—¿Por qué tienes un cubrebocas y dónde está mamá? —le preguntó la pequeña subiéndose al puesto de copiloto. —Estoy usando esto porque tengo gripa y no quiero contagiar a nadie, menos a ti, tu madre me ha pedido que pase buscándote, ha de ser que se le ha presentado alguna emergencia. ¿Acaso no estás alegre de verme? —cuestionó y la chica le mostró su mejor sonrisa. —Sí, ¿hoy sí vamos a comer helados? —¿Eso quieres? —¡Sí! Me lo merezco papá, he tenido una buena calificación en el examen de matemáticas —presumió mostrando la hoja con la puntuación y él acarició su coronilla.—En ese caso vamos a pasar por la tienda de juguetes, debería darte algo mejor que un helado.—Juguetes... —repitió maravillada con la idea, era lo que más le gustaba después de todo. —Sí, te compraré lo que tú desees en esa tienda, antes le marcaré a tu madre para que no se preocupe y sepa dónde estaremos —alcanzó el móvil y le llamó, sin embargo no recibió respuesta de su parte y solo le quedó intentar más ta
Estaba demasiado asustada, Luna no tenía idea hacia dónde se estaban dirigiendo, solo era consciente de que la camioneta se estaba metiendo por un lugar en donde habían demasiados baches, y eso le dejó saber o al menos orientarse un poco, de que tomaban una ruta lejana a la ciudad. Tenía los nervios a flor de piel, no sabía qué rayos podría sucederle, pero sí que su padrastro era capaz de hacer cualquier cosa, por eso temía por su vida. Luna sabía que no le serviría de nadar rogar, porque ese hombre no tenía corazón, siempre fue malvado con ella, fue un infierno vivir a su lado por tantos años, ahora regresaba a su vida con la intención de vengarse de manera absurda, porque ella nunca fue la mala de los dos, era una víctima y volvía a caer en sus garras. —Guido, ¿a dónde vamos? Deberías dejarme ir, prometo que no diré nada, haré de cuenta como si esto no está sucediendo, es mi palabra y la cumpliré. El hombre la miró otra vez por el espejo retrovisor y deslizó una sonrisa maléfica
Ethan no podía creer que Luna se encontrara en peligro, todo lo que le dijo era clave, sabía que necesitaba de su ayuda, pero enterarse de esa forma lo dejó paralizado, sin saber qué hacer, lo primero que cruzó por su cabeza fue llamar a las autoridades, pero también debía poner al tanto a su padre. La llamada todavía seguía en línea, sin embargo no se escuchaban voces humanas, ya no podía escucharla a ella.Si Luna tenía el GPS activado, podría ubicarla con rapidez, es lo que hizo dándose cuenta de que ellos ya se dirigían a un lugar aislado de la ciudad, si sus intenciones no eran buenas no había tiempo que perder, tenía que salvar a Luna antes de que fuera demasiado tarde. En una emergencia como esa, Warren decidió que la pequeña Hope podría quedarse con Sol. Ella la cuidaría sin problemas. —¿A dónde han ido todos y por qué no habías venido más? —le cuestionó a la morena una vez estuvieron en la sala, se encontraba de brazos cruzados, exigiendo saber por qué todo ese tiempo no f
Guido rio con fuerza. —¿Acaso creen que estoy bromeando? de ninguna manera, te voy a matar a ti primero, antes de que tú puedas hacerlo, pero no voy a permitir de ninguna manera que arruinen mis planes, ustedes dos no deberían de estar aquí. Esa maldita se morirá también. El hombre se quedó boquiabierto, sin poder creer lo que estaba diciendo. Era tan descarado e idiota. Warren se frotó la sien. Ya no aguantaba más, se le estaba acabando la poca paciencia que tenía, deseaba tirarse sobre él y darle una paliza, era lo único que se merecía ese cretino. De verdad que lo odiaba con todo su corazón por hacerle eso a su hija. —Te has metido con la persona equivocada, tienes a mi hija, y ella es algo sagrado para mí. Mátalo —le ordenó a Ethan, quién captó también su señal y le disparó en el brazo. Guido era un idiota que no sabía hacer las cosas, que no creyó que él le dispararía y ahora estaba retorciéndose de dolor sobre el suelo, había obtenido lo que buscó. Ninguno de los dos se
