier cambio en la mansión, pues desde que Leonardo salió de la casa no pudo dejar de pensar que debía tomar cartas en el asunto. No por entrometerse en la vida personal de su nieto, sino para dar la imagen que siempre se cuidó. Un Crown jamás estaría solo y menos cuando se trataba de dar solución a los asuntos que se presentaban. Pues estaba seguro que eso causaría algún problema. No lo dudó cuando vio a Leonardo regresando esa noche con Sara de la mano, a quien presentó como lo que era, dejando estupefactos a todos cuando dejó claro que nadie debía poner los ojos en ella, sin siquiera mencionarlo. De cierta manera le gustó saber que ese niño que sin explicación se hizo tomar afecto, era pariente suyo. Alguien que sin saberlo, llevaba la sangre de alguien que tenía mucho de no emocionarse de esa manera. Aunque aún estaba molesto por la forma en que quisieron apartarlo de ellos. Sin embargo escuchó los consejos de su esposa al enfocarse solo en la parte
Para Joseph el pensar en las maneras más absurdas de perder la cabeza, jamás incluyó el ver a alguien como un camino sin retorno. Claro que no le tuvo repudio o temor a una relación, pero tampoco era un imbécil como para caer ante la primer cercanía entre él y alguien que tenía más ganas de matarlo que de dejarse besar de nuevo. Al menos era lo que siempre le repitió durante algunos días en los que tuvo que aguantar la consternación de ver, no lo gestos se burla, sino de enojo en su contra.Los roces fueron cada vez más grandes, no disimularon tener problemas. Todos se fijaron en ello, pues aunque lo trataron de disimular, no lograron más que dejar a la vista de todos su pelea de orgullos. Peleas que siguieron en el comedor, en la sala, en el jardín. Cuando se la encontró en el pasillo le hizo entender el desinterés inexistente que había por ella, pues era mentira, pero no se dejaría burlar de esa manera.Cada vez que la veía, el aire le fue insuficiente, los músculos se contrajeron
Todo se había complicado para encontrar con el chico que ahora buscaban. Llegaron al sitio correcto, pero alguien lo hizo antes que ellos y se lo habían llevado. Si no fuese Adrián, nadie podía tener motivos para raptarlo, pero al hacerlo, confirmaron que sí lo era, empeñando más a sus hermanos en dar con él. Eso fue lo que supieron por parte de la señora que decía ser la madre del amigo de Sara y el hermano de este, quien a su vez parecía ser el chico que ella conoció. Sin embargo no les sirvió de nada. Aarón fue puesto al tanto junto a los del concejo de que Leonardo estaba dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para dar con Adrián, no dudando en ir con él.Salvo que haber estado trabajando lado a lado con Lorenzo Blanco y Angelo le dio la experiencia para saber que sitios podrían ser los mejores para desaparecerlo. No se equivocó y aun cuando perdiera el cargo de consultor ante en concejo, no le importó pues prefirió perder eso y no a su hijo, no de nuevo. Una de l
Adrián aún debía amoldarse al lugar al que ahora sabía que pertenecía. Todas las miradas aún incrédulas siguieron viéndolo a él, como si no creyeran que estaba ahí. Pero, ¿quién podría culparlos? Vivieron una vida entera pensando que habían perdido a Adrián y por ello en la mañana Luisa sin haber dormido un poco siquiera envió a que prepararan un desayuno para celebrar, ella por su parte no dejó de verlo, pidiendo disculpas si llegaba a incomodarlo, pero no pudo contener la emoción de ver a su hijo menor.Sara pudo percibir como todo cambió desde ese día. Leonardo podía dormir un poco más, como si sus pesadillas fueran menos dolorosas, además de sentirlo cada vez más cariñoso, algo que disfrutó, pues aprendió a conocer facetas de su esposo que tal vez nadie más podría tener la dicha de tener. Braulio admiró la mesa con sus tres nietos alrededor y esa presión en su pecho lo hizo apretar la mano de su esposa, la cual también comprendió el sentimiento. Faltaba uno y tal vez fuese muy
Muchos temían mirar los ojos de aquel que llamaron de distintas formas antes que un solo nombre lo distinguiera como tal. Todos huían de él si tan solo respiraba cerca suyo. Algunos se atrevían a tocarlo, teniendo la creencia que se trataba de un ser mitológico, de un hombre creado con ciencia o una máquina salida de una película de ciencia ficción.No obstante, ninguna de esas teorías fue cierta, ya que para que la Bestia naciera, tuvo que morir... Marcelo Crown. El hijo menor de Braulio Crown era la viva imagen de su hermano, con rasgos distinguibles, pero también unos tan iguales que podrían pasar como nacidos el mismo día, sin ningún problema. El carácter atrevido fue heredado de su madre y el aventurero por su padre.Siendo la similitud más grande que podría verse en la familia, de cada integrante de esta. Un accidente acabó con lo que ellos conocieron como una etapa feliz de sus vidas. Braulio y Adelina vivieron años llenos de alegrías, disfrutando de sus hijos, viviendo cada
La suerte estaba echada para todos. Un solo movimiento condenó a muchos y aunque aún no se vieran las pérdidas, cada peleador que pusieron contra Marcelo fue muestra de eso. Las apuestas crecieron, los contrincantes se le midieron por decisión propia u obligados por sus dueños, quienes quisieron probar suerte al saber de alguien como él, por quien el hombre que lo promocionó catalogó como el mayor demonio visto. El primer mes fueron seis peleas, seis muertos, seis millones de euros que se echaron al bolsillo a costa de vidas extinguidas a manos del hombre a quien nombraron como un animal, por la forma en la que se volvía al entrar a la arena. Este no quiso pelear, no deseó matar a nadie más que a Simon Emmons, pero este no estaba dispuesto a perder la mina de oro, por lo que envió a sus hombres para administrar una dosis de adrenalina que causó un choque entre la voluntad y los deseos por matar de Marcelo, quien no se midió en ninguno momento. Cada luchador perdió las esperanzas cu
La Bestia. Un nombre que todos gritaron cada vez que se presentó ante ellos, pues la única emoción que sentían al verlo fue de euforia. Ganaban dinero por él, celebraron la muerte de su contrincante en su nombre y para quien no lo consideró un animal, era tomado como un loco. "La criatura" una definición que se ganó al no querer referirse a él como una persona, ya que no lo veían como tal. No habló de nuevo, no quiso hacerlo por una promesa que inconscientemente estaba cumpliendo, como también el temor por ser cortado de nuevo.Quería ser amable. Deseó que esa parte volviera a aflorar, sin embargo no sucedió cuando se vió en el el reflejo del agua que le llevaron. El balde le hizo ver su rostro, en donde fijó sus ojos por varios minutos. Prácticamente no tenía una cara que le dijera quien era. Palpó con sus dedos y fue tocar algo que lo erizó, dejando caer el agua, para ver hacia la esquina oscura, intentando que la imagen se esfumara. Eso era él. Un recipiente de la maldad. Un cue