Mi llegada a Buenos Aires había tomado su tiempo, escalas y escalas, pero finalmente me encontraba en la hermosa ciudad del tango esperando el siguiente avión que me llevaría a San Luis. Allí se encontraba la casa de campo de los Reyes que es donde celebraran una pequeña e íntima ceremonia.
Me sentía tan nerviosa, que hasta incluso temía encontrarme a alguien conocido aquí mismo. Porque, aunque no parezca la ciudad era bastante pequeña, además, el destino podía hacerte bromas muy crueles cuando se lo proponía. La sola idea de cruzarme desde ahora a alguien que quizás me conozca era algo que no me daba tanta seguridad, aún quería disfrutar de mis pequeños momentos de libertad antes de irme a meter a la boca del lobo donde estaré mitad estresada y mitad enrabiada.
Durante todo el trayecto mientras volaba hasta aquí, había practicado que iría a decirles a algunas de las personas a quienes estaba segura los vería, más que nada teniendo en cuenta que son aquellos por los que me fui en un primer momento. Aunque comprendía que debía plantar cara a la situación y enfrentarlos, había transcurrido cinco años ¡Por amor al cielo! Se supone que soy una mujer adulta y madura que es muy capaz de seguir adelante y superar los obstáculos que la vida le presenta. No tenía por qué temer.
También estuve pensando en algo no menos importante, el bendito regalo de bodas para mi mejor amiga. Era difícil regalarle algo a la mujer que lo tenía todo. Una de las razones por las que odio las bodas y cumpleaños o cualquier festividad donde involucre regalos, es la parte en donde uno piensa en que regalarle a la otra persona, es un incordio ¡Por favor! Soy de las que nunca tiene idea de que cosas son útiles para las demás personas. Un desastre. Se supone que en este caso debía de ser fácil, la conozco desde siempre y es mi mejor amiga, mi otra mitad, pero claramente fácil no es la palabra adecuada para la situación.
Durante varias horas mirando a la nada, recordando nuestros momentos de la niñez tratando de capturar algún recuerdo feliz donde mi amiga confesara querer tanto algo para el día de su boda. Fue cuando una idea asaltó mi mente, un sueño que habíamos tenido, pero de adolescentes y es algo que claramente corresponde a la Dama de Honor organizarlo. Sabía que Xime había cubierto todos los detalles que se supone yo lo debía de hacer, pero estaba segura que esto no lo tuvo presente y que será el mejor regalo que puedo ofrecerle. Aún disponía de tiempo, era cuestión de ser organizada y sumamente cautelosa.
Estuve un largo tiempo mientras esperaba para embarcar, planeando mi regalo de bodas cuando ya la idea la tenía definida decidí dejarla ahí y continuarlo cuando ya estuviera allí y pudiera conocer el terreno y las opciones. Se me ocurrió que buscar una bebida antes de volver a volar sería una gran idea, ansiaba mi buena dosis de café ya habían transcurrido muchas horas desde la última vez que bebí uno.
En la cafetería había una pequeña fila de no más de seis personas esperando a dar su orden, por lo que aproveché el momento para avisar a mi amiga de mi ubicación y poder ponerme al corriente con las redes sociales. Estaba tan sumergida en mi mundo que de un momento a otro sentí algo frío muy frío derramarse sobre mi cabeza hasta que sentí que lo frío iba expandiéndose por todo mi cuerpo. Cuando levanté la mano y con mis dedos rocé mi coleta supe de qué se trataba, resulta que algún idiota decidió que sería genial chocar contra mí y empaparme de todo su frapuccino que hasta cubitos de hielo tenía.
- ¿¡Eres estúpido!?
- Lo siento mucho, no te vi...
- Eso me queda más que claro ¡Dios y ahora que haré! Debo buscarme una muda de ropa.
- Ven te compraré ropa nueva - Es lo menos que puede hacer. Creo que se ha percatado de mi mirada un tanto severa porque su rostro denotaba preocupación y esto se hacía cada vez más evidente - Ven mira, hay un local aquí enfrente. De verdad, lo lamento.
