—Te agradezco por la comida, sin embargo no es necesario que lo vuelvas a hacer, créeme que siempre almuerzo sola y es más cómodo para mí. —¿Esa es la manera cómo vas a agradecerme por ser tan bueno y traerme de comer? —soltó ofendido y ella resopló. —No te pedí que me trajeras nada, aún así... Olvídalo, solo no vuelvas a hacerlo. —¿Todavía es tan difícil para ti darme una oportunidad? ¡Lo sé! No es menester que me repitas lo malo que me porté contigo en el pasado, pero vamos a dejarlo enterrado, que se quede allí en el antaño y empecemos de nuevo. ¿Qué dices? —¿Por qué te empecinas con ese tema? Volver contigo jamás en mi vida. Solo estoy de acuerdo con vivir bajo el mismo techo que tú, por Hope, de no ser por nuestra hija en común, me mantendría a kilómetros de ti. —Te voy a conquistar, ya lo vas a ver. Y caerás. —No estés tan seguro de tener la victoria, porque no es así —escupió furiosa y él sonrió. —Siempre gano, Luna. Y no te volveré a perder —declaró dejándola con más en
Luna ni siquiera quería girar la cabeza a su dirección y verlo, estaba bastante avergonzada y arrepentida por lo que permitió que sucediera, ella pudo haberse detenido, pero no lo hizo, en lugar de eso siguió con su juego cayendo otra vez en sus redes. La mujer se sentía demasiado estúpida por haber seguido ese mismo rumbo equivocado. Mientras tanto el hombre no podía quitar la enorme sonrisa de su rostro, a sabiendas de que lo había conseguido, de que pese a toda su convicción que aseguraba evadirlo para siempre, no funcionó. —¿No ha sido maravilloso? —se atrevió decirle sin una pizca de vergüenza, al tiempo de observarla como si nada y ella quería desaparecer sobre la faz de la tierra, incluso sus mejillas ya estaban adornadas por aquel carmesí intenso. —No comprendo. ¿Cómo demonios eres capaz de preguntarme algo así? No quiero hablar sobre lo sucedido, todo esto es una locura. —Deberías admitir de una vez por todas que te derroté, que a pesar de tu insistencia por emitir que me
El momento llegó, se preparó a la espera de que esa mujer llegara en donde había sido citada, no sabía si realmente aparecería en el lugar en donde quedaron en verse, pero seguía aferrado a la esperanza de verle. Aunque sea deseaba conversar con ella unos minutos, tenía demasiada curiosidad por ver su rostro en persona, saber si ella era atenta, distraída, o por el contrario demasiado fría. Tal vez lo más acertado era que fuera su personalidad dura como una roca, después de todo no dudó al abandonarlo. Nunca antes se sintió tan nervioso, ni siquiera durante su primera presentación. No existía forma de explicar todo lo que pasaba en su interior. Quería que las cosas salieran bien. Le hizo señas a la mesera para que le trajera la carta, miró un largo rato todas las opciones infinitas que se ofrecían allí, pero nada le llamó la atención, así que se limitó a tomar un café bien cargado, a la espera de su orden hizo acto de presencia a una mujer. Era su madre. —Hola, tú debes ser Etha
—¿A dónde has ido? —¿Eh? No pensó jamás que Luna lo llamaría y le pediría saber en dónde se encontraba, tuvo un flashback del pasado y volvió al presente con rapidez, ahora todo era tan diferente. —Mi padre no podrá pasar buscando a la niña al colegio y yo estoy en la oficina terminando unas cosas, no me dará tiempo de ir a buscarle, deberías encargarte. ¿Podrás hacerlo? —emitió soltando el aire con brusquedad. —Vale, lo haré. —¿Estás bien? No parece que lo estés —se atrevió a decirle y él sacudió la cabeza. —No me ocurre nada, pasaré por Hope, no te preocupes —aseguró colgando la llamada.Luna se quedó mirando la pantalla de su teléfono, le colgó de pronto; algo raro estaba pasando, tal vez tenía que ver directamente con el asunto de su madre biológica, sabía que habían concertado un encuentro pero no el día ni la hora. Algo le decía que se habían visto, tenía ese presentimiento. Puede que estaba al final equivocada, no estaba segura de nada. Luna se recargó de su asiento gir
