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TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©☀︎☀︎☀︎☀︎Luisa¡El momento llegó! Mi hija va a nacer y en menos de 10 minutos todo la casa se ha enterado del acontecimiento ¿cómo es que pasamos de la tristeza al estrés? ¿Cómo es que de pronto la vida cambia tan rápido? Sé que debería estar tranquila porque después de que se rompe la bolsa según me dijeron las contracciones van aumentando pero puede tardar horas, espero que sea la situación porque para mi desgracia está nevado.―No debí de pensar eso de que iba a nevar, ahora está nevado.― Me digo a mi misma mientras me cambio de ropa para salir al hospital que queda a unos kilómetros de aquí.Carlos, después de cambiarse, llamó a Larry para que le avisara al chofer que estuviera listo para llevarRegistrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2104117476432TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©☀︎☀︎☀︎☀︎Luisa Debo confesar que el hecho de que Carlos se fuera me puso muy nerviosa pero la verdad es que sentía tanto dolor que no tenía mente para más. Tenía mucho miedo, no deseaba tener a mi hija en medio de la nada y sobre todo de la nieve pero viendo las circunstancias creo que lo mejor de todo sería improvisar. Aún así, no dejo de asomarme por la ventana del auto que comienza a ponerse borrosa ya que la calefacción se va terminado poco a poco porque lleva mucho tiempo encendida. ―¡Ay por favor! ¡Ay por favor! ― Exclamo en voz alta mientras siento que otra contracción llega ― Te lo pido hija, aguanta un poquito más ¿puedes? Un poquito más, que tu papá fue a traer ayuda. El dolor me pega fuerte y no hago más que quejarme en voz alta y aferrarme del abrigo que Carlos me ha dejado encima. Después pasa y sé que por unos minutos puedo volver a pensar
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2104117476432TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©☀︎☀︎☀︎☀︎Carlos Ana Luisa María De las Rosas Pinault nació a principios de febrero en dentro del armario del recibidor uno de los más grandes que tenemos ya que ahí es donde se guardan los blancos para los baños de abajo y los manteles para el comedor y las mesas del salón, fue una noche donde cayó una horrible nevada por lo que inmediatamente tuvimos que envolverla en una manta calientita para que no cogiera un frío. Cuando el doctor llegó, justo cinco minutos después de que Luisa había dado a luz, confirmó que era una niña sana y bella y que tanto ella como la madre se encontraban en perfectas condiciones, que no teníamos nada que temer. Ana, pesa 3 kilos 900 gramos, una niña bastante grande, tiene el cabello castaño como su madre y un poco ondulado como el mío, sus ojos son marrones, algo muy común, pero su mirada es profunda, cautivadora y debo admitir que muy,
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2104117476432TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©☀︎☀︎☀︎☀︎Luisa Ya ha pasado mucho tiempo desde la primera vez que conocía a Carlos en ese bar de Madrid. Ese día acababa de tener la peor de las audiciones de mi vida, la que prácticamente me estaba llevando por el camino de rendirme, hasta que este guapo y gallardo hombre me ofreció un papel que no estaba dispuesta a rechazar: ser la protagonista de mi propia historia de amor. Debo confesar que nunca pensé que esto llegaría tan lejos, yo me imaginaba feliz, sin deudas, pudiendo escoger a donde ir y en qué gastar lo que ahora sólo era para mí, pero terminé con un título de Marquesa, una hija preciosa que no deja de asombrarme día con día, con un esposo que me ama más que nada en este mundo y con un futuro más que prometedor a su lado, y no hablo del dinero, si no de mi familia, ésta que él me regaló sin que yo se lo pidiera. Sé que al principio fue difícil a
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2104117476432TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©☀︎☀︎☀︎☀︎Luisa Años después La Casa de las Rosas se ha llenado de vida, de color, de sueños, rostros nuevos y de risas que ahora invaden los pasillos de este lugar. En la casa se respira sangre nueva, vida nueva y sobre todo que es momento de otra renovación, una tan esperada por todos los que vivimos aquí. Durante años, Carlos y yo llevamos el título de marqueses con orgullo, cumpliendo con nuestras obligaciones tanto adentro como afuera de la casa y a la par criando a nuestros hijos que poco a poco llegaron a alegrar nuestras vidas y a agrandar nuestra familia. Después de nuestra hija, dos años después llegó un niño carismático y muy soñador al que llamamos por nombre Antonio Miguel Enrique en honor a nuestros padres y porque nos gustaban como se escuchaban dichos nombre juntos, tiempo después, para ser exactos, a nuestra vida ll
Luisa―Hola, buenas tardes mi nombre es Luisa de Sade y vengo a audicionar para el papel de Carla de la reguera.―Muy bien, enséñanos lo mejor que tengas.Respiro profundo, cierro los ojos, los abro de inmediato y a viva voz y con todo el talento que sé que tengo digo mi línea.― Mira, esa estúpida parvada de palomas.―¿Es en serio?― Escucho la voz de la señorita y luego me quedo en silencio.―¿Disculpe?―Es en serio lo que nos acabas de decir.― Repi
Luisa¡Luisa, un par de cervezas claras por favor!¡Luisa, dos caballitos de tequila!Escucho mi nombre tantas veces que no sé como reaccionar corro de un lado a otro de lugar trayendo lo que me piden y limpiando la barra cada vez que alguien tira algo de líquido sobre ella. La noche está animada, al parecer era noche de partido de fútbol y no me di cuenta así que el bar está a reventar y por lo que veo las propinas serán muy buenas al menos para poder comer un poco mejor esta semana.―Ves, deja tu trabajo en el salón de belleza y ven para acá, eres buena bar tender tendrías millones d
Carlos¡Ey! ¿Te sientes bien? Despierta…¿Carlos?Mi nombre se repite unas treinta veces en mi cabeza antes de que pueda abrir los ojos y ver el hermoso rostro de Luisa frente a mí.―Dime que no moriste.― Me murmura.―No, no morí, solo que la cabeza me está matando.―Sí, se llama borrachera, ten toma esto.Luisa me da un vaso con una bebida burbujeante que yo sin pensarlo dos veces me la tomo para que termine este dolor fatal de cabeza y el malestar en el estómago.―¿Por qué huelo a basura? LuisaEste día no hay audiciones, no hay nada, simplemente es despertar normal en el piso, con un ligero dolor de cabeza por desvelarme y con el único motivo de salir a trabajar y hacer manicuras a clientas que me cuentan sus tragedias.Tomo la ropa más cómoda que tengo, una camiseta y unos vaqueros azules, me doy una ducha rápido donde no me lavo el cabello, y después de vestirme salgo de mi habitación para ver el piso completamente iluminado por los rayos del sol. Al parecer Salma aún no se ha despertado, por lo que paso con cuidado frente a su puerta, me dirijo a la sala a tomar mi bolso y abro la puerta para salir de ahí.―¡Ves te dije Larry! Es perfecta.― Escucho a Carlos que se encuentra justo en frente de mí al abrir la puerta.&nCAPÍTULO 4: El trato