Alejandro, que parecía entender la situación, miró a Sergio antes de responder: —Sergio sabrá manejar esto y no permitirá que sus asuntos personales afecten su trabajo. Además, nuestro equipo de seguridad también tiene responsabilidad por no impedir el ingreso de personas ajenas. No podemos culpar solo a Sergio de este desastre.El rostro de Carlos se ensombreció aún más; era evidente que no esperaba que Alejandro defendiera de esa manera a Sergio, desafiando su autoridad como director ejecutivo.—Señor Carlos, yo soy el responsable del parque ahora, déjeme manejar esta situación —las palabras de Alejandro prácticamente acusaban a Carlos de extralimitarse en sus funciones.Carlos estaba tan furioso que casi echaba humo por las orejas. Solo porque era Alejandro, su hermano mayor, se contenía; si hubiera sido cualquier otro, ya lo habría despedido.—Bien entonces, si vuelve a ocurrir algo así, ambos compartirán la responsabilidad —le recriminó Carlos antes de marcharse furioso.Cuando se
¿Ella me espera y tengo que ir? ¿Quién se cree que es?Decidí ignorarlo por completo, mientras Carlos me miraba fijamente, sin haber notado los mensajes que aparecían en la pantalla.—Sara, ¿en serio estás decidida a no estar más conmigo? —me preguntó Carlos con los ojos enardecidos.Ya me había cansado de repetir siempre lo mismo así que, en vez de responder, le pregunté:—¿Qué tengo que hacer para que entiendas de una vez por todas que no estoy jugando? ¿Casarme con Sergio?Para que entendiera que hablaba en serio, hasta había besado a Sergio, y aun así Carlos pensaba que era un simple juego.—Sara —pronunció mi nombre con rabia contenida.Antes me asustaba cuando se ponía así, pero ahora ya no me provocaba nada.Es increíble cómo cambian las cosas cuando dejas de querer a alguien.Bajé instintiva la mirada un momento y luego lo miré fijamente:—Carlos, esto se acabó de verdad. ¿Cómo te lo explico? Aunque fueras el último hombre sobre la tierra, ni así volvería contigo.Reconozco que
Fui a ver a Paula, que por suerte estaba en casa.—Por cierto, ¿qué pasó aquella vez que me llamaste en plena madrugada? Salía de una operación, estaba agotada y no pude devolverte la llamada. ¿Estabas enferma? —me preguntó con cierta curiosidad Paula al verme, recordando el incidente.Me quité despreocupada los zapatos y caminé descalza sobre la alfombra.—Amiga, si hubiera estado realmente enferma, a estas alturas ya sería cenizas.Paula me rodeó los hombros con el brazo.—¿Estás molesta?—No, sé que eres una mujer ocupada. No era nada importante —no le mencioné lo de la enfermedad de Sergio.Paula no me creyó:—Si me llamaste a esas horas, seguro que era importante.—Era por Sergio —terminé confesando, no quería que se preocupara pensando que me pasaba algo.Paula me sirvió atenta la mitad del jugo de sandía que acababa de preparar.—Este tipo cada vez me cae mejor. Sara, si no lo aprovechas, te vas a arrepentir toda la vida.Con el corazón todavía revuelto por lo de Carlos, le di u
—¿Está pensando en casarse con Carlos? No haría esta clase de preguntas de otro modo.—Pero hace apenas dos horas, Carlos todavía intentaba reconciliarse conmigo.De repente, recordé cuando Carlos me preguntó si me arrepentiría si algo malo le pasara o si tuviera un accidente.¿Acaso pretende hacerme arrepentir de esta manera?Si es así, Carlos en verdad ha perdido la cabeza y está actuando de forma increíblemente inmadura y estúpida.—¿Mmm? —fingí no entender mientras miraba a Beatriz.—Quiero estar con Carlos, ya sabes, casarme con él —me dijo Beatriz mirándome directamente.—¿Ah sí? Felicidades —respondí con una sonrisa segura.—Pero me preocupa que sus padres no acepten al bebé —Beatriz parecía estar muy angustiada.Golpeé con suavidad la mesa con mis dedos, sin responder, porque este asunto no me concernía y no tenía nada que decir al respecto.—Sara —Beatriz alzó la voz al pronunciar mi nombre—, sé la posición que tienes en la familia Jiménez, y que los padres de Carlos te consid