Esa noche, Luna y Ethan volvían a estar solos. Después de que Warren fuera por Hope. Su exesposo estaba silencioso, pensó que comenzaría a insistir y recordarle descaradamente lo que hicieron la noche anterior, pero en lugar de eso, se encontraba sin decir una sola palabra, como si algo le ocurriera, ella tenía miedo de tocar el tema, no había razón para meterse en sus asuntos; al final no le concernía, pero seguía interesado por saber qué era lo que realmente le sucedía, ese motivo por el que se miraba también tan dolido. —¿Hago cena para los dos? No estoy segura...—No tengo apetito. Luna ya no pudo más y se sentó en el sofá. —¿Puedo saber lo que te ocurre? —¿Cómo pudo ser tan dura conmigo? Es peor que Elena. Al menos ella me dio mucho tiempo cariño, pero de la mujer que es mi verdadera madre no he recibido más que una mirada fría y desértica. Tal vez ni siquiera debí preguntar por ella y mucho menos buscarla. No ha válido la pena, en absoluto —resopló. Luna no supo qué decir,
Ethan, comenzó a sentirse un poco mal durante la madrugada, temblaba de los pies a la cabeza y sus dientes castañeando sin parar, probablemente había pescado un resfriado un virus extraño o cualquier otra cosa que impedía que se sintiera tranquilo. Cualquier cosa que estaba alterando su sistema, lo tenía demasiado mal, intentó levantarse de la cama, pero solo pudo hacer el amago, volvió a caer sobre la colcha, derrotado por el malestar terrible que se adueñó de cada célula de su ser.Apretó los párpados con fuerza porque al encender la luz le molestaba en su globo ocular, asesinaba con fiereza sus orbes. Lo único que se le ocurrió en ese momento y le parecía correcto era llamar a Luna quién estaba en su habitación o seguramente se quedó en la sala terminando algunas cosas del trabajo, en todo caso la llamaría para que le ayudara con lo que tenía. —¿Qué sucede? No sé si sabes que estamos en la misma casa no hay necesidad de llamarme al teléfono ¿Te ocurre algo? Dime en qué te puedo a
De esa manera Luna se quedó en el sillón de su habitación, aunque era cómodo, le apetecía más dormir en la enorme cama que tenía su exmarido, pero prefería mantener la distancia lo más que pudiera. —Luna, hay suficiente espacio en la cama, podemos dormir aquí los dos, no te quedes en el sofá, al final no es tan cómodo. —¿Ah no? —parpadeó en medio de la oscuridad —. Disto de lo que dices, se me hace bastante cómodo y puedo pasar la noche aquí, no es como si no he dormido hasta en el suelo. De hecho, en mi antigua casa una vez dormí en una delgada colcha. —Supongo que no vas a aceptar. ¿Cómo se supone que vas a saber si me pongo mal si estás tan lejos? —Eres tan exagerado. Todavía si te pones muy mal, me puedes hablar. No me digas que perderás la voz. —Eres tan difícil. ¿Quién diría que esa joven se convertiría en alguien tan ruda? —Las situaciones te hacen así, he pasado por mucho, suficiente para convertirme en lo que ves. Duérmete, ¿aún tienes calentura? —¿Cómo podría saberlo
"Querida, Luna. Estás herida conmigo, sé que sigues odiando todo lo que hice, que no fui una buena persona, aún así, quiero tener la oportunidad de tener tu perdón, no importa el tiempo que te tome, lo aceptaré. Al final yo he sido la única que fallé, por eso merezco que no me dirijas la palabra, que me veas con malos ojos. Lo siento mucho. Me ha costado redactar esto pero también ha sido bueno desahogarme con algo que espero puedas leer cuando te sientas preparada, no estás obligada a responderme en caso de que lo estés leyendo ya. Solo quiero que todo mejore y pueda tener un bebé saludable y fuerte. Ha sido difícil para mí seguir adelante con el proceso, incluso con el apoyo de tu padre, me siento tan sola, a menudo pienso que la decisión de quedarme en la compañía fue un error. En mi antiguo trabajo no me habría conseguido este problema tan grande. No lo considero como parte del destino porque pude haberlo evitado. Una vez te dije que me gustaría tenerte el día en que tuviera