Han pasado tres días desde la fiesta de Año Nuevo, y finalmente estoy aquí, frente al imponente Hikari’s Factory Building. Me detengo un momento, dejando que el viento frío de enero me envuelva mientras observo la estructura majestuosa que se alza ante mí. Los altos muros de ladrillo sostienen hileras de ventanas de cristal, donde el cielo gris se refleja como un manto de acero, y las letras plateadas del nombre «Hikari’s Factory Building» relucen, otorgándole un aire de poder y misterio. Todo en este lugar parece diseñado para imponer respeto, para transmitir la sensación de que cruzar sus puertas es un privilegio reservado para unos pocos, parece una fortaleza inquebrantable.Ajusto el diploma que llevo en una carpeta bajo mi brazo y me encamino hacia la entrada del edificio, recordando la última conversación que tuve con Gabriel Hikari y mi promesa de regresar al inicio del año, tal como habíamos acordado aquella vez en mi apartamento. Mi atuendo refleja el esfuerzo que he puesto e
Un nuevo comienzo en mi vida llega en forma de esos rayos de luz mañanera que atraviesan mis párpados, haciéndome levantar con una energía que no sentía desde hace mucho. Incluso antes de que sonara la alarma, ya me había despertado un par de veces en la madrugada, emocionada por esta nueva etapa que empieza hoy.Al salir del baño, reviso mi armario y me doy cuenta de algo inevitable: necesito renovar mi guardarropa pronto. Tengo pocas opciones de outfits de oficina, pero cuando me visto con uno de los pocos conjuntos que tengo, siento una chispa de emoción al verme reflejada en el espejo. Finalmente, estoy a punto de adentrarme en el mundo que siempre soñé: el mundo de los negocios.Mientras desayuno en la cocina, llaman a la puerta. Solo puede ser Bárbara. Abro y, en cuanto me ve, suelta una exclamación entusiasta.—¡Estás radiante, Miriam! —me dice, inspeccionándome de arriba abajo con una sonrisa de aprobación—. Aunque debo admitir que extraño tus rizos, esta coleta lacia también t
Entro al departamento de Publicidad con Edward a mi lado, y el aire cambia de inmediato. Aquí todo parece más estilizado, moderno, casi como si estuviera pisando la portada de una revista. Los escritorios están impecables, las paredes decoradas con campañas que parecen salidas de un museo de arte contemporáneo. Edward abre una imponente puerta y es en este momento cuando me encuentro con Deynna Hikari. Ella se levanta de su asiento con la gracia de una reina, vistiendo un traje beige que parece hecho a medida, rematado con un broche de diamantes que brilla como si fuera el sol mismo. Su piel bronceada reluce bajo la luz del lugar, y sus ojos, de un tono café intenso, me examinan con algo que solo puedo interpretar como una mezcla de altanería y curiosidad. Su rostro tiene un ligero rasgo asiático que la hace aún más intrigante, y su cabellera, de un rubio oscuro perfectamente cuidado, cae en ondas suaves sobre sus hombros, añadiendo una dimensión aún más sofisticada a su figura. —De
No recuerdo que fecha era, si era de día o de noche, no lo sé, quizás llovía y creo que hasta hacía un poco de frío… bueno, tampoco estoy segura. Lo que sí recuerdo con claridad es que ese día recibí el ultimátum que oscurecería mi vida.Recuerdo la carta deslizada debajo de la puerta y el sello de la universidad estampado en el sobre, solo eso; así que no me pregunten por el contenido, porque no lo memoricé. Mejor pregúntenme por cómo me sentí, porque aún me estoy sintiendo fatal.Cada noche, el insomnio se apodera de mí, devorando mis sueños. Me cuesta un mundo esforzarme en los estudios y concentrarme en clase; todo se ha vuelto tan difícil para mí... Hace más de dos meses que intento conseguir un pequeño préstamo, y me siento frustrada al ser rechazada en cada intento de encontrar un trabajo. Aceptaría cualquier cosa, no importa qué, necesito con urgencia algo que me ayude a pagar el alquiler de este apartamento y las cuotas atrasadas de la universidad. Si no lo logro, no podré vol
