El día comenzó a desaparecer. La luz del sol se hizo cada vez menos, lográndose ver sombras por todo el lugar. Pasos apresurados, respiración agitada y la desesperación por salir de esa zona fue todo lo que se pudo percibir en las personas que corrieron tan rápido que les fue imposible pensar en un poco de calma. Sabían que tenían miradas encima. No podían pensar en detenerse, pues esa percepción de estar en un laberinto con depredadores atrás de ellos, era todo lo que se sintió en el aire. Luca Ferrer sintió su rostro arder cuando tensó sus facciones. Las curaciones fueron sin fines de poder curarlo si no de causar dolor, más del que se pudo imaginar, ya que ahora no sólo tenía ese dolor constante en todo su cuerpo, sino que tampoco pudo ni siquiera respirar sin tener esa sensación de estar por romper su piel. Un ladrido lo hizo frenar y ver al frente con temor de que el furioso animal apareciera ante sus ojos. Pero eso jamás ocurrió.__ Les pago para que me cubran las espaldas. -
__ Tenias ocho cuándo entraste a tu primer entrenamiento trimestral. - le recordó Joseph a Leonardo. - Pero fueron otras circunstancias. Anthony tiene 10, podemos esperar a que cumpla 16 o un poco más. __ ¿Cuántas solicitudes has recibido? - preguntó esta vez Adrián. __ Cuatro, desde que cumplió siete enviaron el primero. - mostró sacando los tres restantes. - No puedo enviarlo a un entrenamiento cuando aún falta definir lo de Harmonía contigo, lo de los Daemons con Joseph. Revisar la posible candidatura de Marcelo nuevamente...__ Y tu razón principal, porque es tu hijo y no quieres verlo atravesar esa agobiante prueba. - añadió Joseph. - Recibí el de Mateo y como tú tampoco quiero enviarlo a un lugar donde seguramente probará sus primeras heridas.__ Pero es necesario. - añadió Leonardo. - Mi hijo será mi sucesor, Mateo el tuyo. Vladimir estará con una decisión en el futuro sobre Harmonía o la organización. - exhaló con pesadez. - Y Lina...__ Es una niña fuerte. __ No dudo de es
El silencio sepulcral en el salón no se hizo esperar. Todos estaban de acuerdo en una sola cosa. Daban la cara o se quedaban a esperar que alguien hiciera el primer movimiento. Ellos eran buenos cuando de defensa se trataba, pero también eran lo suficiente para acabar con una amenaza si sabían que podía existir. Si los Crown fuesen una amenaza, ellos también estarían en la mira, pero Braulio fue inteligente en crear una alianza, la cual Adrián años más tarde se encargaría de cumplir. Ahora con esa discusión se reiteró que no fueron la clase de clanes que se consideraban temidos por nada. Considerar los problemas antes que se volvieran uno, bastó para que todos tuvieran esa mentalidad de no querer estar contra ellas. __ ¿Podemos reconsiderar todo por un momento? - se hizo escuchar Karim, jefe de armas de Artemisa. - No estamos hablando de decirle a una sola persona, sino prácticamente avisarle al mundo entero que estamos a la espera de que quieran tomar Harmonía. __ Porque lo esta
__ ¿Sabes que es lo que diferencia a un Crown del resto? - Valentina se detuvo en cuanto la voz del patriarca de la familia llegó a sus oídos. - Tienes la elegancia, el poder y la decisión de hacerle conocer a todos que eres superior a ellos, pero aun te falta una cosa. - ofreció su brazo y ella no dudó en tomarlo. - Rematar a alguien con solo no darle tu atención. __ Pediría disculpas, pero hay cosas que me gustaría hacer con ella, que me nubla la razón. - confesó ella caminando al ritmo que el abuelo de su marido lo hizo. __ Un Crown solo se disculpa con quien puede llegar a merecerlo o por algo que en verdad fue injusto. - reiteró Braulio aminorando el enojo que inicialmente Valentina sintió. - Esto no cabe en ninguno de los dos. Avanzó con ella, tan calmado que pareció una conversación habitual, sin embrollos, sin ningún tipo de circunstancias especiales. __ O matas con las palabras o la palabra asesina solo te queda por tirar de un gatillo. Simple. - recalcó llegando a donde
