Capítulo 30
—Vivo sola, puedo vivir donde sea. Esa casa me trae malos recuerdos, me incomoda —dije deliberadamente con dureza, expresando total desprecio por la villa.

Aunque en realidad, todo en esa villa lo había elegido y decorado yo misma, en realidad me encantaba.

Pero ahora nada era más importante que el brazalete de perlas de mi madre.

—Bien, ¿cuánto quieres?

—Cien mil.

En realidad, debería descontarse la depreciación de la decoración y los muebles, pero no quería ser tan justa. Él me había traicionado con vileza primero, ¿por qué debería considerarlo?

—Te doy quinientos mil, mañana por la tarde hacemos el traspaso. No tienes que mudarte con prisa, puedes quedarte todo el tiempo que quieras —Antonio fue sorprendentemente generoso.

—Solo quiero cien mil, ni un peso más. Y me mudaré pronto.

Me incomodaba aceptar más dinero suyo. Temía que cuando recayera, realmente me pidiera más transfusiones, y esos cuatrocientos mil extras se convertirían en el precio de mi vida.

Al ver mi determinación, A
Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo