me muerooooo que pasara en esa fiesta chicas??? las leooooo
—¿En qué más le puedo ayudar, señor abogado?— Cloe le sonríe ampliamente y él la mira con extrañeza. —¿Todo bien, abogado Nguyen?— —Que pase una feliz tarde, señora Watson—. Le sonríe con hipocresía. —Igualmente—. Cloe le sonríe y se da la vuelta, rodea los ojos para luego seguir su camino. —Algo extraño está pasando— musita. —Mi abuelo tiene razón—. Se queda mirando a Cloe hasta que la pierde de vista. Kiara llega de la universidad. Es el día de la dichosa fiesta y es algo que no le agrada porque siempre le toca hacer mucho trabajo y lo peor de todo es que Reyes va a asistir. Ella le dejó muy en claro sus sentimientos, pero él insiste y hasta a sus mejores amigos se les hace raro el interés del joven. La vida de Kiara ya no es la misma. El no ver más a Lia y haber pasado tiempo con Archie es algo que cambió su vida, haciéndola más fría y haciendo que esa sonrisa que la caracteriza haya desaparecido. Lo radiante que eran sus ojos se ha opacado por la tristeza que ocasionaron
Kiara se detiene, pero él le da algo, hasta que su frente empezó a sudar por el temor de ser descubierta. Tratando de tener una apariencia serena, se gira para mirar a su padre. —¿Sí, padre?... —Pasa saliva y luego alza su mirada. —Ven aquí —ordena Watson con autoridad, y ella se acerca, quedando frente a él. Cuando de repente siente cómo coloca su mano derecha sobre su pequeño hombro. —Hija… —Le sonríe, y ella puede ver la clara hipocresía de su padre—. Quiero que aproveches este tiempo para hablar y aprovecho que estamos a solas para pedirte disculpas por haberte golpeado. —No te esfuerces, padre, en pedir una disculpa que no sale de tu corazón. —Kiara, ¿por qué siempre estás a la defensiva? Eres mi hija y solo quiero corregirte. Quizás me odias por lo que pasó con Lia, pero ella está en buenas manos con especialistas. —Lia es intocable, padre, y como dices tú, aprovechando el momento, jamás te lo voy a perdonar. Eso que ustedes hicieron no tiene perdón de Dios. —Kiar
—Sólo por apoyarte como amigo, buen amigo que soy— sonríe ampliamente. —No es necesario que vayas, Ryan. —No seas mal amigo, hace tiempo que no compartimos— insiste, y Archie le dice entre dientes: —Está bien. —¡Perfecto! ¿Cuánto tiempo queda? —Una hora, Ryan— responde con arrogancia. —Estamos cortos de tiempo, pero me voy a apurar para llegar a tiempo a esa dichosa cena. Sí que será todo un espectáculo. —Claro…— dice, colocándose de pie —Lo será. Archie llega a su penthouse y Cloe está dando órdenes, mientras que la señora Mercedes ya está al colmo. —Señora Mercedes, ya puede irse a descansar— la voz de Archie sorprende a Cloe, quien en su gritería ni siquiera escuchó la voz de su esposo. —¡Mi amor!— corre a los brazos de Archie y lo abraza, pero él la aparta. —Te recuerdo que Mercedes es mi ama de llaves. —Pero… solo la corrijo, cariño. Además, deberíamos buscar otra empleada; ella ya está para que se jubile—. Mercedes, al escucharla decir eso, por p
Mansión Watson Archie no se llegó a imaginar llegar a tener esa sensación de ansiedad por volver a ver a alguien, y más a Kiara Watson. Al ingresar junto a Cloe, quien lo agarra del brazo, Samantha sonríe al verlos. —¡Sea bienvenido, señor Villarreal! ¿O debería decirte yerno? —pregunta Samantha. —Señor Villarreal para usted y cualquiera —responde Archie con seriedad, y Samantha mira a su hija. —Lo siento, madre. Es que mi esposo tuvo un largo día de trabajo —dice Cloe con una sonrisa falsa. —Claro… adelante. ¿Y quién es el joven que los acompaña? —pregunta Samantha. —Un placer, señora Watson. Soy Ryam, mejor amigo del señor Villarreal —se presenta Ryam con mucha educación. —Bienvenido, querido. Por favor, sigan a la mesa —dice Samantha, haciéndose a un lado para que ellos continúen su camino. Archie mira a los lados, siendo cauteloso, y sí, sus ojos están buscando a Kiara, pero no la ve. —Siéntete como en casa. Espero que la cena sea de tu agrado, estimado yerno —dic