Luna caminó por el exterior de la casa, la propiedad era gigantesca, por lo tanto no había necesidad de salir a algún lado de la ciudad. —¿Sabes? Guido no siempre fue una mala persona él realmente se preocupaba por mamá y por mí, nos daba todo lo que necesitamos y creo que nos quiso, pero eso terminó de ser así en unos años, ya no era ese hombre atento o cariñoso... creo que todo tiene que ver con el alcohol, no podría echarle la culpa a las bebidas alcohólicas, sin embargo cuando se volvía ebrio cambió completamente, ya no fue el mismo. Golpeaba a mi madre, yo vi las escenas más horripilantes a mi corta edad y soportar el hecho de que alguien en quien un día encontré protección, se convertió en un peligro inminente para mí. Ethan quién estaba escuchando el relato en silencio, sentía mucha pena por ella, nadie tenía que tener una infancia tan dura como esa. Solo en ese momento valoraba el hecho de que Elena a pesar de no ser su verdadera madre se ocupó de él y lo quiso. Tal vez pa
Sol estuvo callada en el interior del auto. Warren supo que algo le ocurría, podía verlo en ella, aunque no se atrevía a decirle nada. —Sol... ¿puedo saber por qué estás tan silenciosa? —Siempre me pongo un poco nerviosa cuando voy a verme con el médico, creo que pienso en cómo estará mi bebé, espero se encuentre bien —soltó lo primero que se le ocurrió. —No debes temer. La última vez dijeron que no había ninguna anomalía, ¿no es así? —Vale, siempre existen los riesgos —emitió exhalando ruidosamente —. Debería dejar de estar nerviosa de todos modos. —Sí, deberías. Todo estará bien ya lo vas a ver. —Warren, me ha llamado tu hija y quiere que vaya a su casa, sonaba bastante serena, también me comentó que ya sabe de nuestra reconciliación, me imagino que le has contado, le dije que podría ir después del mediodía... no estoy segura, aún no estoy lista para verle a los ojos. A pesar de todo sigo sintiéndome avergonzada por la mentira y todo ese engaño que la lastimó. —Solo ve con el
Sol se subió la camilla como indicaba la especialista, mientras que Warren se quedó sentado cerca de la misma a la espera de ver en la pantalla, pronto la imagen que se iba a proyectar de su bebé. Seguía siendo su primera vez viviendo esa experiencia, lamentablemente se perdió de todo eso con la madre de Luna. Sin embargo ahora la situación era diferente. —Vale, en poco podrá ver a su bebé. Puede que no entienda ni un poco lo que le vaya señalando, pero le explicaré como siempre hago. —Bien. Ella comenzó a mover ese aparato sobre el abdomen de Sol, la morena también tenía los ojos centrados en la pantalla, que no tardó en iluminarse, y una sonrisa se dibujó en sus labios a sabiendas de que otra vez volvería a verle, pero en esa ocasión se sentía especial porque estaba acompañada de Warren. La mujer amable al terminar le tendió una toalla para que se limpiara el abdomen y Warren le ayudó a incorporarse. Minutos después se encontraron sentados y la especialista detrás del escritori
La mujer se estaba preparando para recibir a su amiga, las cosas entre ellas no estaban nada bien, pero ahora todo se veía mucho mejor, el panorama después la tormenta embravecida se miraba más aclarado; necesitaba poder seguir con su vida sin nada que la atara a ese problema. La amistad que forjaron durante mucho tiempo no tenía que terminarse. Todavía estaban a tiempo de enmendar la situación y volver a confiar la una en la otra. Ethan se le quedó mirando mientras devoraba su comida a la par de su hija, que a diferencia de ellos dos, sí engullía. —Luna, relájate. Desde aquí puedo darme cuenta lo tensa que estás, no es como si no se conocieran. Le hizo una seña para que dejara de hablar, después de todo Hope no sabía de la discusión, menos del embarazo, tampoco de esa relación que mantenía Sol con Warren. Sin duda alguna sería una noticia difícil de asimilar para ella, al principio se iba a sentir tan confundida pero ese momento llegaría, todavía lo estaba posponiendo, porque no