Capítulo200
Me había esforzado tanto por subir a ese auto y resultó siendo más fácil de lo que pensé.

Pero para encontrar la dirección que buscaba, todavía necesitaba ingeniarme algo más.

—Manolo, ¿podrías detenerte un momento? Me siento un poco mal del estómago —fingí malestar cuando vi una farmacia a mitad del camino.

—Claro, claro —Manolo me miró de reojo por el retrovisor y accedió de inmediato.

Cuando el auto se detuvo, me observó preocupado:

—¿Qué te pasa, Sara? ¿Quieres que te lleve al hospital?

—Quizás fue el té que me preparó Gabriel, me cayó mal al estómago —mencioné a Gabriel a propósito, sabiendo que eso haría que Manolo se preocupara más.

Me sujeté con fuerza el abdomen y continué:

—Manolo, ¿podrías comprarme omeprazol? Con una pastilla estaré bien.

Manolo lo pensó varias veces, pero aceptó:

—¿No sería mejor ir al hospital?

Me quedé callada y Manolo entendió de inmediato el mensaje.

Después de tantos años con los Jiménez, él sabía bien mi posición. Aunque ya no estuviera con Carlos, n
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