Observo su rostro lleno de consternación, no sabía que exactamente decir y aquello me causaba gracia. Había logrado desvanecer un tanto mi mirada iracunda que en estos momentos me había dedicado a observarlo de una manera un tanto curiosa.
Al principio no había prestado tanta atención en él, pero ahora que lo hacía ¡Santo Cielo! ¿Qué ven mis ojitos? Es un hombre muy atractivo, varonil y sumamente sexy como el infierno. En sus treinta y tantos, dueño de un cabello claro que contrastaba con su piel bronceada y dueño de unos ojos grises tan profundos que sería tan fácil perderte en ellos. Claro que se había percatado de mi escrutinio en su persona ya que luego de unos segundos en silencio su mirada de consternación cambió a una llena de simpatía y esbozaba una sonrisa cínica que rápidamente hizo que mi enojo volviera a surgir. Ser atrapada mientras miraba de una manera muy desvergonzada y que encima me lo hiciera saber me molestaba aún más.
- Es lo menos que puedes hacer, mira como quedé y tengo un vuelo que sale en unos minutos.
- Muy bien vayamos a ver que conseguimos y de nuevo, lamento lo que te hice. Por cierto - dice algo curioso mirándome y en este momento siendo el quien me escudriñaba de pies a cabeza sin intención de esconderlo, me mira a los ojos y sonriendo nuevamente pregunta - ¿Cómo te llamas?
- Julia ¿y tú? - contesto ahora también curiosa por saber quién era ya que super atractivo es, además de que claramente no era de por aquí, tenía un acento raro su español. No era horrible pero tampoco perfecto, mi curiosidad se había activado.
- Ryan Ryder, es un gusto conocerte. Lamento la forma.
No puedo no evitar sonreír porque a pesar de ser un estúpido por volcar toda su bebida sobre mí y no prestar atención por donde iba, se ha portado muy bien conmigo desde el pequeño accidente y ha sido bastante atento y gentil.
- Mejor vayamos a ver, que mi vuelo saldrá en cualquier momento.
- Si, el mío también.
Cuando la dependienta del lugar nos ve ingresar supo adivinar que había ocurrido, supongo que mi apariencia era más que suficiente evidencia de lo que pasó. Ryan toma asiento en uno de los pequeños pero delicados silloncitos mientras la joven trae algunos outfits para elegir. Había pedido que sean los más cómodos posible ya que aún me faltaba un tramo más de viaje y odiaba viajar incómoda.
Luego de probarme algunos y creo que aburrir hasta el cansancio al pobre hombre me decidí por unos clásicos jeans negros y una remera básica blanca junto con una campera de cuero negra que combinaban a la perfección con unas muy hermosas y delicadas botas que llegaban hasta el tobillo.
- ¡Wow! Eso te sienta increíble, realmente me gusta como luce en ti. Creo que realza tu color de pelo que por cierto es genial, nunca había pensado que el cabello blanco se vería tan sexy en una mujer joven.
- Gracias - sonrío con cierto sonrojo en mi rostro, no había esperado semejante comentario de su parte. Estaba que saltaba en una pata la niñita de mi interior. El tipo es realmente un dulce.
- Bien pagaré por esto y luego te invitaré un café.
- El que no pude tomar porque alguien me baño en frapuccino mocca con chips de chocolate, que incluso creo que aún tengo alguno dando vueltas en el pelo.
Ríe mientras va hacia la cajera a pagar y yo termino de acomodar la ropa sucia en una bolsa que las chicas me supieron dar. Se habían apiadado de mi desgracia que me permitieron su baño y así poder sacarme lo más posible toda la crema del pelo. Me eché una cantidad espantosa de perfume ya que olía a vómito de bebé aun vistiendo ropa nueva y limpia.
Increíble día la mía, pero puedo decir que lo hermoso que rescato de todo esto es que el mismo idiota que no prestó atención y me baño en crema y me dejó oliendo así, es el mismo hombre sexy pero dulce quien me invita a tomar un café el mismo día en que piso mi amado país otra vez. Puede que sea una señal de la vida, cuando mencioné que el destino es un listillo haciendo bromas me refería a esto.