—esto es interesante— Ryan sonríe por lo bajo, esta atento a cada movimiento de Kiara.—señorita Watson, gracias por sus palabras, pero para mi no es grato estar aquí, además, puedo persuadir que mi presencia no te agrada— su mirada es letal, es fija hacia ella y eso le molesta a Cloe —se equivoca cuñado, no todo gira a su alrededor.— sonríe hipócritamente y eso enfada más a Villarreal —Cloe, como te ha cambiado la vida de casada, las facciones de tu rostro están más acentuadas, definitivamente ser la esposa de un hombre tan cruel causa amargura. ¿Nos sentamos?— le pregunta a Reyes—ven mi reina, siéntate a mi lado— le corre la silla y Kiara queda frente a Archie así que todo se complica más —¡Estás muy equivocada kiara! soy muy feliz al lado de rchie y vivo como reina, aqui la unica que la está pasando mal eres tú— arque una ceja —viviendo un infierno todos los días de tu vida —¿Yo?— Kiara sonríe aún más —si es por lo de ser la sirvienta de esta casa, hermanita, estoy acostumbrada
—¿No?— La toma del rostro para que lo mire y así la tiene a escasos centímetros. —¿Qué es lo que quieres de mí?— se atreve a preguntarle con enfado —¡Lo tienes todo! ¡La tienes a ella! ¡Ya déjame en paz! —Simplemente no puedo…— Acerca más sus labios, tiene la tentación de besarla y cumplir de una vez por todas esos sueños húmedos que tiene. —No te acerques y déjame en paz, no quiero que te me vuelvas a acercar, solo lo haces para hacerme daño. —¡No, yo sé por qué carajos estoy aquí! Solo sé que te quiero besar, quitarte ese vestido y tenerte solo para mí, desnuda y ver ese lunar en tu pecho que me dan ganas de pasar mi lengua, no sabes… ¡Joder! No sabes lo difícil que es contenerme. —No soy su presa, señor Villarreal— Intenta apartarlo, pero no puede —Si tienes tantas ganas, allá está Cloe, después de todo era lo que tanto querías. —¡Deja de estar a la defensiva, maldición! —¡No! ¡Y así estaré a todo momento! Cada vez que usted se me acerque, ¡lo haré! Al final es la únic
—¡Kiara, siéntate ahora mismo!— el señor Watson le ordena con autoridad. —No lo haré…— lo mira con desprecio —No más. —¡Kiara!— su madre se coloca de pie —Recuerda lo que hablamos. Aquí está el esposo de tu hermana y es la celebración de ellos, no lo arruines. —Como soy el mayor desastre de esta familia, eso lo hubieras pensado antes de organizar esta payasada— Kiara mira a Archie, quien no le ha quitado la mirada. —Estás muy equivocada, Cleo. No tengo nada que envidiarte, al final la única que siente envidia en este momento eres tú. El hombre que tanto te gusta me está proponiendo matrimonio y debes estar muriéndote de los celos— sonríe con debilidad. —Estás castigada— el señor Watson se coloca de pie —Malagradecida— le acerca y la agarra del brazo, ejerciendo fuerza y lastimándola. —Suéltala ahora mismo— ordena Villarreal. —Es mi hija y la estoy educando, señor Villarreal— le responde con desdén. —Suéltala o te vas a arrepentir de no hacerlo— lo sentencia, y el
Kiara se llena de pánico porque mencionan su nombre y ni siquiera puede ver quién es. Suelta la tela del vestido y este cae como cascadas sobre sus pies. Ella intenta cubrir sus ojos de la intensa luz del auto y no puede, aún así, ver nada. Sintiéndose acorralada, intenta huir, pero pisa la tela del vestido y eso la hace tambalear. La chica termina cayendo al suelo, lastimando sus rodillas. Llena de indignación por haberse caído y perder ventaja, solloza, y con sus ojos cristalinos ve unos zapatos muy finos de cuero color negro, bien pulidos. —Por favor, no me haga daño... por favor— suplica. —No quiero hacerle daño, señorita Watson. No sé si me recuerda, soy el hombre a quien le pediste ayuda en la carrera. Soy el nieto del abogado Nguyen. —¿El señor Nguyen?— Kiara alza su mirada y, al ver al hombre que está ante ella, confirma que sí es el de la otra vez. —Mi abuelo está en el auto. Por favor, déjese ayudar. Viene alguien. Por favor, permítame ayudarla. —Sí, por favor... se