No creo que le llegue a pesar el remordimiento, este traidor es peor que Judas, él no se ahorcaría solo. Richard me ha mostrado su verdadero rostro, un hombre capaz de lastimar a inocentes con tal de alcanzar sus cometidos. Él piensa que ha ganado, con esa sonrisa equivocada supone que mi familia está acabada… ¿Acaso no ve que estoy frente a él? —La reina apenas ha sido coronada, Richard. El verdadero reinado será… algo despiadado. Me levanto del borde de la cama y, luego de una cínica sonrisa, le doy la espalda y salgo de la habitación. Espero y no haya escuchado lo fuerte que ha estado latiendo este corazón lleno de ira, estoy próxima a estallar en cólera. Rápidamente me voy hasta donde está el ascensor, presiono el botón de bajada y espero a que este venga por mí. Al llegar a planta baja acelero mis pasos y, cuando Sebastián se percata de mi llegada, le hago señas indicándole que se levante de la silla para irnos. —Señorita, ¿pudo visitar a su amigo? Respondo asintiendo repeti
Todo cambió desde aquel momento en el que mi corazón escogió su destino, comportándose como un órgano autónomo, ha marcado la ruta y me ha conducido hasta él.Aquella mujer religiosa y de exagerada pureza se está desvaneciendo, trato de buscar de aquella ingenuidad y no logro encontrar ni siquiera una pizca. Yo… estoy cambiando, es como si aquella monja ya hubiese dejado de existir.Han pasado varios minutos desde que tuvimos revolcándonos en el suelo, que, por cierto, no estaba sucio, todo aquí está muy limpio. Justo ahora me encuentro sentada frente a la mesa, luzco el hermoso vestido turquesa que Dimitri me regaló, y unos hermosos tacones negros que él también escogió para mí. Estoy acicalando mi cabello mientras espero a que Dimitri termine de servir la comida en los platos, yo traté de ayudarle, pero él insistió en hacerlo solo, disque que todo esto es para que yo lo disfrute.—Espero y te guste el pavo horneado —dice en tono bajo y ronco sobre mi oído, mientras pone un plato con
Dimitri agarra la manija de la puerta principal del hotel, la abre para mí y me permite pasar; el lobby está muy solitario, mi mirada va directo hacia donde está el recepcionista, este nos sonríe con cortesía y, después de asentirle a Dimitri, nos permite pasar a los ascensores sin tan siquiera pedir identificaciones… Dimitri me comentó que el dueño del hotel es uno de sus mejores clientes, y que solo nos permitió quedarnos una semana. También me dijo que no podríamos regresar a la cabaña porque su padre sigue escondido ahí y no quiere ponerlo en riesgo, que siempre ha evitado estar entrando y saliendo de aquel bosque porque podrían encontrar su escondite.Al entrar a la suite, Dimitri empieza a buscar los interruptores para encender las luces, no demora mucho en encontrarlo.—¡Wow! Es tan hermoso y elegante —digo mientras contemplo todo el lugar.—Gracias, y eso que me dejaste un poco destartalado —responde mientras se dirige hacia el fondo de la suite, yo le sigo atrás.Dimitri abre
¿Por qué debería tener miedo de lo que podría hacer Dimitri?, si le conozco bien, le he visto matar personas y en ningún momento encontré en él alguna expresión de compasión, él es así y no creo que eso llegue a cambiar ahora que está conmigo, él seguirá matando y cometiendo crímenes…, lo que me aterra es que pueda hacer cosas peores.¿Que acepte sus crímenes me hace mala persona? Supongo que sí.El elevador no tarda mucho en llegar y abrir sus puertas, Marco me permite pasar primero y, luego de entrar él, presiona el botón que da a los estacionamientos subterráneos. De inmediato, el elevador empieza a bajar e inicia un largo recorrido desde el piso más alto del hotel; solo estamos nosotros dos en medio de un silencio que se siente pesado.Con cierto disimulo intento descifrar la expresión amarga de Marco, tal vez en su5 rostro pueda encontrar pistas de aquello que estuvieron hablando hace un rato: su entrecejo está sumamente arrugado, tiene una mirada perturbada y perdida de la reali
