Capítulo156
Jamás imaginé que me encontraría con Sergio recién salido de la ducha.

Era una de esas escenas donde solo llevaba una toalla en la cintura, dejando al descubierto el torso y las piernas, cubriendo apenas lo esencial.

Sergio también se quedó perplejo, evidentemente sorprendido por mi repentina intrusión. Incluso pude notar cómo su piel bronceada se tornaba rojiza.

Por un momento, nos quedamos ahí parados como tontos, mirándonos sin decir palabra, sin movernos, como si el tiempo se hubiera detenido.

Hasta que Sergio reaccionó primero y se metió apresurado al dormitorio. Solo entonces mi cuerpo rígido se movió ligeramente, y pasé saliva un par de veces.

Fue entonces cuando noté que mis mejillas ardían...

Mirando la puerta cerrada del dormitorio, sabía que tal vez se estaba vistiendo. Pensando en la ropa que le había comprado, le dije: —Sergio, no te vistas todavía, espérame un momento.

Apenas me di la vuelta, me di cuenta de lo inapropiado que sonaba. ¿Qué acababa de decir?

Le pedí que no
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