Mi cuerpo se enciende de inmediato, mientras mi mente se queja de cuan fácil soy de convencer y como lanzo el orgullo ante la primera oportunidad. Pero, no pienso perderme de algo tan increíble solo por orgullo. Menos, cuando llevo tantos meses en abstinencia.
Por lo que, me concentro en disfrutar y no necesito hacer mucho esfuerzo, porque Danell se adentra más en mi short al punto que comienza a hacer círculos en mi botón de placer. Ese que esta tan caliente aunque este rodeado de agua y que siente a plenitud cada toque, aunque haya una tela en medio de ese contacto.— No gimas tan fuerte o lo notaran — dice Danell y yo miro hacia los chicos que bromean e incluso, comienzan a nadar hacia nosotros.‘Oh, no. No ahora. No vengan ahora.’ me digo mentalmente al tener un agua tan clara que puede verse donde Danell tiene su mano.Rápidamente, me alejo de él aunque no es lo que quiero y es por elloLa sensación que apenas estaba empezando a sentir, se expande de tal forma que no puedo evitar gemir muchas veces al igual que Danell, quien presiona con fuerzas sus manos en mi piel, ante la sensación que ambos sentimos.No podía entender cuanto lo necesitaba, hasta que me aferro a él y comienzo a moverme, para sentir más su contacto. El desespero me invade y yo muerdo mis labios al sentirlo plenamente.No sé si me muevo como se debe, porque lo hago de una manera tan desorganizada, pero, que expande las sensaciones que invaden mi cuerpo. Gimo y Danell lo hace igual, mientras él mueve como puede su pelvis y se aferra a mi cadera, para alejarme y pegarme a su cuerpo, tanto como sea posible.El agua choca con violencia por cómo nos movemos y yo sonrío satisfecha porque me estoy sintiendo muy bien. No hay promesas, solo hay deseo, uno que recibe lo que quiere con cada choque de nuestros cuerpos, q
El deseo de su mirada hace que quiera enloquecer. Creía que ver la comida favorita era el placer más grande que una persona hambrienta podría tener. Pero, el nivel de hambre sexual, va más allá del apetito que produce la comida que ingerimos.Danell, acaba de explicarme ello con solo una mirada, una que se acerca rápidamente a mí, porque aunque retrocedo, sorprendida por la velocidad de la silla de ruedas tuvo de un momento a otro, su rostro termina en mi abdomen.Su aliento golpea este, mientras su mirada se concentra en esa prenda de encaje que compré pensando que a él le gustaría cuando me viera con este y no me equivoque, le gusta y mucho.— Danell…— Dame un segundo con ella. — dice Danell y yo lo observo confundida.Danell inhala profundo y yo llevo mi mano a su rostro, pero, este besa mi mano y con ojos suplicante me observa desde su lugar.— D&ea
Aunque sé que la cascada es hermosa y que yo fui la de la idea de ir de paseo e incluso hacer un asado, no quiero regresar. Había pasado mucho tiempo desde que tenía sexo con mi esposo y por ello, quería quedarme más tiempo en mi habitación.No quería preocuparme por lo que, pudiera suceder o que nos llevó a eso, si no, descansar de los orgasmos que experimenté desde el momento en la cascada. Por ello, me encuentro en la cama, intentando recuperar la fuerza que tanto me falta.Danell, me sonríe. Parece complacido, aunque no se si satisfecho. Después de todo, aun con las sábanas por encima de su cuerpo, podía ver que su dureza no había disminuido.‘¿Qué rayos le sucede? Parece insaciable’ me dice mi mente, mientras yo no soy capaz de moverme, por el agotamiento.— Estando fuera, desee mucho que estuviéramos así. llevamos v
