¿QUE PASARA?
Kiara pasa saliva, su deseo necesita ser saciado con urgencia. Sin embargo, por más que su cuerpo le exige, su mente le recalca el daño que él le hizo. —No te vas a arrepentir, lo prometo— agrega Archie para convencerla, ya que está tan erecto que necesita liberar su deseo. —¿Qué tanto me deseas?— pregunta Watson en tono de voz seductor. —A punto de que no me puedo controlar. —¿Qué estás dispuesto a hacer por mí?— Kiara se aparta un poco para bajar su vestido, ya que por los movimientos se le subió y estaba dejando mucho que ver. —Pídeme lo que quieras— Archie empieza a desabotonar su camisa. —Arrodíllate ante mí y besa mis pies… ¿Qué pasa, tu ego no te lo permite?— Kiara pregunta con una sonrisa. —No soy de arrodillarme ante alguien… pero lo haré, por ti lo haré, Kiara— Archie se agacha lentamente mientras ella lo observa. En sí, es algo que por impulso le pidió y no pensó que él lo fuera a hacer. —Te quitaré los tacones— Archie lo hace con mucha delicadeza, y su toque
Kiara siente temor de que al entregarse a él pueda amarlo más y seguir siendo lastimada. Teme por su corazón, el cual se ha repuesto de tanta crueldad, pero la carne es débil y el deseo la hace debatir si le entrega su virginidad o sigue conservándola. Al verlo a los ojos, su corazón se acelera más. Como anhela que todo sea diferente, que él no la haya lastimado tanto y poder disfrutar de este momento. Lo desea, pero no sabe qué podrá suceder luego de este encuentro pasional. —No lo ames más —se dice mentalmente—. Solo disfruta, eres ya una mujer —intenta convencerse para poder pronunciar las palabras mágicas. —Kiara —Archie la menciona al verla confundida—. No pasa nada, admito que quiero hacerte mía, pero no estás obligada a hacerlo… —Eso la derritió jodidamente—. Solo déjame besarte y acariciarte, aunque sea… Quiero confesarte que quiero algo más contigo. Dame la oportunidad. —No, entre tú y yo no va a suceder nada más que solo sexo. ¿Entiendes? —dic
4 AM. Kiara despierta y siente un peso sobre su pecho; al mirar la mano que la abraza, pasa saliva y luego dirige su mirada a la derecha. Archie duerme plácidamente y se ve tan tierno que ella esboza una sonrisa de enamoramiento. En ese momento, todos los recuerdos de esa cita pasional pasan por su mente, haciéndole palpitar su corazón con fuerza. Fue una experiencia inolvidable, pero el movimiento de sus piernas la hace morder su labio inferior porque su parte íntima le duele. Cuidadosamente retira el brazo de Archie y luego retoma aire para sentarse, pero Archie se mueve y eso la congela por segundos. Está confundida, mucho, luego de todo lo que pasó y las palabras que él le dijo, pero sacudió esos pensamientos pensando que él solo le decía todo eso para tenerla en la cama. Al percatarse de que continuó durmiendo, se coloca de pie con mucha cautela y luego busca el vestido, pero recuerda que él lo dañó. —Debo salir de aquí— dice dirigiéndose a la puerta, y cuando estuvo a punto
—¿Qué haces llamando? ¿De dónde sacaste mi número? —Ahora trabajamos juntos… y el número es lo de menos. Quiero saber, ¿por qué te fuiste? —¿Acaso debía amanecer a tu lado? No, no era necesario. Lo que pasó, ya pasó. Kiara voltea a mirar a sus amigos, quienes se están riendo de manera silenciosa. Saben que, por la conversación, es Archie quien la está llamando. Prefirió irse a su habitación para hablar en privado. En ese momento llega la señora Mercedes, por lo que Logan y Ava la reciben con mucho cariño. —No quiero que me vuelvas a llamar. Lo que pasó, ya pasó. Lo nuestro es solo laboral. —Pero ayer no me decías eso. Solo querías más y más, y para ser honesto, no dejo de pensarte. Esto la sonroja. —Me encantas y quiero volver a tenerte en mis brazos, pero esta vez sin escapar. Ni él mismo puede creer lo que está diciendo; simplemente le nace decirlo. —Lo pasado queda en el pasado, señor Villarreal. Ahora déjeme en paz. Le cuelga la llamada y, por fin, puede resp