- Bueno ya está, vamos por el café. ¿Aún tienes tiempo no? - me dice cuando lo veo acercarse nuevamente a mi fuera del local de ropa, con una hermosa sonrisa que me deja algo tonta por unos segundos. - ¿Dónde vas? Si es que no te molesta que pregunte no.
- Para nada, voy al casamiento de mi mejor amiga en San Luis, Merlo. Estoy muy emocionada, soy su dama de honor.
Se queda por unos minutos pensando, creí que quizás no me haya entendido porque hablé muy rápido por la emoción, pero cuando estaba por preguntarle sonríe, me quedo algo confundida ya veo que tanta es mi suerte y le falta un par de amiguitos en la cabeza. Luego para mi intranquilidad larga una carcajada. ¡Dios esto ya me preocupa! Creo que desistiré del café.
-Creo que el destino es maravilloso - dice luego de su ataque de risa, si en definitiva esta loquito - Te parecerá asombroso o algo muy psicópata, depende de cómo lo veas - me dice observándome fijamente, esto ya me da miedo - Pero resulta que yo también viajo a San Luis por la boda de mi mejor amigo y yo soy el padrino, y juraría que es la misma boda a la que vas tú.
Me había quedado mirándolo por lo sorprendida que estaba, en definitiva, el mundo era muy muy pequeño. De todas formas, no pude evitar preguntarle los nombres de los futuros novios para corroborar los datos, me era imposible no ser desconfiada en algunas ocasiones. Aunque cuando lo escuché me dije a mi misma que sería muy curioso que hubiera dos bodas programadas en la misma ciudad el mismo fin de semana. No pude evitar sonreír por las vueltas de la vida, vaya manera de conocer a la persona que caminaría conmigo en el altar acompañando a nuestros amigos.De repente mi curiosidad se hizo presente y no lo podía parar una vez que se encendía no había forma de controlarme y no lo voy a negar quería saber más de este hombre ¿De dónde vendrá? Esto era algo que desde que lo escuché hablar con ese acento muy particular y delator de que era un turist
<<!Esa maldita voz!>>No importa el tiempo que pase dónde fuera la reconocería. Esteban Reyes, el hermano de mi mejor amiga y mi ex prometido. El idiota que rompió mi corazón y me dejó literalmente plantada en el altar. Había tenido la esperanza de tener más tiempo para prepararme mentalmente antes de verlo a él y a su “familia”. Pequeño detalle que había tratado de olvidar antes, pero el bastardo luego de abandonarme en la iglesia se había comprometido con su amante y decidieron casarse antes de que el niño naciera, lo cual no había faltado tanto.Esto quería decir que esta semana no solo tendría que ver el rostro del idiota energúmeno sino también el rostro de la mujer y del fruto de su engaño. La pobre criatura no tenía culpa alguna, pero eso no hacía que doliera men
Habíamos disfrutado de una tarde realmente hermosa donde pudimos relajarnos y divertirnos junto con todos los presentes en la Estancia que se nos unieron. Al ser muchas personas tuvieron que preparar tres juegos de mates y dos primas de Julia dijeron que una tarde de mates no terminaba de estar completa si esta no estaba acompañada con churros o tortas fritas. Por lo que pude disfrutar luego de mucho tiempo una verdadera merienda típica argentina.Para mi tranquilidad y creo que también la de Ryan que estuvo la mayor parte del tiempo alerta, Esteban junto con su familia no habían asomado sus narices donde nos encontrábamos. Agradecí profundamente que no lo hicieran, realmente estaba disfrutando de todas estas maravillosas personas que no quería amargarme viendo sus rostros, aunque estaba segura que tarde o temprano debía de compartiralgúnque otro espacio con ellos.