—Señorita Hikari, cuéntenos, ¿dónde estuvo todo este tiempo? ¿Por qué nadie ha sabido de usted hasta ahora?—Ino, no tienes que responderles —Alexis me susurra—, mejor espera hablar con el abogado.No hago caso al consejo de Alexis y tomo un gran respiro antes de responder las preguntas.—Toda mi vida se dio dentro de un monasterio, fui una monja de clausura, lo que significa que viví lejos de mi familia.—¿Por qué salió del monasterio? ¿La expulsaron?Aquella pregunta me hace recordar como perdí la serenidad de mi vida; todo fue por culpa de Dimitri Paussini, el apareció y todo mi mundo se derrumbó.—No pienso hablar de mi vida privada.—Señorita Hikari, ¿usted cree en la inocencia de su familia? ¿Qué tanto sabe del caso de la granja?Y aquí vamos, directo a la candela, llegó la hora de hablar del tema del momento.—Sé que mi familia es inocente, todos ellos están tras las rejas de manera injusta, aun cuando Dimitri Paussini ha aceptado sus crímenes, él ha confirmado frente a toda In
Una oleada de poder a llegado hasta mis pies y, como agua de mar que borra las huellas, me hace temer por el olvido de aquellas grandes obras caritativas que dejé en mi pasado, por mi humildad, por el desvanecimiento de mi bondad y el de mi misericordia. No puedo olvidar quien fui, porque es lo que más valoro en mí y es lo que deseo conservar por siempre conmigo... Claro, eso después de que termine la reunión en esta especie de guarida secreta de supervillanos.—Por favor, empecemos rápido, tengo cosas importantes que hacer —hago la solicitud extendiendo mis manos y ellos obedecen de inmediato.Por cierto, sí tengo algo importante que hacer, cuando salga de aquí iré a enfrentar a Dimitri Paussini.—Antes que todo… ¿Desean algo de tomar? —pregunta Mayer.—Sí, sí por favor —los Williams responden.Mayer se levanta de su silla, camina hacia donde están el bar de madera verde musgo, abre una de las vitrinas que cuelga en la pared y empieza a sacar unos cuantos vasos de vidrio y una botell
Ni siquiera tengo motivos para sentirme decepcionada, porque acepte estos sentimientos aun sabiendo que terminaría metida en el hocico de Belcebú. Toda mi vida he peleado para mantenerme lejos de la oscuridad, y al final terminé yendo hacia ella, la abracé y nos hicimos uno, la amé y ahora se me hace difícil poder desprenderme de esta agonía, de no estar más con él.Maldita adicción a almas perversas.Salgo del edificio residencial caminando bajo un cielo que empieza a oscurecer y a sentirse más frío.De repente, por las aceras se ve venir un puñado de personas, al parecer, provienen de alguna actividad deportiva, ya que vario traen puestos uniformes de futbol. Se me hace difícil el aguantar las lágrimas frente a todas estas personas, pues se requiere de mucha concentración y de cierta alquimia espiritual, porque toca transformar un alma devastada en una serena y un sollozo en un sonriente saludo.¿Acaso no se les hace extraño el hecho de que Dimitri no esté correteándome para detener
No recuerdo si fue en una revista o si fue un comentario de algunas de las monjas del monasterio, pero hace tiempo me enteré de que el corazón es lo último en calcinarse al cremar un cadáver, y ahora lo tendiendo, porque el corazón resiste todo, es una reserva de esperanzas que puede liberarse en la última agonía: Cuando todo se desploma puedes buscar en tu corazón, llenarte de fuerza y de espíritu para no dejarte caer por completo.—Tenemos que pensar en un plan de escape. —Las lágrimas empiezan a caer con libertad propia—. Hay que sacar a Dimitri de prisión —es lo primero que se me viene a la mente.—Tú, Inocencia Trevejes, ¿hablando de plan de escape? —Alexis se sorprende por mi reacción.Sé que es un delito y que no es un juego lo que estoy diciendo, pero no encuentro otra solución. Dimitri está completamente desplomado, y en mi corazón siento que aún puedo hacer algo por él, aunque no sea correcto, aunque Dimitri merezca tal castigo por sus crímenes, aunque yo peque y cometa deli