Desde aquí abajo se nota la clase de personas que ocupan el área VIP, la mayoría son hombres que visten igual de elegante que Murgos.Le regresa la mirada y la veo con un rostro pasivo. Creo que no hay manera que yo termine rechazando su propuesta. Muero por subir a aquella zona y conocer a todos esos hombres con rostro de chequera. Así que asiento a su invitación y nos ponemos en marcha.Luego de subir el último escalón del área VIP, veo a cuatro hombres rodeando una mesa que soporta varias botellas de vinos, todo visten trajes de etiqueta, zapatos excesivamente lucrados, peinados acicalados y un olor a tabaco que se mezcla con una suave y exquisita fragancias de Christian Dior.No nos sentamos con los radiantes caballeros, Murgos termina sentándose en una mesa que está distante a ellos. Yo me siento frente a ella sintiéndome un poco intrigada y desilusionada.—Creí que estabas con ellos —digo muy cerca de su oído, el escándalo del bar me obliga alzar la voz.—Sí estoy con ellos… Es
La idea de tener relaciones sexuales con un extraño no sonaba tan complicada hace una hora. Me da un poco de susto verle desprenderse del nudo de su corbata con tanta desesperación, como si se tratara de un león hambriento frente a una atemorizada cervatilla. No me extrañaría si, de repente, tirara un rugido y se lanzara sobre mí para devorarme con todo y ropa. Le veo desabrochar los botones de su camisa y librarse de su cinturón; tardo un poco en reaccionar para también empezar a hacer lo mismo, levanto la basta de mi sweater hasta quitármelo por completo y me quedo solo con el oscuro sostén strapless que cubren mis senos, dejando a aquel hombre embelesado por el tamaño de estos. Él no pierde tiempo y de un solo bajón se saca el pantalón, dejando a la vista un boxer blanco que se amolda hermosamente hasta la parte baja de su entrepierna, lo cual me roba el aliento, hace que pierda el susto y me hace rogar para que aquella bocanada de aire no sea lo único que vaya a tragarme esta noche
No puedo creer que Giovanni Paussini sea uno de los universitarios con mayor índice de la facultad, un hombre poco interesado en lo que se discute en clases, que nunca se le ve visitando la biblioteca, que odia los trabajos en grupo y siempre pide trabajar solo. ¿A cuántos profesores ha llegado a comprar como para alcanzar tal puntaje? ¿Qué ganaría con eso?... De seguro solo busca aumentar su ego, presumir frente a todos. —¿Cuánto dinero te ha costado alcanzar ese puntaje? —le interrogo con descaro, sin apartar mis ojos de los suyos y sin recular mi rostro. —Que coraggiosa eres para hablarme de esa formar —sisea molesto, con sus ojos exaltados. —Solo te digo tus verdades a la cara. De seguro ni siquiera sabes que significa la sigla EBITDA y ya la rectoría te ha regalado el segundo lugar en la facultad de negocios. —¿EBITDA? Earnings Before Interest Taxes Depreciation and Amortization. «Mierda… Lo sabe». EL desgraciado sonríe victorioso y con arrogancia. —A ver… ¿Qué significa NO
Hace dieciocho días que Danna me llevó con ella para vivir juntas en la casa su mamá, en una pequeña vivienda ubicada en Kensington y a cinco kilómetros de distancia del callejón donde vivía. Por acá no es tan lujosos, las personas que viven por estas calles dan un poco de miedo, al igual que la calle por las noches, el ambiente de esta zona hace que se me dificulte a la hora de dormir; mas no me puedo quejar, por lo menos aquí tengo una cama donde dormir, aunque sea la misma que en la que duerme mi amiga, no importa; no importa que todas las noches Danna decida dormir abrazada a mí y que tenga que aguantarme el acalambré en mi brazo y que babeé mi hombro, lo importante es que no estoy durmiendo en la calle.Si estoy durmiendo bajo un techo es gracias a Danna, porque si fuera por su mamá ya estaría durmiendo bajo un puente; aquella señora solo sabe verme con ojos hostiles, ya han sido varias las ocasiones que la he encontrado haciéndole expresiones venenosas a su hija: «¿Y esta cuando