A ella le gustaban las chicas francas y directas. En sus propias palabras, las que eran menuditas solían tener una mentalidad más estrecha.Aunque no es bueno juzgar solo por las apariencias, Alicia era una persona con mucha experiencia en la vida, y sus palabras tenían fundamento.—No puedo ayudarte con eso —le dije sin rodeos.—¿Por qué? —Beatriz se notaba algo inquieta.Me mordí con suavidad el labio —Alicia tiene un carácter muy definido, no cualquiera puede influir en sus decisiones.—Pero ella te aprecia mucho, quizás te escucharía —Beatriz bajó la mirada con aire lastimero—. Tú conoces mi situación, sin Carlos no sé qué sería de mi vida.No se preocupó cuando perdió a su esposo, pero ahora dice que no podría vivir sin Carlos.la verdad, me daban ganas de reír.—Si sabes que Alicia me aprecia, deberías entender por qué no te aceptaría —porque yo soy la nuera que ella eligió, y no le gustaría nadie más en mi lugar.Beatriz se quedó callada de repente.—Señorita Hernández, la felic
¡Me gustaría que me tragara la tierra! Ya es la segunda vez...La primera vez fue cuando me encontré con Sergio saliendo de la ducha, y ahora me pescó fantaseando sobre él.Sospecho que lo hace a propósito. ¿Por qué tardó tanto en abrir la puerta después de tanto tocar?En este momento, para evitar la vergüenza, solo me queda fingir estar borracha y que no recuerdo nada.Así yo no paso vergüenza, sino los demás.—Paula, hay alguien ahí, ¿no ves que Sergio está adentro? —dije con naturalidad, como si no hubiera dicho nada antes, señalando directo hacia él.Paula hizo una mueca, mirando a Sergio con vergüenza ajena por mí. —Está ebria.—No estoy ebria —seguí el juego que Paula había empezado.Porque los borrachos nunca admiten que están ebrios.Paula me pellizcó la cintura y dijo: —Claro, solo te tomaste una copa de vino, ¿cómo podrías estar borracha con tan solo una?Mi mejor amiga, en quien más confío, me acababa de traicionar frente a él.No me atrevía ni a mirar a Sergio, pero él me
—Todavía no, tiene una cita programada —hizo una pausa Paula y después de unos segundos me dijo—: A las once.Miré de reojo el reloj, eran las diez.—¿No te dijo por qué? —le pregunté a Paula.—No, solo dijo que no lo quiere. Firmó ella sola los papeles. El feto ya tiene más de tres meses, está formado, así que será una interrupción del embarazo —Paula me dio todos los detalles al respecto.Aunque nunca he sido madre, sentí un nudo en el corazón. —Intenta retrasarlo, voy a contactar a Carlos.—¿Estás segura de que quieres meterte en esto? —me preguntó Paula.Dudé un momento. —Apenas ayer hablé con ella y hoy viene a abortar. Si no le aviso a Carlos, quién sabe qué pensará, además...Este bebé es el único descendiente que queda de Andrés en este mundo.Colgué apresurada con Paula y llamé a Carlos.No contestaba. Después de haberlo rechazado, pensé que ya no me atendería las llamadas.Estaba considerando colgar y llamarlo desde otro número cuando finalmente contestó con voz sombría: —¿Ho
No seguí escuchando lo que Carlos dijo después.Esta revelación fue suficientemente impactante.Todas las dudas que tenía encontraron respuesta con esas palabras, aunque no de la manera que esperaba.Conocía bien a Andrés, era un hombre delgado pero alegre, daba la impresión de ser como el hermano mayor del vecindario.Nunca imaginé que su muerte fuera porque no pudo aceptar que su esposa tuviera algo con su mejor amigo.Con razón Carlos estaba tan deprimido y adolorido cuando Andrés murió... porque él era el culpable.Por eso los padres de Andrés trataban de esa manera a Beatriz después de su muerte, incluso rechazando al bebé que llevaba en el vientre.Tal vez, los padres de Andrés no creían que el bebé fuera de él.No odié tanto a Carlos por ser infiel, pero ahora me doy cuenta de lo despreciable que es, porque causó la muerte de una persona, y no cualquiera, sino su mejor amigo.Paula notó al instante mi malestar y me llevó con ella.En su sala de descanso, me desplomé en una silla