Me sorprendió saber que el día anterior Ryan había descubierto la vieja hamaca de madera que se encontraba oculta del otro lado del estanque. Allí era nuestro lugar especial cuando niñas, con Ximena nos ocultábamos por horas en ese lugar y nos contábamos todos nuestros secretos. Me dio mucha nostalgia volver, tantos recuerdos lindos junto con la única persona que jamás traicionó la amistad y el cariño que le di.Como el espacio era amplio pudimos acomodarnos tranquilamente los dos. Ryan me sostuvo contra su pecho, podía escuchar claramente su corazón latir con fuerza mientras pequeñas lágrimas silenciosas rodaban sobre mi mejilla. Me sentía extrañamente tranquila como si estuviera protegida de cualquier mal que pudiera dañarme, preferí no pensar demasiado en ese hecho quería olvidar el mal rato y el mal sabor de boca que me de
Luego de nuestro arranque frenético, que para mí desgracia, no llegó a ninguna parte. Tuvimos que retomar nuestro camino, aún faltaba y mis padres ya estarían esperando por nosotros. Alicia dijo que no le diría nada mi madre sobre quién iría a recogerlos, así que verme llegar junto con Ryan será toda una sorpresa.Ahora mi confusión estaba en no saber cómo presentarlo frente a ellos, ¿Qué se supone que diría? ¿Cómo debía presentarlo? Sé que acabamos de hablar de que haríamos que esto funcionara y que fuera algo real, pero no dijimos nada acerca de etiquetas y tampoco que desde cuando todo lo charlado entra en vigencia.Odio no tener el control de todo en estos momentos, una de las razones principales de porque no estuve en una relación amorosa, más allá del engaño de Esteban, fue
Mis padres durante todo el viaje de regreso a la finca no pararon de hablar sobre todo lo que me perdí en estos 5 años. Yo tan solo sonreía porque la verdad no eran cosas de las cuales lamentaba habérmelas perdido, pero el momento incómodo pasó cuando mi madre mencionó lo feliz que estaba de que había recapacitado y había vuelto para quedarme. Ese comentario nos llevó a un silencio sepulcral, pero finalmente decidí aclarar las cosas antes de llegar ya que allí se encontraba mucha gente las cuales no tengo intensiones de que conozcan las discusiones familiares que no les incumben.- Mamá no sé qué opines, pero la verdad esno vine para quedarme, estoy de vacaciones y vine porque Xime me lo pidió, más bien me lo rogó. Entiendan, tengo mi vida allá, mi trabajo y mi casa. No volveré al lugar del cual justamente escapé para t
Me encontraba agitada, por completo eclipsada. No podía conciliar el hecho de que esto había pasado, ¡Con él! ¡Oh Dios! Fue increíble. Ryan es por completo alucinante, nadie jamás me había hecho sentir tan bien como él. Me sentí conectada como nunca y estoy segura que jamás podría recuperarme de esto.Recostada en su pecho mientras dibujaba círculos imaginarios en mi piel, rememoraba absolutamente todo lo en mi cabeza. Cada beso, cada caricia, susurro y hasta sus facciones en cada momento. Los grababa a fuego en mi cabeza, eraincreíblecomo una persona podía afectarte de tal manera, me encontraba plena y me sentía fabulosa.Si no fuera porque puedo percibir su constante subir y bajar de su pecho, sus pequeñas exhalaciones, diría que todo esto solo ocurrió en mi mente, que fue producto de un sueño, p
<< No puede ser, ¿Él también? Es que tenía un letrero en la puta frente que decía "Háganme una cornuda">>En definitiva, lo debía de tener. Porque el idiota supremo lo había hecho y a tan solo metros de mí. Mi ira iba escalando segundo a segundo, dije que no iba a tolerarlo y en estos momentos lo único en lo que pensaba era en dañar a alguien.Comencé a gritar y tirar cosas por toda la habitación por completo iracunda con la intención de levantarlos, la mujer que estaba desnuda en su cama iba despabilándose, pero el maldito embustero seguía durmiendo como un tronco. Sin embargo, había alertado a todos en la cabaña que fueron llegando corriendo a medio vestir, Jesse directamente en calzoncillos, Dani con la bata a medio cerrar, Mason y Xime con unos pijamas puestos. Todos frotándose los ojos queriendo sa