Me aparto lentamente ante su comentario. Quiero hacerlo, incluso podría estar en este momento siendo concebida con todos los orgasmos que hemos tenido, pero, ¿es realmente el momento?— ¿He dicho algo malo? — pregunta Danell.— Si quedo embarazada, ¿nos escogerás por encima de ella, Danell? — pregunto y Danell suspira profundo.Si no he querido migajas de su amor, siendo un adulto, menos desearé eso para mi hijo. Así que, no creo que sea buena idea concebir a un bebé que verá como su madre y él es alejado por el recuerdo de una mujer mala.— Claro que sí. No tengo siquiera porque pensarlo. Tú eres mi familia. No tenía deseo de que lo fueras, fuiste tú quien tomó ese papel sin mencionarle a alguien sobre ello. Sin prepararme para ello.>> Ella tuvo la oportunidad de ser mi familia y lo despreció e incluso, hizo po
Abro mis ojos ante la sorpresa. No es algo que me he esperado y por eso, después de abrir grande mis ojos, trago duro y cierro los ojos esperando que vengan por mí. Pero, ningún ángel viene, ni siquiera el de la muerte.— ¿Qué estás haciendo? — pregunta Danell y yo suspiro profundo.— Esperando la muerte. — susurro y Danell me agarra del brazo, para colocarme sobre su pecho.— Deja de decir tonterías. —dice Danell abrazándome con fuerzas.— No son tonterías, realmente estoy lista para morir. — digo de inmediato, al levantar mi cabeza de su pecho.— Deja de hablar así y relájate un poco en la cama o sobre mi pecho, como prefieras — dice Danell y yo asiento.— Claro, para prepararme cuando este en el ataúd. — digo y Danell me observa con molestia.— Dove, no me hagas enojar. Deja de decir esas cosas, después de que te dije que te amo. — me advierte y yo le sonrío.— Es que no me lo esperaba. No, lo he anhelado tanto que ahora que me lo has dicho, siento que est
Después de un beso desenfrenado que hace que me aparte antes de que termine en un riesgo grande, observo la mirada que aunque no demuestra un amor inmenso como el que siento, es el inicio de algo que puede hacerse grande.— Quedémonos un rato en la cama.— No, si lo hacemos, también tendré que usar silla de ruedas. — digo levantándome.— Oh, pensarlo me ha excitado.— ¿Te excita dejarme discapacitada? — pregunto curiosa.— No, me excita saber todo lo que podría pasar para que tengas que usar una silla de ruedas. Creo que tengo la energía para ello — dice Danell y yo huyo al baño y cierro la puerta con llave.‘Jamás pensé que meses de abstinencia fuera contraproducente en mi esposo’ me digo mentalmente.Negándome a ser parte de lo que me condenaría a días en silla de ruedas, me duch
Dos semanas despuésEstábamos disfrutando de la playa con todos los chicos que ya parecen un carbón al estar tan negros por tanto sol que hemos recibido al estar en río, playa o la cascada. Comíamos casi siempre fuera de la casa e incluso, teníamos un yate donde bebíamos mientras Danell cuidaba de que todo estuviera bien con el yate o que nadie se cayera al agua.Aunque poco le importaba si alguno de los chicos se cae al agua. Porque a la única que cuida realmente es a mí. Incluso, podría decir que se mueve violentamente para tumbarlos o que él los empuja, porque en una ocasión solo quedamos los dos. Justo como está sucediendo ahora.— Danell, ¿Qué estás haciendo? — pregunto preocupada al ver como Carlos cae del yate cuando giramos.— No entiendo porque se están lanzando. Quizás estén aburridos de estar aquí
El miedo me invade y mi mente me golpea con fuerzas, por haber olvidado que son realmente. Es evidente que esto que sucede, es normal para ellos, aunque yo estoy horrorizada.Las balas no dejan de caer sobre nosotros y los chicos que venían como única preocupación, ser lanzados por mi esposo, enfocan su atención en derribar los helicópteros que se acercan a la isla.Ellos no se ven temerosos. Es como si hubiesen nacidos para enfrentar cosas así y eso, de cierto modo, me entristece. Dios no nos envió al mundo para ser experto en estas cosas, pero, es claro que de otra forma no podemos salir vivos de aquí.— Danell, ¿vamos a morir aquí? — pregunto preocupada, mientras él regaña a los hombres que fueron guías para que el enemigo nos encuentre.— No moriremos. Esto no es nada. — dice Danell, mientras usa su teléfono.— Parece que tenemo