Valentina tenía una sonrisa que nada podría borrarla al ver que había logrado uno más de sus sueños. Su presentación aún estaba siendo reproducida en una pantalla en la parte superior del pasillo por donde entró y ninguno de los presentes dejó de verlo. __ Nos quitarás el trabajo. - le dijo la griega que se posó a su lado. __ Bien hecho, colega. - el acento se le notó mucho a la australiana que colocó su mano en su hombro a lo que la brasileña se unió a ellas, elogiandose entre ellas. Un grupo donde la envidia no existía, puesto que tenían claro que todas eran las importantes, a su estilo y en el nivel que poseían. Un grupo de mujeres como ellas robaría las miradas de todos los que las veían, pues no pasaban desapercibidos tanta belleza en diferente rasgos, en un espacio tan reducido como en donde se encontraban. Una ronda más de cada una deslumbró a todos los presentes, mientras Luisa veía desde su sitio cada una de las miradas de los presentes, incluidos sus hijos, quienes no se
Silvia siempre se consideró la pieza débil de ese imperio, pese a creer que no era considerada como parte de ellos, aunque no era así. Luisa la veía como alguien igual. Nunca le importó el aspecto económico, además que le estaba muy agradecida por cuidar del bebé que perdió años antes y apenas había podido recuperar. Por lo que en un café que estaban tomando juntas, en un intento para que Silvia no se sintiera encerrada y pudiera reintegrarse sin tantas ideas nada reales de su cabeza, la tenía de frente, mientras la veía con la tez pálida, dando una imagen de alguien aterrado. Con un ademán le preguntó de quién se trataba. __ Hablas y no tendrás que elegir un féretro sino dos. - amenazó Luca del otro lado de la línea cuando por medio de una cámara observaba lo que estaba pasando. __ Silvia. - habló nuevamente Luisa al ver que no respondió a la primera. __ ¿Adrián o Geovanny? - preguntó una vez más, mientras tenían en la mira a los dos y al no estar tan cerca no podían adivinar q
Una noche en la cual la muerte reinó a causa de los Crown. Uno recibió datos, otros se encargaron de dar de baja a todos aquellos que encontraban.El fuego arrasó con sus contrincantes antes que pudieran siquiera verlos llegando. Cuando lo hacían ya tenían un cañón entre ceja y ceja, eliminando la posibilidad de poder escapar. __ Hay un lista de más treinta sujetos. - exclamó Joseph. - Según el informe son la primera defensa.__ ¿Cuantos quedan del los otros? __ No se sabe con exactitud, pero era menos y dudo que no estén enterados de lo que ocurre ya. - mencionó su hermano. - Estoy enviando las ubicaciones a sus teléfonos. En cuestión de segundos todo estaba en sus manos. Leonardo vio a Adrián y este a su vez firmó una ronda más, si esa noche podían acabar con una buena cantidad de seguidores de Luca, lo harían. Esta vez no fue un auto lo que tomaron como sino un helicóptero que Leonardo tomó bajo su mando, mientras Adrián y dos de sus hombres subieron, junto a otros dos helicópte
Un intruso entró por una ventana, pero antes de que pudiera dar otro paso más, Orión le saltó encima desgarrando la piel de sus brazos cuándo quiso defenderse. Keyla vio al siguiente subir y le disparó antes de poder hacerlo. Mientras dejó a sus hijos en su espalda. El tercero hizo su entrada, pero le valió de nada cuando ella le disparó y empujó fuera. Mientras un cañón le quedó en la frente a Keyla a punto de ser disparado, pero la figura atrás suya le atravesó un cuchillo en la garganta de lado a lado, lanzándolo al piso como al resto que había encontrado en las escaleras. __ ¿Están bien? - preguntó y ella asintió, yendo por sus hijos, quienes fueron revisados por su padre, el cual agradeció que no les pusieran un dedo encima. Besó a su mujer y la ayudó a llevar a Izan, caminando junto a Mateo y Keyla hasta el piso inferior, llevándolos a la habitación a lado de la sala de armas en la cual había estado. Ellos debían estar cerca, porque ya había perdido comunicación con todos, po
