Capítulo10
El rostro de Beatriz se ensombreció visiblemente, su piel pálida se tornó aún más blanca.

Sus manos temblaban sin cesar al sostener el vaso de jugo. —Lo siento mucho, no fue mi intención.

Se veía tan frágil y lastimera que parecía que yo fuera la que había dicho algo indebido, como si la hubiera herido.

Pero no me detuve. Ya que había empezado, iba a terminar. —Quizás no fue tu intención, pero el hecho es que esto nos está afectando. Si no lo hiciste a propósito, Beatriz, solo ten más cuidado en el futuro. No hace falta que te disculpes.

—Si Andrés estuviera vivo, jamás molestaría a Carlos—dijo Beatriz, volviendo de nuevo a llorar.

Dicen que las mujeres están hechas de agua, y ella lo estaba demostrando. Sus palabras eran hábiles, dejándome la verdad, sin mucho que decir.

—Sara—me miró Beatriz con ojos llorosos, —si busco a Carlos es porque Andrés se lo pidió en su lecho de muerte, y Carlos muy amablemente lo aceptó.

No dejaba de jugar con su vaso. —Si no fuera por eso, nunca lo molest
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