—¿Ya estás contenta? —pregunta el señor Maxwell lleno de impotencia porque Kiara los dejó en la ruina. —Maxwell —lo menciona Kiara con altivez—, mírate, te ves más viejo —sonríe con burla y Archie mira la actitud cambiada de Kiara, esa sarcástica y recorrida que por culpa de su familia y también por lo que él le hizo ella tomó—. Y tú, Samantha, se te fue el glamour. —¡Cállate! —exclama Samantha empuñando sus manos. —¡No le grites! —Archie se irrita—. ¡Ustedes no tienen nada que hacer aquí, en mi empresa, largo de aquí —lo empieza a echar. —¡Ustedes dos son unas porquerías! —el señor Maxwell los mira con desprecio—. Tú, Kiara, eres el ser que más desprecio, y como me da vergüenza que seas mi hija, y tú, Villarreal, te recuerdo que hay un bebé que nos une, aunque no quieras, por culpa de esta —señala a Kiara— no tenemos a dónde quedarnos, se dice ser buena persona y con cara de inocente, pero es un demonio total, que estúpido eres, Villarreal, Kiara solo te está usando para que n
—Eso pasará cuando yo esté muerto, por de lo contrario no te dejaré ni respirar—. Aún le dolía todo lo que ella le dijo, no piensa rendirse tan fácilmente. —¡Estás demente! —Pero por ti— se acerca. —Seguramente le dices eso a muchas mujeres. —Yo no me he humillado ante una mujer como lo he hecho contigo, tú no tienes comparación y eres lo mejor que me ha pasado en la vida. —Quiero estar sola— pasa por su lado para irse al baño, pero él la toma del brazo. —Dime, ¿qué es lo que tanto piensas en tu cabecita? No estoy con nadie más, solo contigo. —No quiero escucharte— se suelta de su agarre y sale rápidamente antes de que él la viera llorar porque sus lágrimas brotaron con mucha facilidad porque le duele el corazón, lo ama y mucho, pero también le es difícil creer todo lo que dice y peor, Susana al verla secarse las lágrimas sonríe con maldad. —¿Pero qué carajos hice mal?— se pregunta Villarreal y su móvil empieza a sonar, —¿ahora qué?— lo saca del bolsillo de su pantalón
Villarreal los observa con curiosidad, sabe que Ryan y Lyli nunca se llevaron bien, entonces no comprende cómo es que están juntos.—¿Celoso? —pregunta Kiara, sabiendo perfectamente quién es esa mujer.—Para nada, sigamos por favor —le pide, señalando la mesa más cercana.—Pareciera que la chica pelirroja que tanto te atrae... recuerdo cuando la llevaste a la mansión y la escuché gemir como si la estuvieras matando —Kiara toma asiento, y si hay heridas que ella aún no ha sanado.—De verdad lo lamento —dice Tomás, sentándose frente a ella—. No sabes cómo deseo haber hecho las cosas diferentes, pero nunca estaré... ¿cierto? —La mira con preocupación.—Depende de qué situación es —le responde con seriedad, y el mesero interrumpe la incómoda conversación.—Buenas, un permiso. Les dejo la carta. Tendré el gusto de atenderlos —deja dos cartas sobre la mesa y da un paso hacia atrás.—Tráeme una copa de vino, por favor, y de entrada quiero lo mejor de la casa, por favor —deja la carta sobre l
—¡Hijo de tu puta madre!— Archie lo empujó con todas sus fuerzas y Ryan cayó con todo y silla. —¡Tú no eres mi amigo, solo eres un maldito insecto que estorba en mi vida!— Se acercó a golpearlo, lo que tanto Ryan quería. —¡No, Archie! ¡No lo hagas!— Intervino Kiara, ya que estaban formando escándalo y no podían darse el lujo de estar en primera plana por una pelea que se podía malinterpretar. —¡Es suficiente!— Ella lo tomó de la mano, pero ese hombre estaba hirviendo de cólera, de ira y mucho, ese demonio interior quería ver sangre, quería dar fuertes golpes hasta que sus nudillos sangraran. —Me invitaste a comer, no a ver una pelea— Intentó calmarlo al verle la mirada malévola que tenía. —¡Tú no eres nadie, Archie Villarreal!— Ryan aprovechó que Kiara sostenía a Villarreal para colocarse de pie. —¡Conmigo sí no puedes hacerte el santo, porque sé lo sucio y m****a que eres! —¡Vete al infierno!— Archie se soltó del agarre de Kiara y agarró una silla, donde sin pensarlo golpeó fu