__ ¿Te estás escuchando? - le preguntó Renzo ofuscado, sin asimilar todo aún. - Pensé que eras una maldit4 serpiente, pero eso sería un insulto para ellas. Eres una mierd4, Micaela. Eres peor que eso. Das asco. __ ¿Porque te ofende que le haya dado un padre a cada uno de mis hijos? Jamás me prestaste atención por irte con tu put4. - reveló con superioridad. - Te ibas con ella cada que querías. Te la follabas y luego regresabas a la casa y ni siquiera ahí me dabas un poco de cariño. __ ¿Y eso excusa que te hayas acostado con todos y embarazado de cada uno? - le preguntó Grayson mirando a su alrededor y llegando a ella. - ¿Eso justifica que ahora nos entregues a ese...__ Es tu padre. __ ¡Ese demente no es mi padre! - se exaltó.__ ¡Sí, lo es! Y tú deber es estar con él. Ayudarlo a apresar a cada Crown que aún está libre. Ayudarlo a que obtenga un poder que luego será tuyo. - expuso. - Así dejará de adorar a sus muertos y te dará lo que siempre hemos querido. __ Lo que siempre has q
Rasha se movió de un sitio a otro, intranquila y siempre a la defensiva, sacando sus garras y gruñendo con las pisadas que escuchó fuera del pasillo, como si estuviera preparado para desgarrar la cara de quién se pusiera frente a él.Un sujeto se acercó para entregar la miseria de comida que le daban diario, creando ese instinto animal de atacar para comer. Se abalanzó sobre el tipo en cuanto lo vió, pero este lo recibió con una descarga de gas que lo cegó, dejando el plato y saliendo inmediatamente. La pantera gruñó furioso. Se lanzó sobre la puerta y con sus garras dejó las marcas en el metal. Él salvajismo con el cual actuaba lo colocó como un ser que nadie podría tocar. Vio el trozo de carne y prácticamente lo tragó, bañándose con la sangre que derramó, mientras el cóctel de drogas disociadoras les era dado a los canes también, los cuales se atacaban unos a otros causándose heridas con sus colmillos hasta que estaban lo suficientemente furiosos como para guardarse esa frustració
Keyla fue quien hizo el helicóptero aterrizar en la azotea de la casa, en donde los hijos de Leonardo fueron quienes tenían más familiaridad con él sitio. Lo habían visto decenas de veces, conocían cada rincón del lugar y no dudaron en mostrárselas a Mateo, Johan y los pequeños que ya podían caminar. Luisa se fijó en cuánta seguridad había en el sitio, recordando la última vez que estuvo ahí, siendo una situación similar, solo que en esa ocasión no tenían la certeza de que sus hijos estuvieran con vida, algo que en ese momento sí, como también que los encontrarían. Confiaba en Joseph, su esposo y su cuñado. Pero también tenía claro que sus nueras no serían para nada las piezas débiles en ese juego lleno de provocaciones que no pidieron, pero sí eran capaces de responder. Ellas solo debían mantener seguros a los pequeños que dependían enteramente de ellos y no faltarían a esa confianza que les dieron. __ Informe. - pidió Luca Ferrer en cuanto llegó junto a Alexa. __ Nada aún, seño
Adrián escuchó el gruñido, un par de ojos luminosos se movieron de un lado a otro, rodeándolo como el cazador con la presa que no pensaba dejar escapar. Su instinto salvaje era lo único que exigía en sus acciones. Sus garras salieron y se escondieron en reiteradas ocasiones, mientras su hocico descolgado mostró sus colmillos, salivando por la comida que le presentaron. __ Rasha. - le habló Adrián desde afuera, el felino logró escuchar absolutamente nada, mientras su nombre fue dicho otras tres veces más. Pero este solo se movió intranquilo, con la finalidad que no podría dejarlo pasar. __ Ataca. - susurró Luca deseando ver lo que tanto quería, un segundo después Rasha se abalanzó sobre Adrián, con sus garras y colmillos afuera, saboreando la sangre que pudo percibir con todos los aromas que en el aire rodaban, estrellándose contra el cristal que los separaba, volviéndose loco cuando no pudo llegar, luchando por romper el vidrio, haciéndose daño solo, en cada intento. __ ¡Detente!