–Cállate, Hiddedo. –Dijo el de la bufanda haciendo una seña– Vamos a suponer que hay algo de verdad en todas esas ideas ¿Qué estas buscando?
–Lo que toda gente quiere en este mundo. –Dijo ella– La paz mundial, un vestido bonito y una participación en lo que están haciendo.
– ¿Y que te hace pensar que eres lo suficientemente buena para estar con nosotros? –Preguntó Hiddeo, recuperando poco a poco su expresión ladina.
–Bueno... descubrí buena parte de su plan, los hice venir hasta aquí... y podría llevar todo eso a la policía.
–Eres una gatita muy mala. –Hiddeo lanzó una mirada de soslayo a Kaz– Pero hay un pequeño problema, no estas a nuestra altura.
–Esta gatita sabe sacar las uñas. –Notó que ambos estaban moviéndose, separándose&ndash
El humo escapaba lentamente de la taza de café, mientras Hanako le miraba fijamente. Un gesto más propio de un celador que de una madre.¿También en eso se había convertido? Alexa ya no se lo preguntaba. Afirmarlo restaba más tiempo y resuello mental.Realmente el tiempo había pasado inexorable en el transcurso de éstos dos días y aun más cuando la semana quedó en el recuerdo. Así como la vida arrebatada de Shis.Tan fugaz como apagar la llama de una vela.Ahora todo sería distinto. Ella misma se lo había propuesto.—Supongo que aun lo sigues viendo –Hanako no se andaba con rodeos. Lo dijo, aun con su habitual tono de voz, el que había adquirido en los últimos tres días. Un tono severo.—¿o me equivoco?Ella no rehuyó la mirada. No cambió de tema. Era lógico que Hanako se refirier
—Dos horas libres entre clase…¿a quien se le ocurre? Definitivamente la directora Tsu debió estar ebria o algo así para permitir semejante error. Que cosa más impropia –Había alegado Yanai.—Ahh…¿porqué hasta el tercer piso?. No me gusta — Jax se echó los brazos detrás de la nuca.Solo un minuto, un breve atisbo de curiosidad se apoderó de Alexa, antes de que se marcharan de allí hacia su respectivo salón. Fue un corto instante, en que los ojos verdes de la joven, aun fijos en el listado, pasaron de la B de Bell a la L …solo por curiosidad.NadaLux no estaba en la lista…por lo menos no en esa.Había otras más, en las que aun el compendio de alumnos registrados era casi igual y le instó el sentimiento de echar un vistazo…—¡Ey Alexa!—Llamó Jax ya
A tres kilómetros de dónde se encontraba su hermano menor, a más de tres manzanas de distancia de la preparatoria de Kuri, el ambiente comenzaba a ponerse tenso en el interior de la sala principal que correspondía a la gerencia de Lux Ad Worx.El edificio había estuvo puesto bajo averiguación en el resto de la semana anterior y ésta era la primera vez que alguien ajeno a una de las autoridades investigadoras ponía un pie en el marmoleado suelo.El citatorio correspondía a las máximas autoridades
Alexa.El nombre apareció de nuevo en su mente. Hasta esta tercera vez, tomó conciencia de ello.Era la hora del almuerzo y la cafetería seguía tan abarrotada como siempre, aun más por ser el primer día. Todo un torrente de gente, todos sin importancia hasta que la volvió a ver, formada en la fila de despacho junto a Yanai y Karen.Y él estaba sentado en una de las solitarias mesas de la entrada, a escasos metros de la fila. Una conveniente coincidencia.No, realmente no estaba pensando en acercársele. Tampoco estaba pensando que aun había un ligero interés en la joven Bell –un interés meramente convenenciero, nada sentimental- y no le necesitaba.En absoluto.Solamente quería probar algo…sólo eso.Vio a Alexa caminar con la bandeja del almuerzo y seguida por Yanai. Había mucha gente en la cafetería, pero a pesa
—¿Qué…que has dicho…Santi?Mindi sintió su voz temblar en medio del torbellino de furia silenciosa con la que había llegado su hijo a la casa.El no abatió la puerta como lo hizo con la del edificio del trabajo, no profería palabas altisonantes; de hecho apenas y había contestado a su saludo con su habitual "hmp". No mostraba ningún indicio violento…salvo que entró como una muda tromba, corriendo con pasos pesados hacia su habitación y permitiéndose un desahogo de su coraje personal únicamente con la puerta de su alcoba.Y ella, siendo una madre devota y consciente de su familia, aun si se trata de una familia de carácter tan desigual como los Lux, no le hizo falta mucha deducción para anticiparse a la noticia que su primogénito traía a cuestas.Llegando a media mañana, dos horas antes de lo que ella tení
—Luke…—ahora el tono de ella no dudaba. No había miedo tampoco, sólo una ligera extrañeza que ella misma no se podía explicar.Jax abrió la boca, pero no dijo nada. Karen desvió la mirada y Sail se levantó con el pretexto de ir por una ronda más de soda, hasta que Yanai le tomó del brazo obligándolo a sentarse de nuevo.Todo se quedó en silencio en esa mesa. Ojos expectantes en sólo dos personas: Luke y Alexa. El joven de cabello negro tomó la palabra. El porte de su figura parecía más de un dictador que de un muchacho de preparatoria.—Alexa, quiero hablar contigo –la oración sonó como una orden retrógrada de alguna especie de parlamento. Su rostro no reflejó ningún gesto o emoción, luciendo más gélido que de costumbre.Se oyó un lejano chasquido, pero nadie
La noche había caído al llegar las ocho de la noche, cuando Hanako vio en claro la inflexible actitud de su hija.Todo ocurrió después de ver que había llegado a casa, acompañada de ese…hombre.Y maldita sea su suerte si no fuese en serio ahora, aunque en sus adentros, Hanako sentía que esto ya no era un berrinc
¿Qué era lo que había pasado?La pregunta parecía reacia a alejarse de la mente de Luke en el transcurso interminable de aquellas últimas tres horas de clase. No le importaba nada más salvo esa maldita interrogante.Y lo que seguía sin entender es por qué le importaba tanto.Ya no era el hecho de que –aunque fuese de manera inconsciente- sentía que había quedado en un completo ridículo al permanecer en la cafetería, estúpidamente inmóvil después del almuerzo. Tampoco el que Jax había tomado a burla el suceso y menos importaba tanto que siendo el primer día de clases ya se había convertido en la noticia principal del cuerpo estudiantil.No, eso ya no era lo primordial en su lista de "severas preocupaciones". Ahora su interés se desviaba hacia el encabezado de "Alexa me ignora y… ¿ya no le importo?"