Adrián observó el horizonte desde su balcón. Mucho había ocurrió desde la última vez que estuvo en ese sitio. En ese momento solo contaba con diecisiete años, ya hacía diez años que eso sucedió. Trabajaba en un supermercado para ayudar a su hermano y madre adoptiva con sus gastos, tratando de mantener una vida que sabía que no era suya, pero igual soñó con que jamás se terminaría. Él no era de ser alguien sentimental, jamás lo fue. Pero volvió a esa mañana cuando se despidió de Silvia, yendo a su trabajo, sin esperar que los hombres de Lorenzo quisieran acabar con él. Secuestrado sin saber que nada de nadie, llegó Leonardo, Joseph y Aaron por él, siendo capaces de recibir un derrumbe sobre sus cabezas con tal de mantenerlo a salvo. Ahí no solo conoció la familia que pensó siempre que lo habían perdido, sino también la lealtad y la hermandad. No se dejaba a nadie atrás, jamás. Ahora lo visitaba con intención de comprar el lugar que antes su madre tuvo que dejar. No era un sitio es
Las luces fueron encendidas y Vanessa reconoció esa casa como aquella en la cual vivió durante dos décadas, su madre moviéndose atrás de ella cuando era una niña, intentando quitarle la manzana para que comiera su comida. Los cuadros en las paredes donde aparecían ambas junto a su padre. Él llenándola de flores desde que se casaron hasta el último día de su vida. Ese amor que ella soñó tener, pero su matrimonio fracasó, su vida se desmoronó, su voz soñadora se perdió. Ya no era la Vanessa que adoraba pensar que llenaría ese sitio con los recuerdos de su propia familia.Eso se esfumó. Recorrió el lugar, oyendo sus gritos divertidas, sus gritos hacia sus padres, a su madre diciendo que estaría con ella en el embarazo cuando lo supo y no mintió. La acompañó cada instante, aún cuando supo de quien era y en qué circunstancias había sido concebida. La defendió ante su parlamento al creerla indigna y aún embarazada le cedió el poder que juró proteger. Miró su antiguo dormitorio y una lágr
Adrián bajó del helicóptero con el maletín que contenía en su interior la nueva invención que habían por fin terminado. Esta tenía un solo destino. Unas manos que aunque no lo supieran, ya tenía algo netamente suyo. La fachada para ese sitio era lo suficientemente convincente, como para pasar desapercibido en ese lugar. Una cueva en las sombras que las copas de los árboles brindaron. Agua corriendo por el piso, paredes de piedra y una profundidad en la cual debían bajar con cuerdas, las cuales luego eran escondidas para no ser encontrados. La corriente de agua corría desde un arroyo en el subterráneo, creciendo en días de lluvia, calmando a los sedientos condenados a vivir ese sitio, contrario cómo aquellos que tan solo lo usaban para volverse más fuertes cada día. Con un ritmo bestial, siguiendo el consejo que decía sobre la letalidad adquirida en las cloacas. Celdas para los condenados, dormitorios para los luchadores o guardianes, pasillos angostos. Las voces de todos a la mism
Las copas de los árboles se bañaron con la nieve que cayó durante días en toda la ciudad y esa colina donde se pretendía aislarse para tener un descanso de su estrés, se tornó de un color gris, pasando a un negro doloroso cuando la confirmación llegó. Niklaus Crown había sido encontrado sin vida en las limitaciones de la propiedad de su familia. Con el corazón acelerado y esa barra de hierro enterrado en su pecho, el patriarca de la familia se bajó del vehículo que se detuvo en la carretera. Junto a él bajó Braulio, el cuarto hermano de esa familia. Adán se lanzó del caballo. Silas prácticamente saltó del segundo auto, en lo que Harland se dejó caer de rodillas frente al cuerpo de su primogénito, quien tenía dos días desaparecido. Lo buscaron por todos lados, la policía les creyó, pero no hicieron nada por más presión que hicieron. Nadie lo buscó tanto como sus hermanos y padre, quienes aún con contactos no pudieron dar con él mayor de los hijos del magnate petrolero. __ ¿Q